jueves, 28 de junio de 2012

EL TRÁFICO DE ÓRGANOS


TRÁFICO DE ÓRGANOS, CRIMEN DE LA HUMANIDAD

Luz María Sánchez Rovirosa
“Donde hay justicia, no hay pobreza” Confucio.
El día de hoy debo de hacer un receso en la atención del quehacer político. Primero porque la veda electoral es un mandato por ley, -y a ésta hay que respetarla-. Y segundo porque cansa de verdad  leer, ver y escuchar lo mismo, lo mismo de siempre; pero sobre todo porque por primera vez, le tengo más miedo a la política, que al Diablo.
Hoy les quiero decir que el tiempo me sabe a virtud, y estoy esperando con todo mi corazón, que Dios nos haga el milagro. Así que en esta ocasión, compartiré con Ustedes si me lo permiten, un poco de este triste tema que es -la trata de personas y el tráfico de órganos-. Crimen de la humanidad, al que todavía no se le da la importancia que requiere.
Al igual que todos los derechos humanos, la identidad se deriva de la dignidad inherente al ser humano, razón por la cual le pertenece a todas las personas sin discriminación, estando obligado el Estado a garantizarlo. Las personas que no tienen papeles como acta de nacimiento, no tienen identidad, es decir, para el gobierno y la sociedad no existen. En esta situación, no pueden acceder a los servicios básicos de atención (educación y salud), a los derechos y deberes democráticos; así como no es posible determinar su edad; y lo más grave, son sumamente vulnerables a situaciones de abuso, explotación laboral y sexual, y a la trata de personas, cebo específicamente para el tráfico de órganos
En esta decadente sociedad, en la que todo se compra y se vende, en la que el valor de la persona radica -en el tener, no en el ser-, se ha llegado al extremo de considerar también a los seres humanos como mercancía.

Los trasplantes de órganos constituyen con los avances de la ciencia y tecnología médica, una esperanza de vida para miles de personas enfermas y eso es una bendición, pero desgraciadamente se ha hecho de esta expectativa de vida, un lucrativo y diabólico negocio (como siempre) para unos pocos.
El tráfico ilegal de órganos existe, exactamente igual que el tráfico de drogas y con  más frecuencia de lo que se puede imaginar, casi siempre está organizado por las mismas personas. Este suceso es tan monstruoso o más que el resto de los negocios que realizan las organizaciones criminales. En muchas ocasiones tiene su base -en el asesinato de personas, para extraer de ellas los órganos que luego se venden a precios exorbitantes-.

El tráfico de órganos es totalmente paralelo a la trata de personas (igual que para los fines sexuales). Estos grupos criminales operan increíblemente con total libertad e impunidad. Son grupos organizados que se dedican a conseguir órganos generalmente para enfermos con recursos económicos. Y también obligan (como el narcotráfico) a que los órganos se conviertan en mercancía y  las personas estén dispuestas a venderlos –como forma de sustento-.

La situación es tan grave, que incluso los órganos se llegan a subastar en la red. Se venden pulmones, riñones y córneas junto con lo último en ciencia y tecnología médica. Simple y sencillamente se tiene que escribir en algún buscador las palabras mágicas de que algún órgano está en venta, para que sin ningún escrúpulo y de inmediato, se reciban miles y suculentas ofertas, -para darse el lujo de escoger-.
Pero lo más grave de esta situación es que en muchos casos, los órganos que se “salen” a la venta son vitales, y sólo pueden ser extraídos de una persona clínicamente muerta.

La demanda de órganos por supuesto es mucho más alta que la oferta, a pesar de que afortunadamente la cultura de la donación legal va en aumento. Desgraciadamente, todavía no se ha podido desprender la solidaridad de la donación, de la mezquindad de la venta de órganos a cambio de grandes sumas de dinero.
El tráfico de órganos es un problema igual de grave que el tráfico de drogas y quizá más, los grupos que existen del crimen organizado, se enriquecen con los órganos humanos extraídos a los más pobres y desesperados. Niños, adolescentes y adultos son asesinados incluso antes de que despierten de la anestesia que usaron para quitarles todos los órganos posibles. En este terrorífico drama, desafortunadamente los niños de la calle son grupos de los más vulnerables a desaparecer, en manos de esta mafia.

Hacerle frente a este problema e investigar los casos que cada día son más, es muy difícil, ya que la mayoría de las veces, no hay denuncias específicas de los familiares, puesto que además que generalmente son familias muy pobres, carecen de papeles que les den identidad por lo que por el gobierno y la justicia son inexistentes.

Otra de las razones de por qué las autoridades no se afanan con este grave problema, es que resulta extremadamente -complicado y costoso- descubrir las redes mafiosas, ya que su operación es demasiado rápida, puesto que un órgano vital puede estar fuera del cuerpo de una persona unas pocas horas. Así que desde que se ubica a la persona afectada, se acredita el crimen y la policía o autoridades especializadas comienzan la investigación, el órgano ya ha sido trasplantado y el receptor puede encontrarse hasta el otro lado del mundo.

Así que la lucha contra este crimen de la humanidad es casi nula. Se han detenido a muy pocos implicados en esta mafia del crimen organizado, es más, las autoridades casi ni lo mencionan. Hay que empezar a poner mucha atención en este grave problema, tanto como en el tráfico de armas y de drogas; ya que es vergonzoso, que se puedan llevar a cabo estos asesinatos y estas complicadas operaciones de cirugía, en sólo unas horas, a cambio de millonarios beneficios lucrando con la vida, ante los complacientes ojos de las autoridades y sí, también de la sociedad. ¡Vale la pena reflexionarlo!

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