AL TORO POR LOS CUERNOS
Luz María Sánchez Rovirosa
“Manuel Añorve: El gran inspector para vigilar
que no roben los presidentes municipales del país” Manlio Fabio Beltrones.
Hoy
tenemos la obligación urgente de restaurar el orden moral de la vida de Acapulco,
de sus autoridades y de sus ciudadanos que han hecho y han permitido un
escándalo de inmoralidad y de corrupción; mientras que el pueblo sensible cada
día se hunde más en la pobreza.
Es
una verdadera vergüenza el cinismo de los políticos, que con su absurda actitud
están dañando gravemente la dignidad y la integridad de una joya de la
naturaleza que le ha dado a México renombre internacional; y que hoy lastimado
de gravedad por unos (dizque) gobernantes decadentes y corruptos, que
sintiéndose frustrados de su pobreza humana, solo han construido en su
desmedida ambición, la desgracia del pueblo que gobiernan.
El
cinismo es el escudo que utilizan los políticos incapaces sinvergüenzas,
descarados, petulantes, indecentes e irreverentes, que vienen consuetudinariamente
minando los cimientos morales de nuestras instituciones con sus aberrantes
acciones, sin que su sentido común o su capacidad de reflexión, se moleste en
lo más mínimo por sus abrumadores actos.
Cada
“nuevo” gobierno y día tras día, nos topamos con gobernantes y funcionarios sin
escrúpulos que enlodan el suelo de un al Acapulco que lucha por sobrevivir, en
su codicia por gobernarlo como trampolín. Es una plaga implacable de políticos
improvisados, que por su apetencia de obtener dinero y lo que le sigue, y le
sigue; sin interesarles el pueblo, viven (como Manuel Añorve y cía.) en una
realidad ajena, donde no existe justicia social porque son tremendamente
egoístas.
Viene
a colación un pequeño prólogo del cinismo, porque en días pasados Luis Walton y
su “flamante” secretario de Planeación y Presupuesto, Carlos Álvares Reyes
(también secretario de Finanzas) dieron el informe del estado financiero que
prevalece en el Ayuntamiento, ya que el “verdadero” secretario de finanzas
Antonio Sayago, no ha tenido a bien asomar la nariz en toda esta borágine. Mal
augurio para la cuestión económica del puerto.
El
caso es que el informe dice que el pasivo es de 2 mil 142.8 millones de pesos,
entre los préstamos, juicios y lo que se acumuló. Así que según cuentas del
“genio de las finanzas” de Zeferino Torreblanca, Carlos Álvarez, Manuel Añorve
incrementó la deuda que dejó Félix Salgado Macedonio, y que conveniente y
tristemente no ha abierto la boca (y el que calla otorga) de 394.4 millones de
pesos, a mil 561.8 mil millones de pesos. ¡Qué pena!
Entre
algunos de los muchísimos conceptos que mal se trabajaron en la administración
pasada, está el aumento de la nómina, que hoy es realmente escandalosa, la
“eterna” deuda de Capama; pero lo que más nos llama la atención (porque nunca
había sucedido) es la deuda que dejó el DIF.
Y
bueno, ya nos enteramos específicamente del monto de la deuda; así que tal
cual, también esperábamos que Manuel Añorve y secuaces (PRI) rezongaran con su
perorata de que todo este desorden financiero, es simplemente la concentración
de reflectores y poses políticas de Luis Walton, y entre medio de toda su
acostumbrada verborrea, Añorve nos suelta unas increíbles cifras financieras de
su “gobierno”, que de verdad nos hacen morirnos de la risa y al mismo tiempo
nos provocan un gran coraje y desazón.
Por
otro lado el gobernador Aguirre Rivero haciéndose el interfecto como siempre,
en primera instancia, dijo desconocer el estado financiero del puerto. Pero
también dijo que el alcalde Walton debió de tener argumentos suficientes para
dar un informe de esa naturaleza; es decir, sí conocía el grave problema de las
finanzas de Acapulco. ¿Qué síndrome tendrá el gobernador que nunca sabe nada, y
se deslinda de todo (Ayotzinapa, tortura, etc.), del estado que gobierna?
¿Dónde vivirá?
Pero,
sobre el riesgo de que el pago de aguinaldos detone el colapso, Aguirre Rivero
aseguró que el gobierno del estado garantizaría esa prestación; sin embargo,
aclaró que sería un préstamo y se tendría que devolver; porque tendríamos que
descontar de sus (Acapulco) participaciones federales; entonces dijo, eso no le
resuelve el problema; es, nada más, “como dicen en el argot jurídico, patear un
poco el problema”. Así que la gran alternativa del gobernador además del
préstamo, es que le planteó al presidente electo Enrique Peña Nieto, el
problema de la deuda del puerto (que sí conoce), para inyectarle recursos, sin
embargo señaló, que le planteó una cantidad mucho menor a la mencionada hace
unos días. ¡A que buen gobernador! ¿No se pudo haber esperado a conocer la
triste realidad para hacer las gestiones pertinentes?
Pero
en este país, en este estado y en este municipio, nunca pasa nada, y hoy
después del despojo que Manuel Añorve hizo en Acapulco, resulta que como premio
de consolación (perdedor gracias a Dios de la oportunidad de ser gobernador) le
regalan una plurinominal para ser diputado federal, y por si fuera poco Manlio
Fabio Beltrones lo nombra Secretario de la Comisión de Vigilancia de la
Auditoría Superior de la Federación en la Cámara de Diputados; es decir, Manuel
Añorve va a revisar que ningún presidente municipal robe. ¡Por los viejos
brujos del monte!
En
conclusión, nosotros nos imaginábamos el tamaño de la deuda, quizá no con
exactitud, y también nos imaginábamos que Manuel Añorve y anexas iban a
rezongar. Pero lo que no nos imaginamos nunca fue, que un ex diputado y ex
presidente de la Comisión de la Cuenta Pública del estado de Guerrero y
municipios incluyendo por supuesto a Acapulco, Carlos Álvarez Reyes quien tuvo
en sus manos la solicitud de esos millonarios créditos a bancos, y que por supuesto,
la comisión que él representaba en el Congreso del Estado autorizó, sea hoy el
brazo derecho de Walton. ¡Por los viejos brujos del monte!
No
es posible que esto nos suceda, como tampoco es posible que Luis Walton haya
tomado el papel de víctima en este asunto, que si bien no sabía con exactitud
las cifras, sí sabía que por ahí andaban rondando. Si no se siente competente
que renuncie, y que venga una persona que en lugar de lamentarse tanto, se
atreva a agarrar al “toro por los cuernos”, incluyendo a Félix Salgado si es
que lo que dice Añorve es cierto. ¡Basta! ¡Vale la pena reflexionarlo!