miércoles, 19 de noviembre de 2014

REHENES DE LA INGOBERNABILIDAD





REHENES DE LA INGOBERNABILIDAD

 

 

Luz María Sánchez Rovirosa


 

 

“Mi filosofía me hace vivir contento con la seguridad de que el testimonio de mi conciencia, persuaden que he procurado llenar mis deberes”. Francisco de Paula Santander

 

Da tristeza –como de costumbre- observar un estado devastado por la pobreza y la violencia; un Acapulco sucio y descuidado. Un estado y un puerto, que esperaban ansiosos (como siempre), las promesas y las buenas intenciones que hasta el día de hoy, no se han cumplido y que con un -poquito del pesimismo acostumbrado-, no se cumplirán.

Pero lo más grave de que las cosas se sigan dando así, es que todos los días cuando leemos los periódicos, nos encontramos con las mismas noticias de cómo la violencia sigue generando muerte, desapariciones, desolación y desasosiego; así como atónitos leemos también las mismas declaraciones de las autoridades, mentirosas, falaces y vacías.

Más allá de la simpleza con la que el gobierno interpreta la violencia y la narcoviolencia, y por más que se trate de suavizar esta brutal expresión ante la sociedad, el gobierno debe hacer conciencia, que frente a este serio problema su primordial función es garantizar a toda la sociedad el derecho de vivir en un estado de orden y paz pública, con policía estatal, municipal o comunitaria, con militares, o con lo que ellos decidan, porque si no, los grupos hartos, fastidiados, molestos, cansados, abrumados, etc., seguirán buscando esa paz, esa justicia por su propia mano, rebasando la función obligatoria de todo gobierno.

Pero hablando de declaraciones incoloras e indoloras, ayer sí me quedé espantada y sin habla, ante la respuesta del presidente municipal Luis Walton Aburto, sobre Ayotzinapa.

 

A pregunta expresa de un diario local sobre los 43 jóvenes desaparecidos, el alcalde respondió (sin duda alguna) con la firme convicción de la “reencarnación”, ya que comentó “Espero que aparezcan vivos, los 43 muchachos, que perdieron la vida”. Desafortunadamente el presidente municipal, no ahondó en el tema, y nos quedamos con la curiosidad de saber, convertidos en qué, espera que regresen los normalistas.

Es muy lamentable que las autoridades no reflexionen antes de pronunciar las palabras. Creo (porque quiero creer), que su intención fue buena, pero ¿de qué manera está tan disperso de su puesto y su obligación, pensando en la contienda que sigue, que ya no le es posible codificar el pensamiento con la expresión? Pero ¿qué tal de bueno es para abusar de sus influencias para quitarle el trabajo a la gente buena? Sin palabras.

Para concluir este tema, siendo testigos –vivientes- de candidatos nobles y humanos, que se convierten en gobernantes déspotas, hoy los acapulqueños somos rehenes de un cuadro de ingobernabilidad, que ha afectado seriamente (desde antes del evento del 26 de septiembre del presente), a todas las esferas del quehacer cotidiano, de la tranquilidad y confianza de la mayoría de un pueblo (en este caso) que votó por él.

Pasando al nivel estatal, me gustaría cuestionar al gobernador –suplente, interino, o de transición- Rogelio Ortega ¿si no ha reflexionado que en este breve lapso de administración (que no de gobierno, porque no tiene tiempo); tenía que avocarse primordialmente a tratar en su máxima expresión a recuperar la paz perdida y a hacer uso del diálogo, no de un monólogo desteñido (y que no se ve), para calmar los ánimos del agravio sufrido por los normalistas de Ayotzinapa y sus familias, de quienes dice conocer muy bien su –ideología-?

Y por último llegando al terreno federal, también me gustaría saber ¿por qué, tanto el presidente Enrique Peña Nieto y su consorte la ex actriz Angélica Rivero Hurtado, se dirigen al pueblo –tan enojados y tan molestos-, para responder a los cuestionamientos que con todo derecho los ciudadanos mexicanos (por quienes con sus votos, hoy tiene el poder), les podemos hacer.

Se entiende que el Ejecutivo Federal tenga derecho a externar su temor, pero de ninguna manera tiene la facultad para regañar al pueblo, de la forma en la que recientemente lo hizo, y mucho menos que su esposa, quien (aunque de forma honoraria) está al frente del DIF, institución descentralizada, efectivamente, pero que al fin maneja recursos públicos, es decir, de nuestros bastante altos impuestos, salga con el ceño fruncido en un video, dando una –cuestionable información- sobre la adquisición de su –pequeña mansión-. Con todo respeto, las cosas no son, o por lo pronto ya no son como antaño; es decir, ya no somos rehenes de la ingobernabilidad. ¡Vale la pena reflexionarlo!











 

miércoles, 5 de noviembre de 2014

TRILOGÍA POLÍTICA






TRILOGÍA POLÍTICA

Luz María Sánchez Rovirosa

“Levántate una y otra vez hasta que los corderos se conviertan en leones”.

Hoy compartiré con quienes me prestan el favor de su lectura, un artículo dividido en una trilogía muy importante, tanto para el estado de Guerrero como para el puerto de Acapulco y el país.

Empezaremos por el acertado y justo reclamo que hace como organización de profesionistas independientes, El Colegio de Contadores Públicos del Estado de Guerrero de la forma por la cual llegó Alfonso Damián Peralta, como titular de la Auditoría General del Estado (AGE).

Teniendo como una de sus acciones principales, el rendimiento de las cuentas y la transparencia de las finanzas del estado, es imposible aceptar el abuso irracional de poder y la ambición desmedida de los políticos y representantes populares, tal es el gobernador con licencia Ángel Aguirre Rivero, quien en contubernio con un “selecto” grupo de legisladores del Congreso local para nombrar al titular de dicha dependencia; violando el procedimiento de elección, y no cumpliendo con los requisitos que señala la Ley Número 1028 de Fiscalización Superior y Rendición de Cuentas del Estado de Guerrero, así como la 116, fracción II, párrafo 5 de la Constitución General de la República.

Más que obvia la falta de ética de los involucrados, al –imponer- como titular de la AGE, a un funcionario y militante del PRD, quien hasta entonces fungía como sub secretario de Administración y Finanzas de la Secretaría de Educación de Guerrero (SEG), y que puso su renuncia (horas antes del registro de la imposición), con la venia del diputado Bernardo Ortega Jiménez, presidente de la Comisión de Gobierno del Congreso local.

De esta irregularidad, se desprenden graves responsabilidades, como hacer omiso el estado de Derecho que nos rige por medio de las leyes del estado de Guerrero en México; amén de ser una de las principales causas de la evasión fiscal, por la falta de confianza de los contribuyentes en el manejo de los recursos públicos; ya que es imposible que una misma persona sea juez y parte.

Pasando al segundo punto, enorme en importancia también, la soberbia e ignorancia de Luis Walton Aburto, se manifiesta día con día (y cada vez más grave), en este atribulado puerto de Acapulco, hoy convertido en un pueblo fantasma, sin liderazgo y agobiado por una arrasadora impunidad que no tiene nombre.

En cada ocasión que se le ocurre abrir la boca, muestra su verdadera condición de ser un gobernante (¿?) perversamente alejado de la frustrante realidad (con la que él ha contribuido) de los acapulqueños y turistas. Tan mal está la situación en el puerto, que por doquier (a nivel nacional e internacional), aparecen artículos muy preocupantes, sobre la inseguridad que impera en este destino turístico de sol y playa.

La ceguera del alcalde llega a tal extremo, que es incapaz de codificar en sus neuronas, que Acapulco está catalogado en los primeros lugares de inseguridad y violencia de la república, añadiéndole los actuales problemas y múltiples hechos violentos de alto impacto, vinculados con el crimen organizado.

Y las preguntas me asaltan: ¿Qué esperamos de un alcalde que no conoce ni de lejos sus responsabilidades, pero mucho menos sus límites como autoridad? ¿Qué esperamos de un presidente municipal que nos ha dejado sin policías y sin seguridad en manos de la delincuencia, que comete sus fechorías y sus asaltos a plena luz del día en completa impunidad? ¿Qué esperamos de un alcalde que no nos proporciona los servicios que pagamos con nuestros impuestos? ¿Qué podemos esperar del edil que no escatimó dejar a una persona sin su empleo y su sustento por “chismes de lavadero”? ¿Qué esperamos de una persona que se brinca sin escrúpulos la delgada línea entre la autoridad, el abuso y el tráfico de influencias?

Y el tercer punto que es obligado, sobre la detención del ex alcalde de Iguala José Luis Abarca Velázquez y su esposa María de los Ángeles Pineda Villa, quienes están acusados (entre otras cosas), de ser los autores intelectuales del asesinato de 6 personas y la desaparición de 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural “Isidro Burgos” en Ayotzinapa, el pasado 26 de septiembre, en Iguala.

Desafortunadamente y sin poder (todavía) formar un criterio relevante sobre esta grave y penosa situación, esperamos que las –autoridades competentes- no se demoren mucho con la información, para poder esclarecer a mi humilde opinión lo más importante, que es el paradero de los 43 estudiantes, y para que las manifestaciones que hoy se realizan con los ojos abiertos para tratar de resolver el desorden en que se ha convertido el –nuevo gobierno del PRI-, no se vuelvan a cerrar, aun cuando muchas veces, nos causen incomodidad. ¡Vale la pena reflexionarlo!