LAS
DESPENSAS
Luz María Sánchez Rovirosa
“Pobrecito mi patrón, piensa que el pobre soy yo” Facundo Cabral
Pobreza es una palabra que de mil maneras se utiliza en nuestro lenguaje;
pero al mismo tiempo es una palabra tan desvalida, que no tiene el impacto ni
en el idioma, ni en las acciones justas para abatirla de la humanidad.
No hay necesidad que sucedan desgracias naturales como terremotos,
huracanes, tsunamis, o accidentes que provoca el hombre con su falta de respeto
a La Madre Tierra o campañas electorales, para hablar de pobreza en los medios
de comunicación, pero sobre todo en los planes de desarrollo que todos los
gobiernos (sin excepción), deberían contemplar siempre.
Los políticos en lugar de todas sus demagógicas manifestaciones
electoreras, deberían sentir cada día del año con el mismo fervor, cómo la
gente se muere de hambre; cómo cada día se mueren cientos, miles de niños, sin
tener ni agua ni comida. La pobreza en el mundo sobrepasa por mucho, lo que la
razón permite, al ver cómo invierten y se gastan cada año miles de millones en
armas, que solo sirven para provocar y acrecentar el grave problema de la
depredadora raza humana.
Adelgazando la geografía mundial, sin detenernos (por el momento) en la
nacional que es muy delicada también, aterrizaremos en este lánguido estado de
Guerrero, en donde las injusticias cada vez son más impudorosas y sin ninguna
excusa (por más que traten) que le sirva al gobierno de justificación.
El Coneval asegura que el 70 por ciento de la
población guerrerense, es pobre, pero en mi humilde opinión creo que se queda
corto; y que es clara muestra del fracaso de los gobiernos –actual y
anteriores-, revestidos del color que sea, con sus equivocadas (¿?) políticas
sociales asistencialistas, y no con proyectos productivos reales, que le
permitan a los ciudadanos subsistir y generar sus propios ingresos, para
incluirse en el progreso del estado y del país.
Recordemos como en la historia reciente, hastiados y
lastimados por un gobierno municipal del PRI (como de costumbre), la gente
anhelaba (por los siglos de los siglos) un gobierno que no hablara de
esperanza, sino de posibilidades; razón por la cual se le dio la espalda al
tricolor (y a sus influencias), y la gente se abalanzó sobre una nueva (pero
peligrosa) estrategia del Sol Azteca, al darle su banderola a un vapuleado
aspirante extricolor (por su propio partido), y entonces surgió aquel
hombrecillo de revoltura colorina llamado Ángel Heladio Aguirre Rivero.
El ejecutivo actual, ganó el gobierno de Guerrero
principalmente con la fuerza (en aquellos momentos) de Marcelo Ebrard, quien le
aconsejó repartir sin ton ni son, –una supuesta tarjeta de débito-, llamada “La
Cumplidora”, que por supuesto cumplió con su único y exclusivo cometido, que fue
comprar el voto.
Venimos a parar en estos penosos recuerdos, porque
una vez más Guerrero está en el –ojo del huracán-, ya que precisamente a
consecuencia de dos devastadores fenómenos de la naturaleza de nombre Ingrid y
Manuel; quienes en septiembre pasado, se dieron la mano atravesando de este a
oeste o viceversa la parte angosta de la república, devastando parte del sur,
incluido este estado.
Y llegando al hecho, en muy recientes fechas, se
sacó a la luz pública una situación muy “singular”, porque -de casualidad-, se
encontraron (no muy bien) guardaditas miles de despensas que se mandaron a
Guerrero exclusivamente para los damnificados del desastre, como muestra de solidaridad
de otros países, estados, asociaciones y particulares.
La escena de la rapiña y el uso indebido de las
ayudas externas, se repite incansablemente (aunque las autoridades digan otra
cosa), y sobre todo cuando tenemos enfrentito los períodos de las campañas
electorales para el 2015, y es cuando como por “pandemia”, a cualquier especie
de aspirante a los atributos políticos, le sale como a los tiburones, doble y
hasta triple dentadura.
El caso de las despensas guardadas, denigra a la
sociedad y al mundo, cuando hay tanta hambre, tanta necesidad; muy, muy poca
ayuda y muy poco respeto. Por eso las reptilianas declaraciones del contralor
del estado, son ridículas, increíbles, detestables y patéticas, sobre todo,
porque vienen de Antonio Arredondo –quien es doble compadre- del gobernador
Ángel Aguirre Rivero.
En primera el contralor Arredondo en su verborrea,
señala que los productos no fueron acaparados desde el mes de septiembre.
¿Entonces sin perdón del cielo, desde cuándo se acostumbra guardar los
alimentos en vez de repartirlos a quiénes más los necesitan, o los alimentos
antes de repartirse, se embodegan; para qué o para quién?
En segundo lugar el contralor Arredondo no tiene
idea de lo que significa perecedero. Todo alimento es perecedero porque caduca
y se daña, es decir, tienen fecha de caducidad más larga o más corta, según el
embasamiento o el enlatado, que hoy en día se cuida mucho por cuestiones de
calidad y seguridad (para las empresas también). Hay obviamente alimentos a los
que llaman perecederos, como las carnes embutidos, huevos, verduras, frutas,
etcétera, que por ser frescos se descomponen rápido y por eso deben consumirse
casi de inmediato.
Ahora bien, los granos y cereales que vienen empacados
en bolsas de plástico, aunque no sean perecederos inmediatos, en el clima de
este estado, los gorgojos y demás bichos, se encargan de ellos, sobre todo con
lo pulcramente que están almacenadas las despensas en las bodegas, nada más y
nada menos que del DIF estatal.
¿Cuántas bodegas pulularán por todo el estado? El
murmullo de la gente que como juglares se dedican a cantar hoy –corridos-, iban
diciendo que personajes (¿?) muy cercanos al gobernador, andaban pidiendo
prestadas bodegas, para almacenar los alimentos y surtirse de ellos para sus
campañas, y dejando sin comer (a veces hasta morir de hambre), a miles de
personas. No y no es justo. ¡Vale la pena reflexionarlo!