LA
PERCEPCIÓN
Luz María Sánchez Rovirosa
“El alfarero se irrita con
el alfarero. El recitador con el recitador. ¿Por qué el poderoso se irrita con
el mendigo?”
¿Cuántas políticas existen?
Seguramente muchas, por lo pronto la política de las leyes importantes, de las
reformas y los decretos, de los mítines electorales, de los discursos solemnes,
de los debates públicos, la política elegante de los países del primer mundo,
de los emergentes y de los organismos internacionales. Esta es la política que
sale en la televisión, la prensa, la radio y el internet. Esta es la política
del privilegio y de los iluminados
También existe la política “pequeña”;
la del funcionario que está en la ventanilla de un ayuntamiento, del oficial de
un juzgado que ordena los papeles para la atención de las demandas, la del
portero de un edificio público que limpia las escaleras, abre la puerta y reparte
la correspondencia.
La política de los
capturistas, quienes introducen los datos en una computadora para que llegue la
atención de los programas –sociales- a miles de personas necesitadas; la
política del policía y del guardia que apoyan para disminuir el caos humano y que
garantizan esa seguridad que tanto deseamos al estar, entrar y salir de casa y
lugares de trabajo. A esta política la conocemos como “burocracia”. Pero hasta
el día de hoy, no conocía la –política de la percepción-.
La noción de lo que
entendemos como percepción viene del término latino –perceptio- que describe
tanto la acción, como la consecuencia de percibir y se define en el proceso
cognoscitivo a través del cual, las personas son capaces de comprender su
entorno y actuar en consecuencia, es decir, se trata de entender y organizar
los estímulos generados por el ambiente y darles un sentido.
Pero hay que poner mucha
atención, ya que muchas personas (incluso los –iluis- o -políticos iluminados-),
consideran como sinónimos a la sensación y a la percepción. Grave error.
Una sensación es una
experiencia que se vive a partir de un estímulo; es la respuesta clara a un
hecho captado por medio de los cinco sentidos. Y una percepción es la
interpretación de una sensación, es decir, aquello que es captado por los
sentidos que adquiere un significado y es clasificado en el cerebro. Lo que sí
es un hecho, es que la sensación, precede a la percepción.
Según la teoría de Gestalt,
las personas percibimos el mundo como un todo y no de forma fragmentada; y es a
través de nuestra percepción, como somos capaces de entender de qué está
formado el todo y aislar aquello que nos interesa en cada momento específico.
Pero ¿por qué hablar de las
–diferentes políticas- y de la percepción? Recientemente el secretario de
Hacienda y Crédito Público, señaló que la economía del país no está mal, que lo
que no está bien es la percepción de los mexicanos sobre la misma.
¿De qué habla Luis Videgaray
Caso? El primer año de la actual administración (nuevamente priísta), resultó
ser una decepción en la mayoría de los ámbitos del quehacer político, pero
especialmente el económico; ya que pese al optimismo del primer momento, las
expectativas del crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), se colapsaron y en
la percepción de los mexicanos en lugar de acelerar, tienen puesto el freno de
mano.
A pesar de la insistencia de
Videgaray en asegurar que la economía de México va por buen camino, la
percepción de los mexicanos es que el secretario de Hacienda, ha mostrado ser
un político ineficiente y poco audaz para manejar las finanzas públicas del
país (que se le han salido de las manos); pero a quien se ha visto (como todos
los demás políticos de alcurnia), concentrado en la negociación y operación de
las reformas estructurales que a percepción de los mexicanos, sólo les traerán
beneficios a los de –su clase-.
En 2012 (diciembre) el
gobierno de Enrique Peña Nieto, había estimado un aumento del PIB del 3.5 por
ciento para el 2013, pero resultado de la ineptitud y no de los pretextos,
cerró el año pasado en 1.3 por ciento, decaimiento muy lamentable para el ya de
por sí deteriorado país.
2014, bajo la lupa de los
expertos en el tema, como Banxico, INEGI, OCDE, la economía se estancaría o seguiría
a la baja. No así para la percepción (miope) de Videgaray quien sigue (y a
percepción de los mexicanos), seguirá insistiendo que la economía del país, va
por buen camino. ¿En qué momento lo perdimos?
La percepción de los líderes
del sector privado, al igual que la de los mexicanos, han alertado al gobierno
actual del efecto negativo que han producido las modificaciones que se han
hecho, vía las reformas estructurales sobre la economía y el desarrollo
integral del país; las cuales hasta hoy, siguen en apoyo como siempre de los
mismos.
Sin embargo todos estos
falsos destellos de los que tanto alardean y que nos fueron vendidos bajo la
percepción de los integrantes del comité político de los grandes –iluminados-,
nos han demostrado por medio de las sensaciones negativas que hemos tenido
desde que inició esta administración, que la percepción de los mexicanos sobre
la economía, finanzas, PIB, y demás, que han lastimado al país con más hambre,
más pobreza extrema, más desempleo, más informalidad, más corrupción, más abuso
y más violencia e inseguridad, sin duda alguna, es la correcta. ¡Vale la pena
reflexionarlo!