martes, 25 de junio de 2013

¿REFORMA ENERGÉTICA INTEGRAL O PRIVATIZAR PEMEX?






 
¿REFORMA ENERGÉTICA INTEGRAL O PRIVATIZAR PEMEX?

Luz María Sánchez Rovirosa

 

"Sólo el hombre íntegro es capaz de confesar sus faltas y de reconocer sus errores." Benjamín Franklin.

 

Recién se cumplieron 75 años de la -Expropiación Petrolera-, y el titular del ejecutivo Enrique Peña Nieto,  ha reiterado en muchos lugares incluyendo en el extranjero que PEMEX no se privatiza (se vende), pero los subliminales que rodean a la iniciativa de la reforma energética que él maneja, nos hacen pensar (y pensar bien), que así será.

De atrás para adelante, un breve recorrido por la vida del cuestionado –Oro Negro-, nos lleva hasta hace más de cien años, a partir de la producción del pozo La Pez 1, comenzó en México la explotación de este hidrocarburo. La historia del petróleo y sus diferentes usos, data de desde la época prehispánica.

Las ordenanzas de La Corona, en las cuales se consideraba a esta y a la nación propietarias de los –jugos de la tierra- (como se le llamaba al petróleo), eran muy específicas en cuanto a que los propietarios de los terrenos donde había crudo, obviamente no eran dueños del subsuelo.

Esta legislación cambió en 1884, con el Código de Minería, en el cual, se derogaban dichas ordenanzas. Las reformas a dicho Código y las leyes mineras y de bienes nacionales que salieron posteriormente al porfiriato, al final, no modificaron ni el acceso a la propiedad, ni a la explotación del petróleo.

Don Porfirio Díaz (ex presidente de México), en aquel entonces, era dueño de las acciones de la Compañía Mexicana de Petróleo “El Águila”, las cuales se llevó con él al exilio; ya que cuando el dictador fue derrocado, la cuestión petrolera se volvió muy tensa entre las compañías petroleras y el Estado, empezando (curiosamente) con Don Francisco I. Madero (tío del hoy presidente del CEN del PAN Gustavo Madero, quien asegura tener una propuesta vanguardista para PEMEX); ya que éstas (las empresas), siempre se comportaban (como hasta nuestros días), en contra de cumplir con sus obligaciones fiscales y siempre atentas del momento justo de pasar sobre la ley.

Por el año 1911, México tenía una producción de 34 barriles diarios, lo que hacía una producción anual de 12.5 millones de barriles. En junio de 1912, el gobierno del presidente Madero, expidió la Ley del Timbre, que fijaba un gravamen al petróleo exportado de 20 centavos por tonelada, lo que provocó una reacción violenta de las compañías extranjeras, que en aquellos tiempos controlaban la industria del petróleo mexicano.

La Constitución del 5 de febrero de 1917, reincorporó el petróleo y el carbón mineral al régimen general de la minería, volviendo estos recursos a la propiedad de México y quedando sujetos como los demás minerales, al régimen de las concesiones. (Fragmentos del artículo titulado “La expropiación Petrolera” de Cuauhtémoc Cárdenas, 2008).

Desde esa fecha hasta la Expropiación Petrolera, concretada por el General Lázaro Cárdenas (derivada de la implementación de la Ley de Expropiación y del artículo 27 de la Constitución Mexicana), el día 18 de marzo de 1936; sucedieron eventos peligrosos y verdaderos conflictos hasta de seguridad nacional en México; por la ambición de apropiarse nuevamente de nuestra riqueza nacional y por la codicia de nuestros gobernantes sin excepción, hasta el día de hoy.

Corriendo los años hasta el 2013, por supuesto que las declaraciones del presidente Enrique Peña Nieto tanto en el Reino Unido como en Irlanda sobre la -reforma energética-, han desatado una intensa polémica a nivel mundial, pero especialmente en México, sobre los alcances que llegará a tener la iniciativa (que desconocemos), y que será presentada en los próximos días al Congreso; pero no aclarando, si dicha iniciativa será discutida en el marco del Pacto por México (en la mira de institucionalizarse, según Beltrones), después de las cuestionadas elecciones del 7 de julio, quedando en la incógnita, si PEMEX será privatizado en sus diferentes áreas o de manera integral.

La energía es prácticamente lo que mueve el desarrollo económico de México, y ella, está relacionada con toda la esencia de la vida cotidiana. La energía no es sólo hablar de petróleo (como crudo), o hablar de PEMEX (como empresa). La energía es simple y sencillamente hablar de todo, de los usos y consumos que afectan o privilegian la vida de nuestro país.

Difícilmente se puede hablar de la reforma energética como tal, porque hasta este momento no ha habido de parte del ejecutivo una propuesta concreta, no por lo menos visible para la sociedad, que temerosa (con razón), habla, comenta y lucubra sobre la privatización de PEMEX, es decir, de la venta de nuestro patrimonio nacional, sobre todo, a la Iniciativa Privada extranjera.

Por supuesto que entrando o no en razón, no hay mucho error respecto a la posible –venta de PEMEX-, ya que son demasiados los intereses, económicos, políticos y de poder, que genera el -oro negro- en México, conociendo su intrínseca historia.

Así que es de esperarse, que la gente de toda estirpe y clase social, esté reacia a cualquier movimiento en la Constitución, que ponga en riesgo, la seguridad de nuestro petróleo.

Más allá de los discursos del presidente Enrique Peña Nieto, más allá de las expectativas maravillosas que él describe, más allá de la diferencia entre privatizar y vender que hasta el cansancio ha tratado de explicar; hay una cuestión demasiado importante a la cual el ejecutivo no se ha referido, y a la que debemos prestar mucha atención ¿La modificación en la Constitución, será para una Reforma Integral Energética, o para privatizar (vender) PEMEX? ¡Vale la pena reflexionarlo!


viernes, 14 de junio de 2013

LA INSEGURIDAD, RESPONSABILIDAD Y RESPETO



 
LA SEGURIDAD, RESPONSABILIDAD Y RESPETO

Luz María Sánchez Rovirosa

 

El respeto a la vida es fundamento de cualquier otro derecho, incluidos los de la libertad. Juan Pablo II

 

Reflexionando los recientes acontecimientos, pareciera que el país está bajo un fenómeno gubernamental donde sobresalen las autoridades que realizan su actividad de manera personal. Y me llama la atención, porque a estas alturas del siglo XXI, que un gobierno todavía tenga los alcances de ser represivo, es increíble e inaguantable.

Aquellos tiempos del poder absoluto, del poder sobre la ley (hablando de México), hace mucho que deberían haber pasado para no volver; porque hoy en día, -se supone- que los gobiernos tienen la capacidad y la obligación de hacer distinción en un sinnúmero de oportunidades en el diálogo como medio de dirimir diferencias, antes de usar el poder para avasallar. Pero ante todo privilegiar la seguridad del ciudadano.

La seguridad de un país tanto interior como exterior, es requisito primordial para la vida y el desarrollo de los pueblos; y cuando en un país ésta no está garantizada, el gobierno está faltando gravemente a su obligación.

Después de que la sociedad mexicana ha recorrido un camino espinoso y ha sentido en carne propia el tormento de la inseguridad con sus graves repercusiones, suplica, implora, ruega y demanda una solución para detener la injusticia, y vive pidiendo y exigiendo a las autoridades que actúen oportuna y eficazmente; sin embargo, las –insinuaciones- de los funcionarios sobre el tema, están muy lejos de responder a una política pública integral contra el crimen, especialmente con el que está organizado.

No obstante, aún seguimos esperando, si no los resultados, por lo menos la intención de hacer algo; y no son pocos los ciudadanos que tienen el temor a no verla a corto plazo. Y es que en el fondo el problema es mucho más complejo de lo que ya es de por si grave y que se deja entrever; porque aunado a los delitos, si los gobernantes no reconocen la moral, el pecado y los derechos humanos, poco puede esperarse ante la corrupción. Sin embargo no podemos, ni debemos permitir que la impunidad y la inseguridad tengan la última palabra.

En el resultado de una decrépita historia política, en la que la mentira ha sido una constante, la sospecha y la desconfianza se han vuelto parte de nuestra cultura y uno se pregunta ¿Qué será lo que este gobierno nos va a imponer como modelo de seguridad? Aparentemente la promesa de la Gendarmería ya no se verá cumplida. ¿Por qué?

En esta difícil situación existen riesgos a los que los ciudadanos han sido expuestos por distintos actores políticos; y este temor (fundado), es que este nuevo gobierno regrese a las disposiciones militares, y de repente adquiera características propias de un régimen de seguridad al estilo de las dictaduras; o bien, que pacte con el crimen organizado.

Aunque se trata de un escenario poco probable (¿?), por el momento histórico que vivimos con el regreso del PRI al poder notoriamente con características represivas, existe el riesgo de que en nombre de la seguridad, se violen derechos humanos y se restrinjan las garantías individuales, empezando por el derecho a la Libertad de Expresión.

Resultaría positivo que entre todas las iniciativas, pactos, reformas, etc., que está poniendo ante nuestros ojos y los del mundo, el gobierno de Enrique Peña Nieto, llenara el vacío legal, que existe para combatir sobre todo al crimen organizado, para detener los brotes de delincuencia que se multiplican día tras día y que son una amenaza para el pueblo de México.

Para las autoridades entender la responsabilidad y el respeto que tienen con la sociedad y actuar en consecuencia, es la clave para un buen gobierno. La prevención del delito no es solamente cuestión de educar conciencias, sino de fomentar las condiciones económicas, políticas culturales y sociales, que permitan un auténtico desarrollo humano seguro para la vida de los ciudadanos y de sus familias, con responsabilidad y respeto. ¡Vale la pena reflexionarlo!

 


jueves, 6 de junio de 2013

ABC ¿EL SILENCIO DE LOS INOCENTES?


 

ABC ¿EL SILENCIO DE LOS INOCENTES? 

Luz María Sánchez Rovirosa 

“Frente a la dificultad y a la tragedia, siempre puedo elegir interpretar lo que me sucede como una desgracia, como un desafío, como una catástrofe y transformarme en víctima; o puedo mirarlo (después de subir la espiral de la aceptación), como una oportunidad de crecer y transformarme en protagonista de un verdadero cambio para ayudar a los demás” 

El pasado 5 de junio se cumplieron 4 años de la más grave tragedia infantil de México. Sucedió en Hermosillo, cuando un incendio (¿provocado?) en una bodega propiedad de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público del Gobierno de Sonora, se propagó hasta las instalaciones de la Guardería ABC (estancia infantil subrogada por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) a particulares); siniestro en el cual, perdieron la vida 49 niños (entre seis meses y cuatro años) y más de sesenta pequeños quedaron con heridas y quemaduras muy delicadas.

Las primeras indagaciones (que por parte del gobierno hasta allí llegaron), arrojaron de inmediato que la guardería carecía de salidas de emergencia, no contaba con extinguidores y prácticamente no cumplía con las normas básicas y obligatorias de seguridad para este (y cualquier) tipo de instalaciones que brindan servicios a la comunidad.

Año tras año desde aquel día de horror, personas y grupos se solidarizan con los padres de los pequeños y se manifiestan por medio de marchas, pancartas, velas encendidas, globos volando al cielo, ayunos, cantos, y por supuesto muchas lágrimas de dolor, de dolor callado.

Esta forma de marchas, de protestas, de manifestaciones silenciosas, nos descubren, una rebeldía guardada, un grito adormecido, una plegaria reprimida. Pero esto no es nuevo, porque lo hemos visto a través de la historia, lo vemos en un presente continuo y lo veremos en un futuro sin aliento.

Un pueblo mudo por el temor a la censura y a la represión por decir lo que siente y lo que piensa, un pueblo que no se puede armar de valor y tomar el lugar que le corresponde; ese lugar donde predomina el silencio, ese lugar hacia donde los poderosos, los que mandan, los que deciden; nos señalan, nos humillan y nos desdeñan; y no hay algo más triste, que ver el poder, la ambición, la impunidad, la soberbia y el desinterés, por encima de la moral y la agonía.

Mientras el pueblo (no escogido) sufre y sufre mucho, cada día va perdiendo más la confianza en los gobernantes, en quienes legislan, en las leyes y en quienes las imparten; porque la confianza es un privilegio que se gana, que se fortalece con actos de honestidad, congruencia y generosidad y cuando se pierde porque la dignidad ha sido consuetudinariamente mancillada, es muy difícil (no imposible) recuperarla.

La indignación justificada y la desconfianza de las personas que han sufrido tragedias con sus seres queridos (por causa de la indiferencia, la incapacidad y de la injusticia gubernamental), y los grupos sociales que apoyan estas causas, avanzan sin tropezar hacia el reclamo de lo que les pertenece: la justicia. Ese reclamo que necesariamente tiene que hablar de cambiar las actuales estructuras que son inequitativas, injustas e inmorales; ese reclamo hacia la exigencia a los políticos y gobernantes, para que tengan el valor de llamarle bien al bien, mal al mal, y en consecuencia actuar.

La tragedia de Hermosillo ha provocado duelo y rabia en todos los rincones del país. La herida emocional cada día se vuelve más profunda y no hay nada que apacigüe el sufrimiento (aunque sea aceptado), ni la furia reprimida de los padres, familiares y amigos de los pequeños, que año con año recorren las calles cargando las fotografías, los recuerdos, la impotencia, la impunidad, la injusticia, y las preguntas sin respuestas.

Cansados, con la paciencia impuesta por las circunstancias, estos padres han visto desfilar a todos los involucrados en el asesinato de sus hijos, aun cuando han sido señalados de responsabilidad por la justicia; ella misma, les ha permitido caminar impunes hacia nuevos horizontes de privilegios, sin que nada, ni nadie los detenga.

¿Por qué la marcha del 4º aniversario de la tragedia ABC, llevaba un prudente silencio? No, la prudencia con la fuerza política, con la fuerza del gobierno, muchas (la mayoría) de las veces es un gran defecto que hace que los pueblos sean humillados, sufridos y sumisos.

La prudencia te aconseja poner la otra mejilla cuando en una se ha recibido el ultraje. Que confortable resulta esto para los que mandan, para los que apabullan, para los que abusan, para los que explotan. Qué fácil es encadenar las manos y los pies con la -anuencia de la prudencia-. Pero en este caso, hay que recordar que las lágrimas por muchas que sean, no son suficientes para ablandar las cadenas que nos atan, o los corazones de los que nos atan.

Una de las lecciones que nos deja la tragedia de la Guardería ABC, es que el cuidado de los inmuebles de estancias, guarderías, asilos, casas de reposo, escuelas, etc., en buen estado, no sea solo para los privilegiados, y de ello, el gobierno debe estar atento, que su funcionamiento sea el que ellos mismos exigen en su cargada burocracia de decretos, reglamentos y leyes, y que se sancione si no es así.

Ojalá, que este año se corone la justicia (porque hay que recordar que a los 5 años prescribe el delito y quizá sea lo que el gobierno está esperando), dando su merecido a todas las personas que irresponsablemente no tuvieron ni tiempo, ni interés de cuidar, dar cuidados y dar respuestas al –silencio de los inocentes-; a estos cientos de pequeños que no se merecían ser víctimas de una aberrante tragedia como la de la Guardería ABC. ¡Vale la pena reflexionarlo!