jueves, 31 de julio de 2014

CUESTIÓN DE ENFOQUE, O LO QUE NOS DICEN LOS BOLSILLOS






CUESTIÓN DE ENFOQUE, O LO QUE NOS DICEN LOS BOLSILLOS

Luz María Sánchez Rovirosa

“Ningún legado es tan rico, como la honestidad”. William Shakespeare

La energía (crudo) es la palanca que mueve el motor del desarrollo económico y de la vida de todos los países del mundo; su producción y su consumo atañe a la salud, a la elaboración de alimentos; al transporte, al comercio, etc., así como la contaminación o conservación del medio ambiente. Por lo tanto el desarrollo sostenible de México ha dependido (casi en su totalidad) de asegurar y conservar como propio (Expropiación Petrolera), el acceso a este recurso no renovable, que sin duda constituye un tesoro para los países que lo poseen en sus territorios terrestres y acuáticos.

El mayor problema que tiene y ha tenido Pemex (a través de la historia), es que nunca ha reinvertido lo suficiente de sus ganancias para su propio y sano desarrollo, ya que estas han pasado siempre e inmediatamente al gobierno federal, que las “necesita” (junto con la recaudación de impuestos) para el sustento económico del país, pero lamentablemente un gran porcentaje de estas ganancias se desvían de los apremios nacionales, por la corrupción interna (sindical), que ha existido siempre en dicha empresa.

La situación de Pemex ya con las puertas abiertas (supuestamente), no deberá obedecer a quién es el dueño; porque esto ya dependería sustancialmente a la forma como se administraría de aquí en adelante, vía los convenios con las empresas extranjeras; lo relevante entonces, se daría en el entorno financiero, político y social, pero sobre todo de nacionalidad, en el cual quedaría inmersa la ex paraestatal.

Al final, lo más importante radica, en quién o quiénes serán los propietarios de las millonarias ganancias correspondientes y que los legisladores anudaron al laberinto de modificaciones que hicieron a la Constitución y a la serie de complicadas leyes secundarias de las cuales brotan cuatro preocupantes y polémicos puntos para el -conocimiento social-: La deuda de Pemex y CFE; la ocupación de las tierras para explotarlas; la polémica práctica del fracking y la pérdida de la mayoría de los recursos financieros.

El primero de ellos es la asunción de la deuda de Pemex (y muy posible de CFE) al gobierno federal asumiéndola como propia, y legándola al pueblo de México vía más o más altos tributos, o el sacrificio del recorte de obras de infraestructura pública y/o social.

Pemex es o fue una empresa a la que los malos gobiernos llevaron hasta el infierno; pero nuestra otrora riqueza petrolera es tal y tan noble, que sin duda alguna, es capital y es dinero contante y sonante en el mercado mundial, por eso las empresas extranjeras la ven como miel sobre hojuelas, hoy ya con el privilegio de comérselas, dejando (por lo que se ve), las migajas para el pueblo de México.

El segundo punto que es la ocupación de las tierras para su explotación, tiene el antecedente (muy claro) de lo sucedido con la extracción de los minerales. Las mineras extranjeras, son un claro ejemplo de lo que les espera a los “usuarios” (dueños) de las tierras propicias para la explotación de petróleo, gas, etc., ya que la reforma es permisiva para la -ocupación temporal o servidumbre legal- (en este caso, sinónimo de expropiación), de las tierras por las empresas que se instalarán para la explotación; mismas que nunca serán retribuidas de manera justa, y sí por el contrario, quedarán muy afectadas para volverlas a usar (en este caso), para la agricultura.

Para cerrar con broche de oro, muchas de las tierras de nuestro territorio se enfrentarán al polémico espectro del “fracking”, que es la tortura de la tierra, mediante la fractura hidráulica, que consiste en inyectar agua concentrada, arena y productos químicos en las rocas porosas llamadas lutitas, donde se encuentra acumulado el llamado –gas shale-, para provocar que salga a la superficie.  

Curiosamente, Estados Unidos, país que prometió a México “prestar” su avanzada tecnología para la extracción del shale (si se aprobaba la reforma energética), no aclaró y lo más grave es que México no investigó (¿o sí?), que en ese país esta práctica está en decadencia, ya que las reservas del gas shale no son duraderas, amén de los graves peligros ecológicos, ambientales y humanos que derivan de esta práctica.

Y así es que, para hacer un país más competitivo (con el TLC), los mexicanos tendremos que cargar con la deuda de Pemex (y muy posible con la de la CFE, que asciende a medio billón de pesos); y por si no tuviéramos suficiente con las deudas propias, ahora por “la gracia” de los legisladores, tendremos que pagar un billón 130 mil millones de pesos (equivalente a casi el 7% del PIB), que existe por los malos manejos en las administraciones de la ex paraestatal; y por supuesto por la corrupción consentida, desde inmemorables años.

Si esta situación es correcta o no, si es justa o no para México y los mexicanos, es cuestión de enfoque; o de lo que nos dicen los bolsillos. ¡Vale la pena reflexionarlo!

lunes, 21 de julio de 2014

LA ORFANDAD DEL GOBIERNO Y MAMÁ ROSA





LA ORFANDAD DEL GOBIERNO Y MAMÁ ROSA

Luz María Sánchez Rovirosa

“¿Por qué cuanto más retrasados estamos, dura más la luz roja del semáforo?” Paul Bernard.

Ya sea por los tipos de orfandad que existen, o por padres y familiares que por diversas razones no pueden cuidar a sus hijos, cada día acuden a albergues o casas hogar a internar a sus hijos, que en no pocas ocasiones, hacen las veces de -hogares sustitutos-.

Existen muchos tipos de orfandad que permiten catalogar este fenómeno en: huérfanos simples, es decir, niños, niñas y adolescentes que han perdido a uno de sus padres. Los huérfanos dobles que son aquellos menores que han afrontado tanto la muerte del papá como de la mamá. Otro tipo de orfandad se da, cuando los menores pierden a la persona o personas que estaban (legal o ilegalmente) a su cargo, aun cuando no sean ni sus padres biológicos, ni sus familiares.

También existen los menores que se encuentran en situación de calle, porque la violencia intrafamiliar los ha expulsado de sus hogares; los trabajadores de la calle, que son aquellos menores que necesariamente tienen que buscar el sustento para la sobrevivencia de sus familias, y los niños de la calle quienes deambulan de ciudad en ciudad sin compañía, e incluso en un momento, llegan a convertirse en migrantes.

En México los datos de los niños que se encuentran desprotegidos, es una causa muy preocupante e incluso de dar horror; ya que en esta crítica situación, los menores se vuelven más proclives a sufrir toda clase de explotación.

Uno de los más graves problemas a nivel nacional, que desencadena severas consecuencias en este tema (y en otros muchos), es la indocumentación.

Miles de familias mexicanas por generaciones han carecido de identidad, es decir, no existen. Ciertamente se pueden contar en un censo o en encuestas como un número más, pero nunca para acceder a todos los derechos inherentes al ser humano, por la terrible situación de ser invisibles en el mundo.

Esta grave situación, es razón suficiente para que los gobiernos en turno, moderen las leyes y hagan flexibles los trámites del registro civil en cuanto a identidad (acta de nacimiento), ya que sin ella se enfrentan durante toda su vida con interminables barreras del orden económico, cultural, social, de salud, de educación, etcétera, que les impide acceder a los “beneficios” o apoyos sociales que “otorga” el gobierno.

Desafortunadamente, uno de los principales inconvenientes de este problema, es la escasa información que existe sobre el tema; de esta forma para la sociedad, la orfandad y la falta de identidad para atenuar esta situación, simplemente no es visible, hasta que brotan escándalos como el reciente sobre el albergue la Gran Familia de Mamá Rosa.

En un artículo publicado en 2010 por el DIF Nacional, se menciona -la casa hogar- en Zamora Michoacán, llamada La Gran Familia, pero conocida como el albergue de “Mamá Rosa”, la cual (según la versión), se convirtió en un centro de detención para niños, niñas y adolescentes, quienes una vez ingresados, les era (casi) imposible abandonar las instalaciones (supuestamente) hasta cumplir 18 años en el mejor de los casos.

Rosa del Carmen Verduzco, fundadora y representante legal de dicho albergue, dice el artículo, enfrentaba (ya entonces) denuncias por lo menos 20 años atrás, sobre maltrato y abusos cometidos hacia los menores internados allí, así como por privación de la libertad de casi todos ellos.

Desafortunadamente dichas demandas, fueron (hasta hoy) ignoradas por autoridades locales y federales. (www.derechosdeinfancia.org.mx Agosto 19/2010. La pregunta es, ¿por qué permitieron que el albergue siguiera funcionando sin vigilancia?

El albergue de Mamá Rosa (sin detenerme mucho, porque desconozco la profundidad del tema), como tantos otros, hizo (mal o bien) durante muchos años, lo que le corresponde (como obligación) a todo gobierno. La buena intención de la señora en su labor, quizá no se pone en duda. El problema y muy grave ha sido el caso omiso de las autoridades, ante todas las luces amarillas y rojas que se encendían en ese lugar (y probablemente en muchos otros semejantes).

Como un Frankenstein, los gobiernos engendraron a Rosa del Carmen Verduzco (Mamá Rosa), al convertirla en la única alternativa para las familias irresponsables, desesperadas, pobres e ignorantes, que no sabían qué hacer con sus hijos, y no encontraron otro lugar y el apoyo que estaban buscando.

Hoy ese monstruo que los gobiernos municipal, estatal y federal, veían con disimulo, se les soltó de las manos (intencionalmente o no). Ojalá no lo conviertan en un -cálculo político- distractor de los graves problemas del estado de Michoacán (donde estaba ubicado el albergue) y del mismo país; y sí para que los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes (sobre todos los menos favorecidos), se respeten y sean magnificados ¡Vale la pena reflexionarlo! 

jueves, 10 de julio de 2014

LA FRANJA



LA FRANJA
 

Luz María Sánchez Rovirosa

¿“No es cruel que digamos que el comportamiento de los israelíes sionistas con el pueblo original de Palestina, es similar a la persecución nazi contra los propios judíos”? Mahmud Darwis (Poeta Palestino).

-Más allá de los milenarios orígenes de Jerusalén; en la disputa entre Israel y Palestina, ha corrido un río de sangre, que no lo ha podido detener la historia-.

En el año 1900 estaban asentados en Palestina (aproximadamente) 500 mil árabes y 30 mil judíos. Si en estos tiempos, dentro del territorio palestino hay millones de israelíes y miles de árabes, no nos es muy difícil adivinar quiénes son las víctimas de este criminal conflicto, en el cual la población natural de ese pedazo de tierra, ha sido forzosa e injustamente remplazada por otra.

Esta extraña y dolorosa situación surgió a fines del siglo pasado, y fue planeada como -última finalidad- de los judíos errantes, para consolidarse como un nuevo estado europeo, cuando ya no existía en ese Continente posibilidad para ello; así que necesariamente tendrían que buscarlo fuera de Europa.

La descarriada y malsana ideología sionista, no pudo o no quiso encontrar otra “solución”, que hacer creer que Palestina era un lugar deshabitado; y aun sabiendo que cometerían una grave injusticia (porque allí vivían los árabes), para ellos simplemente resultó que Palestina era una tierra sin pueblo, que tenía que ser ocupada, por un pueblo sin tierra.

Así que el proyecto de un Estado Judío en Palestina, se convirtió en una cruel realidad, y los miles de sobrevivientes de los campos de concentración de la Segunda Guerra Mundial, fueron canalizados hacia esas tierras, también como una solución a su exterminio por los nazis (neo-nazis) que aún quedaban y que los odiaban tanto, tergiversando su propia tragedia xenofóbica, al emularlos con creces con gente inocente, que nada tenía que ver con su terrible sufrimiento.

Corriendo el año 1947, Gran Bretaña (país que lideraba a los árabes) anunció (después de serias complicaciones políticas y sociales), que ya no estaba dispuesta a seguir gobernando Palestina, y devolvió a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el errado mandato que le había sido (equivocadamente) entregado por decisión de la Liga de las Naciones.

La organización discutió la controversial renuncia durante 7 meses, para finalmente dar una solución salomónica: Palestina sería dividida en 2 estados, uno judío y uno árabe, y así fue que el 29 de noviembre de ese mismo año, se aprobó el “Plan de Partición”, que lamentablemente desencadenó hasta el día de hoy (como somos testigos), la xenofobia, el éxodo, el terror de una guerra sin fin, el genocidio y la desgracia del pueblo palestino, vilmente despojado de sus tierras, de su dignidad y de sus vidas.

En el mapa del -territorio dividido-, uno (Israel) si se convirtió en Estado; y el territorio geográfico asignado para ellos, abarcaba el 60 por ciento de las mejores tierras para habitar y para cultivo, en las que miles de judíos se asentaron, junto con una porción mucho menor de palestinos.

El 40 por ciento restante de la topografía, que (hasta nuestros días) no ha podido convertirse en Estado y el que “misteriosamente” hoy forma parte de Israel (y no lo contrario); se asentaron en menos tierras, más palestinos que judíos; quedando de esta manera los árabes, relegados de sus tierras que desde ancestrales tiempos les pertenecían y siempre habían cultivado.

Así, desde la injusta división geográfica del territorio palestino, una y otra vez las agresiones se han recrudecido, y podemos ver con repulsión y angustia en los medios de comunicación, las escenas de triunfo, de orgullo, de brutalidad y terror del -supuesto conquistador-, sobre los cadáveres de sus -supuestos conquistados-, como si fueran trofeos y no seres humanos; ante la pasividad, silencio y (al parecer) permisividad de todas las organizaciones internacionales, incluyendo las de defensa de los Derechos Humanos.

¿Qué podría ser más difícil, y qué dimensión se le puede dar a esta tragedia de odio racial, en la que los (ancestros) y/o los agresores de hoy, fueron víctimas de lo mismo alguna vez?

Palestina, que en algún momento de la historia fue “La Tierra Prometida”, hoy se ha convertido en un territorio descuartizado, cercado, vejado, violado y atacado por sentimientos de odio racial profundo, que lo hacen cada día, un lugar económicamente no viable y humanamente intolerable. ¡Vale la pena reflexionarlo!

viernes, 4 de julio de 2014

MICHOACÁN, EN EL OJO DEL HURACÁN






MICHOACÁN, EN EL OJO DEL HURACÁN

Luz María Sánchez Rovirosa

“La violencia es una debilidad y eso está más que demostrado” Jean Jure.

El estado de Michoacán colinda en el noroeste con Colima y Jalisco, al norte con Guanajuato y Querétaro, al este con el estado de México, al sureste con Guerrero y al suroeste con el Océano Pacífico, donde se encuentra localizado el Puerto Lázaro Cárdenas, considerado la –joya de la corona- para todo grupo criminal que logre su control.

En diciembre de 2006, Felipe Calderón Hinojosa siendo presidente de México, declara la guerra al crimen organizado, teniendo la primicia, obviamente su estado natal Michoacán, que –gracias- a la incapacidad y errado gobierno de su antecesor Vicente Fox (quien por cierto hoy está en busca de comercializar la marihuana, ante su –probable legalización-), el crimen organizado logró ocupar importantes espacios, al grado de llegar a ser gobierno de facto en muchos de sus municipios.

Esta situación ha llegado a ser tan crítica, que en no pocas ocasiones, el pueblo ya no sabe de quién defenderse, si de los buenos de los malos o de los peores; pero la verdad es que el ciudadano común, el que se dedica al trabajo honesto, el que vela por su familia, el que no tiene el mínimo de garantías; ese ciudadano que no sabe cuándo su familia podrá ser la siguiente víctima, o en su caso, cuándo en la desesperación por la supervivencia de la misma, no pueda o ya no quiera escapar del peligro de caer en -esas redes-; ese ciudadano existe en todo el país.

Ante esta delicada situación, es relevante destacar cuál es el contexto social en el que está dándose el conflicto, porque es un hecho indudable que el tejido social está erosionándose aceleradamente, ante la ausencia de estrategias institucionales eficaces para garantizar la seguridad y el bienestar de la población.

Pero lejos de encontrar o mínimo buscar una solución ante las constantes agresiones del crimen organizado, miles de personas en Michoacán, decidieron pasar a la acción, por medio del movimiento conocido como grupos de autodefensas.

Y ahora con la población armada (siendo la gran protagonista de esta historia), se convierte aun en más peligrosa, pues a pesar de la legitimidad de las demandas de seguridad y de poner un alto definitivo a los grupos del crimen organizado, no es lo más conveniente promover, que sea la ciudadanía la que se procure justicia por su propia mano.

En Michoacán a través del tiempo, emergieron uno tras otro, poderosos grupos de narcotráfico que han desafiado a los gobiernos y se han constituido como una especie de soberanía en el estado, ante el abandono de grandes proyectos de inversión pública, que dejaron las políticas neoliberales (incluyendo al PAN), es decir, un profundo hoyo, que se ha venido llenando con actividades ilícitas.

Así que actualmente y sin impedimento (aparente) alguno, la región sigue siendo un territorio productor de amapola y marihuana; así como receptor de cocaína proveniente de Sudamérica, vía el puerto Lázaro Cárdenas; además de identificársele como la capital mundial de la producción de drogas sintéticas.

La pregunta es ¿cómo ha sido posible que muchas de las regiones rurales (de las más pobres) de este estado, se hayan transformado en paraísos exclusivos para el narcotráfico pero invisibles (¿?) para el gobierno?

El narcotráfico en el México actual, tiene una historia compleja y sin identidad, ya que estos grupos delictivos son producto de un tejido político, económico, social y cultural, en el cual se han construido espacios de poder, en los cuales los narcotraficantes y políticos han convivido sutilmente, a través de muchos años.

Mientras que para unos -esta forma de vida- representó la oportunidad para colocarse en la –cúspide del poder-, para otros fue el -desafío de poder- sobrevivir y construirse un futuro mejor; ya que las políticas neoliberales de olvido y abandono, dejaron a su suerte el crecimiento económico y la movilidad social del país, plagando (en este caso) la historia de Michoacán (y de otros estados del país), de desigualdades, exclusiones, arbitrariedades e injusticias propiciadas por la misma ley.

Ahora somos testigos (no protegidos) que el verdadero punto de inflexión de este difícil proceso, es la aceptación o no del narcotráfico como parte del paquete armado, que reconoce la lucha –de la seguridad privada- que las autodefensas han ejercido ante la indiferencia o –la complicidad- del Estado, a través de ese mecanismo mediático que de manera fugaz, se está convirtiendo en un mito en la figura del Dr. Mireles, -personaje- (convertido en víctima) de advenediza reputación y fortuito pasado, permitiendo que se mire hoy como la justicia de lo que ayer fue su alianza; para seguir sin entender (desafortunadamente), toda su misteriosa complejidad. ¡Vale la pena reflexionarlo!