miércoles, 30 de diciembre de 2015

¿EL AÑO NUEVO, ILUSIÓN O ILUSIONISMO?







¿EL AÑO NUEVO, ILUSIÓN O ILUSIONISMO?


Luz María Sánchez Rovirosa


“Pobrecito mi patrón, piensa que el pobre soy yo” Facundo Cabral.



¿La participación ciudadana qué podría hacer (además de comités y consejos con intereses particulares), para lograr sacar al estado de Guerrero del atraso, la pobreza; de la marginación social, política y económica, de la corrupción; de la violencia e inseguridad en que se encuentra sumido actualmente?

Hablar de un mexicano, de un guerrerense, de un acapulqueño participativo, estoy convencida que sería lo óptimo, lo ideal y lo correcto; si el gobierno lo permitiera; y si la ciudadanía sintiéndose tomada en cuenta no se politizara. Pero como desafortunadamente esto es cada día más difícil (por no decir imposible), hoy casi al declinar el 2015, hablaremos de la ilusión.

La ilusión es la esperanza puesta en alguna cosa positiva, como un sueño, un sentimiento de alegría, en un proyecto que de verdad deseamos que se realice, que se cumpla. Y la ilusión óptica (ilusionismo), es una imagen mental engañosa provocada por la imaginación o por la interpretación errónea de lo que perciben los sentidos. Muy diferentes, pero al final, ambas son ilusiones.

Las comparaciones con el pasado (para algunas personas) que tienen el convencimiento de que cualquier época anterior fue mejor; quizá no sea lo más sano; sin embargo, igual pero de atrás para adelante ya lo reza el refrán que dice: “nunca segundas partes fueron mejores”.

Así que de vez en cuando, hablando de ilusión y de ilusionismo político, específicamente en este caso que nos atrae, es decir, en los nuevos (¿?) gobiernos del estado de Guerrero y del puerto de Acapulco, el primero del Partido Revolucionario Institucional (PRI), y el segundo del Partido de la Revolución Democrática (PRD); no hay más remedio que cotejar y reconocer que en estos tiempos tan avanzados en tecnología y en contraposición a otros que ya son historia, se cometen las mismas barbaridades, injusticias, esclavitudes y se protagonizan salvajadas, robos, engaños, delitos y tonterías igual que antes, pero con aires de “sofisticación”.
 
No hay necesidad que sucedan desgracias naturales como terremotos, huracanes, tsunamis, o accidentes que provoca el hombre con su falta de respeto a La Madre Naturaleza, o campañas electorales, para hablar de pobreza y marginación, pero sobre todo para hablar y llegar a la acción de los planes de desarrollo que todos los gobiernos (sin excepción), deberían contemplar siempre.

Los políticos de todo color, tiempo y lugar, en vez de todas sus demagógicas manifestaciones (sobre todo electoreras), deberían sentir cada día, de cada año con el mismo fervor, cómo la gente se muere de hambre; cómo cada día se mueren cientos, miles de niños, sin tener ni agua, ni comida, sin atención médica, ni medicinas, sin educación, sin Derechos Humanos, es decir, sin ser tomados en cuenta.

La pobreza en el mundo sobrepasa por mucho, lo que la razón permite, es aberrante ver, ser testigos y cómplices, cómo demasiados países invierten y se gastan cada año, miles de millones de dólares, de Euros y también en pesos, en armas, en drogas, que solo sirven para provocar y acrecentar la grave patología de la depredadora raza humana.

Adelgazando la geografía mundial, sin detenernos (por el momento) en la nacional que es muy delicada también, volvemos a aterrizar en este lánguido estado de Guerrero, en donde las injusticias cada vez son más impudorosas y sin ninguna excusa (por más que traten) que le sirva al gobierno de justificación.

Así que después de tanta –lujuria política-, y supuestos y envilecidos –intentos de transición-, en la actualidad, nuevamente con un gobierno priísta encaramado en la “silla del estado”; el cambio, la democracia y toda ilusión, es un lujo que no se puede uno dar, porque no ha lugar a la participación natural y cívica de la gente, ya que el ilusionismo político que tan bien manejan los gobiernos tricolores, ha devenido en una economía que no está encaminada al bien común.

¿Cuándo será el tiempo de los rebeldes, no el conformismo y la inercia del tiempo que nos tocó vivir? Falta de un buen gobierno, falta de ética, de moral, de valores, de dignidad, de honestidad, de humildad, de humanidad. Falta de preparación, de estudios, de cultura, pero curiosamente no de imaginación para la manipulación y el engaño.

¿Será posible que no exista alguna manera para que volvamos a ilusionarnos y para que la democracia sirva para gobernarnos y no para que nos encadenemos al ilusionismo político? ¡Vale la pena reflexionarlo!


P.D. De corazón les deseo, que este año por llegar nos conserve la esperanza de que un mundo mejor, si es posible. FELIZ AÑO 2016.

sábado, 26 de diciembre de 2015

NAVIDAD Y POLÍTICA





NAVIDAD Y POLÍTICA

Luz María Sánchez Rovirosa

“Que en estas fiestas renazca el amor y la luz de la esperanza, y que la esperanza se transforme en maravillosa realidad”.
“La justicia es Divina, la injusticia somos nosotros”

Hoy quisiera dividir este artículo en dos partes; ya que no se puede dejar de lado la cotidianeidad del estado de Guerrero y del puerto de Acapulco, de frente ya ante la temporada navideña y vísperas de año nuevo, con la llegada tan esperada de los vacacionistas. La segunda parte obviamente tiene por objetivo hacer una reflexión ante estas fiestas religiosas, sociales y para mucha gente de un merecido descanso y esparcimiento.

Empezaré por hacer una breve remembranza del reciente desenlace de las contiendas electorales, y podemos estar seguros (dando el beneficio de la duda), que el intento de política tanto del estado de Guerrero como del municipio de Acapulco, sin duda tendría en algún momento, buenas intenciones.

Pero ante todo este grave producto de -manipulación mediática y desinformación ideológica-, tiene un carácter cada día que pasa, significativamente más negativo para la vida del estado y del puerto; donde diariamente se destroza la propiedad pública y privada; donde el desaliento social lo provoca desde las mentiras, las promesas incumplidas, el desdén, una amenaza, un susto, hasta un secuestro, un atentado, o un crimen, incluso (si así lo deciden) político.

Y en ese marco (con especial definición) político ¿Dónde encaja la miseria, la pobreza, la carencia de lo indispensable para el medio sobrevivir de la mayoría de los habitantes de Guerrero y de Acapulco siempre en los últimos lugares de progreso y del respeto a los Derechos Humanos? O dicho de otra manera: ¿Qué se considera en estos lares cómo una injusticia social: matar o dejar morir?

La clase en el poder trata de jugar con la psicología de las personas, con sus sentimientos, con sus emociones y decepciones, con el único fin de encauzar (a donde les conviene) cualquier signo de descontento; diluir y desviar la atención del impacto de cualquier -violencia estructural-, sin mencionar jamás en la miseria de su retórica, las consecuencias que persiguen con su egoísmo político.

¿Repugnancia, miedo, pánico, por lo que va a suceder, conociendo lo sucedido? Los actores políticos que danzan alrededor de este melancólico estado, nunca han hecho ningún esfuerzo por fingir respecto a sus intereses bien definidos (y ni Héctor Astudillo, ni Evodio Velázquez son la excepción).

Para concluir con la parte política porque lo amerita, y dirigido al gobernador y al presidente municipal, la Carta Magna, reconoce el derecho de todo ciudadano a la Libertad de Expresión (con mayúscula), por ello, alzo la voz para decir que a la sociedad civil organizada o no, sí nos corresponde participar y opinar sobre el destino de nuestro estado (incluido Acapulco), como productores y proveedores del financiamiento público (que los gobernantes y servidores públicos demasiadas veces olvidan); porque ya nos cansamos que nos ninguneen los políticos prepotentes.  ¡Vale la pena reflexionarlo!

Pasando al siguiente tema, la Navidad, aun cuando para muchas personas es un tiempo de fiestas y entusiasmo (justificado); significa primordialmente para otras, ese manto protector que envuelve al mundo durante estos días, en que se recuerda el nacimiento de Jesucristo. 
Celebramos como cada familia lo acostumbre o sea su tradición de esta época.  Lo importante es encontrar el equilibrio entre el verdadero significado de la Navidad y las fiestas sociales. 
La Navidad (y siempre), es una oportunidad para contemplar el gran misterio de Dios, quien hecho hombre vino a salvarnos. La celebración de la Navidad nace en algunos de nosotros al reflexionar sobre este hecho, aun cuando participemos de las fiestas y compartamos los regalos,  el árbol, las luces, los adornos y el pesebre, una rica cena, para crear también ese ambiente de oración y buscar el encuentro personal con Dios por medio de Jesús. Podemos y debemos conservar el hermoso sentimiento de la esencia de la Navidad. 
En esta temporada abundan las sonrisas, los abrazos fraternos, los buenos deseos, la solidaridad, el ambiente de paz y tranquilidad, pero sobre todo el perdón y el amor. Y a pesar de que no hay una explicación científica para los cambios que experimentan las personas en estas fechas desde el punto de vista emocional y psicológico, asombrosamente el -Espíritu de la Navidad-, es un estado de ánimo al que se llega, debido a la predisposición de ser feliz ante la esperanza de que al inicio de otro año, siempre encontremos algo mejor. 

P.D. Con mis sinceros deseos de paz y armonía, pero sobre todo salud, para todos ustedes y sus queridas familias. FELIZ NAVIDAD, Dios les bendiga!!!  

domingo, 13 de diciembre de 2015

"VIVE GUERRERO UN NUEVO MOMENTO" ¿DE VIOLENCIA?







“VIVE GUERRERO UN NUEVO MOMENTO” ¿DE VIOLENCIA?

Luz María Sánchez Rovirosa

“Tener miedo es uno de nuestros sistemas de protección. No sentirlo es tan peligroso como vivir dominado por él”.

Sentir miedo en Acapulco hoy en día es una desagradable costumbre que se extiende cada día más entre la población: basta con abrir la puerta de tu casa. Ya no es necesario caminar por una colonia desierta por la noche, para saber que corres peligro y sentir miedo. Ya no se necesita que un grupo de individuos con aspecto amenazador se interponga (en coche, moto o a pie) en tu camino y que sientas el aterrador “no hay escape”.


El miedo es un sentimiento inherente al ser humano y muchas veces moldea nuestra vida diaria, porque adquiere mil caras y se extiende a todo tipo de situaciones. En el caso de una desmesurada violencia sin control y que se prolonga demasiado, produce un miedo y una ansiedad tan intensas, que se corre el riesgo de convertirse en algo peligroso y patológico.

Sin embargo, muchos pensarán que exagero, ya que es difícil definir el miedo, porque es una sensación, pero muchas veces un sentimiento justificado que se experimenta por haber sufrido, ya sea en carne propia o con alguien muy cercano, experiencias tremendas que nos evocan ese pasado, que tantas veces nos eriza el cabello.

Sin duda alguna, se puede admitir que en Acapulco los hechos violentos nos han rebasado, pese a que el gobernador Astudillo tiene otra impresión ya que en recientes declaraciones señaló: “yo creo que ha habido problemas, pero también hay operativos que han ido más a fondo, el caso de los operativos en escuelas es muy importante, el dato que tenemos es que hay cien escuelas, se disminuyó a 30 escuelas inseguras, el resto están resguardas y protegidas, operación que se está haciendo, si ustedes observan esta parte en algunas partes ha disminuido, el asunto es que es lamentable lo ocurrido al director de Recursos Humanos, y que hasta el momento se había mantenido libre de incidente, cuando menos en la zona turística” (sic).

Discrepando de las extrañas declaraciones del gobernador Héctor Astudillo (porque son miles las muertes lamentables); desde hace ya tiempo y con curiosidad, he venido observando que los hechos violentos que nos agobian y que nos agobian mucho, no son exclusivos del crimen organizado, sino aun cuando efectivamente esta violencia puede derivar de esas acciones delictivas, ya se manifiesta claramente una patología criminal diferente, y que es propia de la injusticia, el oportunismo y de la impunidad.

Este es un tema muy controversial que amerita por parte del gobierno un serio debate de altura con personas expertas; (y que Osorio Chong, solo escuche), con el fin de que las políticas públicas a implementar en contra de esta violencia que nos abruma, puedan ser las adecuadas y eficientes, en cuanto a seguridad; pero sobre todo, para que los actores del gobierno (federal, estatal y municipal), no se estén gastando la “pólvora en infiernillos”.

Con mucha tristeza vemos a Acapulco sumido en un profundo deterioro y sintiendo una desolación inmensa, al constatar que lo que otrora fue el puerto más hermoso del Pacífico, se ha convertido en un pueblo fantasma.

Y ante toda esta atrocidad, me asalta la duda de que no podamos tener una nueva oportunidad de ver un cambio y por ende progreso. La pregunta se me atora en la garganta porque quiero, quiero de verdad ser optimista pero francamente no puedo ¿Cómo pretendemos un cambio, si para renovar se necesita precisamente un cambio? Y con todo respeto en Guerrero y en Acapulco hemos sido testigos que los escombros se re usan como parches mal pegados, y la basura se recicla una y otra vez; es decir, vemos exactamente las mismas y desvencijadas estructuras -con lo y los mismos “actores” dentro de ellas-.


¿Cuántos años tendrán que pasar, cuántos alcaldes, cuántos gobernadores, para devolverle la dignidad al puerto y a su gente? Una aberración que siempre en un principio es rescatable; pero cuando las cosas en el estado y en el puerto de Acapulco están tan complicadas y fuera de control (política, financiera y socialmente), la visión a corto, mediano y largo plazo para estos nuevos gobiernos la tenían que haber puesto en otro horizonte, en el cual la corrupción, la impunidad, la inseguridad, la conveniencia, el egoísmo, nepotismo, la insensibilidad y la injusticia de una administración, nunca más debería permitir y permitirse brincar la línea que separa lo humano de lo inhumano. Juzgue Usted. ¡Vale la pena reflexionarlo!

viernes, 4 de diciembre de 2015

DESPEÑADERO Y AGONÍA











DESPEÑADERO Y AGONÍA

Luz María Sánchez Rovirosa


"Sólo el hombre íntegro es capaz de confesar sus faltas y de reconocer sus errores." Benjamín Franklin.


-77 largos años deberían haberse cumplido-, desde la consolidación de la -Expropiación Petrolera-, bajo el mandato del entonces presidente de México Gral. Lázaro Cárdenas del Río. Hoy su homólogo Enrique Peña Nieto, justo en la mitad de su camino (que ya perdió), parece haber olvidado también, la cantidad de veces que reiteró (en muchos lugares, incluido el extranjero), que PEMEX no se iba a privatizar, ni a vender; pero los (acertados) subliminales que rodearon a la iniciativa y después a la reforma energética, nos hicieron pensar (y pensar bien), que así iba a suceder, y infortunadamente, así sucedió.

Desde la fecha de la Expropiación Petrolera, 18 de marzo de 1938 (derivada de la implementación de la Ley de Expropiación y del artículo 27 de la Constitución Mexicana), en México habíamos vivido orgullosos de nuestro petróleo, primeramente por las ganancias que nuestro codiciado “oro negro” otorgaba a la nación y que eran muchas, tantas, que prácticamente el país vivía de ellas, a pesar de la insaciable ambición y el abuso de los gobernantes y de los líderes sindicales.

La energía es prácticamente lo que mueve el desarrollo económico del mundo, y México, no es la excepción; la energía está relacionada con toda la esencia de la vida cotidiana. La energía en México, no es sólo hablar de petróleo (como crudo), o hablar de PEMEX (como empresa). La energía es simple y sencillamente hablar de todo, de los usos y consumos que afectan o privilegian la vida de todo país.

Por ello ha sido imposible entender los sueños guajiros de una tropa (en beneficio propio), de extravagantes y extraños miembros; para una sociedad (en su mayoría), temerosa (con razón), que desde entonces hasta hoy, habla, comenta y lucubra sobre la privatización de PEMEX, es decir, de la venta de nuestro patrimonio nacional, sobre todo, a la Iniciativa Privada extranjera.
Por supuesto que entrando o no en razón, hoy ese hecho es una realidad sin posible margen de error; ya que son demasiados los intereses, económicos, políticos y de poder, que genera el petróleo para los gobernantes en México, conociendo su intrínseca historia.

El presidente de México, Enrique Peña Nieto (en crítica constructiva), se encuentra en una grave situación, justo a la mitad de un rumbo que lamentablemente extravió. Podemos hablar que (quizá), lo más relevante que hasta hoy ha tenido su -nefasto gobierno- y que tanto le festejaron, fue el poder de manipulación de sus asesores (vía bono financiero), para meter al aro a los partidos (o a sus jefes) de oposición y lograr que “blanditos” ($$$) firmaran -El Pacto por México-, una auténtica vacilada que en rebelión (no sabemos a ciencia cierta, por qué), los “Panaderos”, los “Chuchos” y anexas, un día sí y otro también, le dan la espalda.

De esta falsa y mediática estrategia, se suponía que partirían todas las líneas que le darían vida a este gobierno y que “movería a México”, que hoy, en la mitad de su quehacer y a pesar de los inválidos esfuerzos, se “despeña” y agoniza.

Faltan muchas cosas por mencionar, otras muchas por venir. ¿Qué nos depara el destino, una real intención del presidente Enrique Peña Nieto y su equipo de administrar bien (lo que es su obligación) y de transformar México? ¿O tan solo una simulación con altos beneficios mediáticos y propios, pero poco sustanciales (para variar), para el pueblo de México?


Más allá de los obtusos discursos del presidente Enrique Peña Nieto; más allá de las expectativas maravillosas que él ha descrito (que se las cree) y que aún describe; más allá de la diferencia entre privatizar y vender, que no sabe cómo explicar; hay una cuestión demasiado importante a la cual el ejecutivo no se ha referido, y a la que debemos prestar mucha atención ¿Qué vamos a hacer los mexicanos sin nuestro petróleo? ¡Vale la pena reflexionarlo!

jueves, 26 de noviembre de 2015

"CUANDO CALIENTA EL SOL, AQUÍ EN LAS PLAYAS DE ACAPULCO"





“CUANDO CALIENTA EL SOL, AQUÍ EN LAS PLAYAS DE ACAPULCO”


Luz María Sánchez Rovirosa


“El político es y deberá ser siempre el humano que ante el llamado de las necesidades públicas de la sociedad, responderá con comprometida solidaridad ante la problemática imperante de su época y las circunstancias de su pueblo”.


En Acapulco las bellezas naturales son lo máximo, y eso ni quien lo dude; hay un sol esplendoroso, aguas cálidas en playas de suave arena y atractivos incomparables, por lo que la violencia, no puede opacar el esplendor del puerto. Eso también es verdad, pero si opaca y ciega la vida de su pueblo y de los turistas que nos visitan.

Los funcionarios (todos, y de todos los tiempos) siempre han querido “tapar el sol con un dedo”, y aseguran que pese a las noticias constantes de hechos sangrientos que han atraído la atención de los medios de comunicación nacionales e internacionales, la población acapulqueña realiza con normalidad sus actividades diarias.

Cuántas veces y reiteradamente hemos escuchado que Acapulco no está en crisis, que los casos de violencia que se han suscitado en el puerto, son hechos aislados; y nos aseguran que las autoridades turísticas han atendido el asunto (¿?). ¿Qué es lo que nos toca hacer a nosotros los ciudadanos? ¿Hablar de lo bueno, de lo hermoso que es Acapulco y que es mucho más que los -incidentes aislados- que nos lastiman, que nos duelen y que nos asustan?

En la historia de la humanidad, nos encontramos con el intento constante del hombre por dominar a sus semejantes, a menudo en provecho propio. Este deseo de someter a los demás y al mismo tiempo el miedo a ser sometido por los demás, es en muchas ocasiones la raíz de la mentira, del fingimiento, del fraude, de la manipulación, de la demagogia política, y por supuesto de la violencia.

La violencia es indudablemente fruto de la injusticia, y cada día más personas se manifiestan en contra de esta grave situación, con la formación de movimientos de agresión, delitos y crimen, que provocan una acción represiva cada vez más apremiante en la sociedad, sin importar las consecuencias; siendo el círculo de la violencia, la injusticia, la agresión, la reacción de venganza, el rencor, el odio, y así sucesiva y eternamente.

La violencia es una palabra que ya debería estar fuera del contexto verbal de nuestras vidas y es la acción que no debería convivir en la trama de una sociedad civilizada; pero tristemente, por el contrario de lo que digan las autoridades estatales y municipales, cada día se incrementa y sigue permeando en la sociedad como si fuera el único medio por el cual unos pocos se hacen notar, mientras que la mayoría, indefensa, temerosa y dañada la sigue padeciendo, la sigue aguantando, y lo más triste, se está acostumbrando.

No se vislumbra en el horizonte, posibilidad alguna de mitigar la violencia sufrida en el puerto de Acapulco con todo y sus bellezas naturales, porque son dos cosas totalmente diferentes, con las cuales pretenden las autoridades minimizar los graves acontecimientos que han sucedido en el puerto, sin omitir la violencia que también ha cobrado tantas (demasiadas) víctimas en todo el estado de Guerrero. Simplemente, 99 muertos (contaditos), desde que se instaló en Chilpancingo “El Orden y la Paz”. ¿De risa?

Uno de los resultados de la lucha del gobierno mexicano contra el narcotráfico, planeada para ofrecer mayor seguridad a los ciudadanos, desafortunadamente se ha convertido en una fuente permanente de violencia e inestabilidad en varios puntos del país.

En algunos lugares, la violencia ha alcanzado niveles que también resultan letales para la economía de estados y municipios como Guerrero y Acapulco, en los cuales la violencia definitivamente, no es un suceso aislado, ni la mitiga “cuando calienta el sol, aquí en las playas del puerto”.

En este país (como en muchos otros), en este deprimido estado de Guerrero, en este hermoso pero vulnerable y vulnerado puerto de Acapulco, hay marcas, cicatrices, huellas de desesperanza que aparecen significativamente sobre los escenarios de su historia ordinaria, que los doblega a ver los retazos de un gobierno represivo, tan oscuro como lacerante, que se nombra a media voz, ya no por la censura del poder político, sino por la imposibilidad del lenguaje para encontrar palabras adecuadas para expresar el dolor, ante semejantes “ideas políticas”, frente a los agravios sufridos.


Pero la culpa la tenemos nosotros, una sociedad pasiva e inerte, que desde tiempos remotos hemos permitido que nos gobiernen, única y exclusivamente por conveniencia personal y no del bien común; esta clase de personas; que de cualquier color y de cualquier partido, siempre son los mismos. ¡Vale la pena reflexionarlo!

miércoles, 18 de noviembre de 2015







“ISIS”
Luz María Sánchez Rovirosa

“Perdonar a los terroristas es asunto de Dios, enviarlos ante su presencia, es cosa mía” Putin. (Rusia, es otra historia entrelazada).

En la disputa entre occidente, medio oriente y el resto del mundo (que por lo menos su servidora no termina, ni terminará de entender), sigue corriendo un río de sangre, que la historia no ha podido detener.

¿Qué es lo que se encuentra debajo de todo este entarimado de religiones de odio, recelo, envidia; de poder, de política incrustada a los credos y pensamientos radicales, que no permiten la pluralidad, la diversidad de otras opciones que no sean las propias? ¿Acaso serán las armas cada día más sofisticadas?

¿Quién es ISIS, y por qué se alimenta de este odio racial, político y religioso descomunal, que los lleva a ejercer ese terrorismo (casi) sobrenatural? ¿Por qué escogieron este momento, a este país (Francia) y a esta ciudad (París), para llevar a cabo este (y muchos) atentados, que se llevó tantas vidas inocentes entre sus desvaríos?

“El nombre de ISIS surge por sus siglas en inglés: Estado Islámico de Irak y al-Sham, también conocido como Estado Islámico de Irak y el Levante (región que incluye Israel, Líbano y Siria). Lo que ahora se conoce como Estado Islámico, empezó como "Al-Qaeda en Irak; y actualmente controla parte de Irak y Siria, en lo que ellos llaman un "califato". ISIS o Estado Islámico es a la vez un grupo terrorista y un estado de facto, que gobierna parte de ambos países”.

“El nombre completo del jefe, líder o califa del Estado Islámico es: Ibrahim ibn Awwad ibn Ibrahim ibn Ali ibn Muhammad al-Badri al-Samarrai. También se lo conoce como Abu Bakr al-Baghdadi y se hace llamar (más fácil) "Califa Ibrahim".

“No se sabe mucho de él, pero se cree que nació en Samarra, Irak, en 1971 y tiene un doctorado en Estudios Islámicos de la Universidad de Bagdad. En 2003 fue uno de los fundadores de lo que se conoció como Al-Qaeda en Irak. Incluso estuvo detenido en una "prisión civil" de las fuerzas estadounidenses en Irak en 2004”.

“Las razones por las cuales este grupo es tan agresivo incluyen primeramente y entre otras, el ataque psicológico para aterrorizar al enemigo, que es, por definición el objetivo del terrorismo. La propaganda de los videos que ISIS filma, en los cuales difunde sus masacres y decapitaciones, para (supuestamente) captar posibles reclutas de todo el mundo”.

“ISIS es un grupo que se identifica como -la línea dura- de Al-Qaeda, y en sus filas se suman musulmanes de todo el mundo, incluso del Reino Unido y Australia. Hay que recordar que El Corán (Libro Sagrado del Islam) dice en su sura (capítulo) 47: "Cuando te encuentres con los infieles, atácalos en el cuello". Y he aquí, que nos topamos con esta –barbarie- (aunque sea mandato de Dios), en la que los extremistas o fundamentalistas de cualquier religión, suelen tomar los pasajes de sus lineamientos religiosos de forma literal”.

“Así que hay que considerar que los crueles fusilamientos o las decapitaciones que hoy nos horrorizan (con razón), eran considerados en el siglo VII, un método más "humanitario" de matar a alguien. Ese es el siglo, tiempo o era, que ISIS quiere regresar”.

“Por supuesto que en este bélico impasse, no podríamos dejar de mencionar el “Oro Negro”; ya que a diferencia de Al-Qaeda, ISIS no depende de donaciones externas, ya que tan sólo el 5% de sus ingresos son -aportes filantrópicos-. El resto y lo más fuerte, viene de dos fuentes: principalmente del petróleo en el territorio que controlan en Irak y Siria; y el cobro de impuestos en el -pseudo-estado que establecieron-“.

¿Qué podría ser más difícil que ser víctima de otras víctimas? ¿Qué dimensión se le puede dar a esta tragedia de odio racial, religioso y político, en la que la historia nos platica que “érase una vez” que los agresores fueron víctimas?


¿Qué nos hace falta enfrentar todavía, para convertirnos en un mundo donde quepamos todos sin temor, en esta Madre Tierra hoy descuartizada, vejada y atacada impunemente? ¿Cuánto más tendremos que esperar hasta que los ojos se nos abran y no permitamos que se convierta en un lugar inviable y humanamente insoportable para vivir? ¡Vale la pena reflexionarlo!

sábado, 14 de noviembre de 2015

EL RECUENTO DE LOS DAÑOS










EL RECUENTO DE LOS DAÑOS
Luz María Sánchez Rovirosa

“La política es el arte de lo incierto, lo que nos lleva a un principio de incertidumbre política generalizada”. Edgar Morin

¿Qué es lo que origina las manifestaciones de violencia, en este caso en el estado de Guerrero? Tal vez una simple visión nos pueda revelar que es una reacción de proceso tardío hacia la indiferencia, hacia la quietud e inercia cívica de una sociedad muy descuidada de la política, que aun cuando sabe que corre peligro, en lugar de avanzar hacia una vida digna para todos, opta (como única opción) irse derechito hacia la barbarie, en la cual inmersos (activos y pasivos), ya no les importa ni el prójimo, ni mucho menos las leyes.

Sin embargo, estas manifestaciones violentas, claramente nos señalan que existe un atorado clamor, fruto de la decepción ante las enormes expectativas que surgen gobierno tras gobierno, y los pobres resultados políticos, económicos y sociales hasta ahora obtenidos.

El hartazgo de la partidocracia, de los políticos oportunistas envueltos en escándalos de corrupción, que repiten encargos administración tras administración (sin pudor alguno), y del dispendio del dinero del pueblo en excesos de todo tipo; pero sobre todo en las propuestas, proyectos y promesas que nunca se cumplen, y que por el contrario, dejan a las personas sin oportunidades de tener una vida decorosa.

Todo esto provoca desconfianza, hastío y por supuesto intensa irritación (con justificada razón); que dejan desafortunadamente, hechos en consecuencia son muy lamentables.

Sale a colación el preocupante tema, porque al respecto Miguel Ángel Osorio Chong, secretario de Gobernación de México, señaló que la violencia que se ha vivido y se vive actualmente en Guerrero, es el resultado de la falta de interés y acción por parte de los pasados gobiernos, cuyos protagonistas fueron: Ángel Aguirre Rivero y Rogelio Ortega Martínez (interino).

Manifestó que en Guerrero los gobiernos federal y estatal han tomado una nueva dinámica de reforzamiento de la seguridad, pues en los últimos meses la situación ha sido muy compleja (y trágica); ya que estos gobernantes no tomaron la responsabilidad de formar nuevos policías y capacitarlos, por lo cual no había controles de confianza.

El funcionario federal continuó con su “acusaciones”: “Se lo dijimos a sus secretarios de Seguridad, que tenían que formar sus propias instituciones, por lo que hoy son las consecuencias las que se están sufriendo en Guerrero; pero más que lamento, lo que tenemos que hacer es tomar acciones” (sic).

Subrayó que “hoy hay un gobierno que está siendo atento y receptivo a nuestras directrices y a las que marca la sociedad en el tema de seguridad pública, y creemos que vamos a poder trabajar mejor y reducir, como en Michoacán y en otros estados, la violencia y los índices delictivos”.

Estas –increíbles y absurdas declaraciones-, se dan después de que recientemente Guerrero vivió otra jornada muy violenta, cuando un –grupo fuertemente armado- arribó a un palenque en el municipio de Cuajinicuilapa, disparando “a boca de jarro” a la gente que allí se encontraba, muriendo 11 personas, más otras cinco que resultaron heridas. Además de que en el municipio de Chilapa, fueron –levantadas- seis personas; que luego fueron encontradas muertas.

En estas desesperadas declaraciones (sacadas de la manga), Osorio Chong, deja muy claro, que la responsabilidad, o más bien la culpabilidad de la aterradora violencia en Guerrero, desde el caso Ayotzinapa, recae en los dos ex gobernadores antes mencionados.

Pero la pregunta repiquetea fuerte: ¿Qué ha hecho la federación al respecto, además de “hablar” con el titular de seguridad, cuando la violencia desatada en este estado, ha puesto en entredicho el gobierno y al mismísimo presidente Enrique Peña Nieto ante el mundo?

¿Cómo es posible responsabilice a estos dos ex gobernadores que por su falta de interés por la seguridad del estado, esté a punto de explotar; y que al mismo tiempo gocen de completa libertad e impunidad? Si Osorio Chong se muerde, se suicida. Lamentable.


Para terminar (por hoy) y pasando al “recuento de los daños” ¿Qué le deparará a nuestro hermoso pero vapuleado Acapulco, con la “Lucha Libre” que se ha desatado entre el ex presidente municipal Luis Walton Aburto y el alcalde Evodio Velázquez Aguirre, por la mega deuda de 700 mdp; o la “pequeña” deuda de 79 mdp? ¿Quién es el Técnico (¿?) y quién el Rudo? Por favor juzgue usted. ¡Vale la pena reflexionarlo!  

jueves, 29 de octubre de 2015

EL PASTEL







EL PASTEL
Luz María Sánchez Rovirosa

“La promesa de seguridad segura, seguramente será inseguridad asegurada”.

El pasado martes 27 del presente, tomó protesta como Gobernador Constitucional del Estado de Guerrero, el Licenciado Héctor Antonio Astudillo Flores, en una -refinada y ordenada ceremonia-, donde estuvo presente un despliegue de “personalidades” del medio político de los tres niveles de gobierno: Federal, Estatal y Municipal.

No me voy a detener allí, en ese momento imposible congelar; en el cual todo era luz y armonía, y donde los aplausos (excepto al gobernador (¿?) saliente Rogelio Ortega) retumbaban a cada instante, interrumpiendo, el flamante discurso del hoy reluciente gobernador de Guerrero.

En la a figura, la presencia y la sencilla y humilde personalidad de Héctor Astudillo Flores, sin lugar a dudas se manifiesta la clara intención de cambiar el grave estado en el que se encuentran las cosas en Guerrero; pero para poder lograrlo, tiene que conformar (ya lo hizo), un equipo con el que tendrá que trabajar a la par, honestamente y sin descanso para lograrlo.

Hasta aquí todo es “miel sobre hojuelas”, pero a la vista de los preocupados, esperanzados y eufóricos ciudadanos, los que tenemos buena memoria, sí tenemos justificación para estar asustados y tener –nuestras dudas- en las promesas hechas, sobre todo, poniendo toda nuestra atención en una palabra (que por cierto no escuché) en su oratoria, llamada “corrupción”.

No voy a generalizar, porque sería innoble y muy injusto. Dentro del gabinete estatal, están inmersos mujeres y hombres probos; pero también se ungieron bajo presión o negociación, a “personajes” muy cuestionados sobre honestidad, que ejercieron en otras administraciones dejando muy mal sabor de boca.

Las administraciones se pueden sencillamente comparar con la preparación de un pastel. El pueblo guerrerense tenemos muchos años de probar pasteles, que en su presentación lucen hermosos y tremendamente atractivos, pero que al degustarlos (aun cuando siempre nos tocan las migajas), nos empachan y nos producen un serio daño estomacal. Muchos y muy variados son los ingredientes que pueden mezclarse en la elaboración de un pastel para darle mejor consistencia y sabor, entonces, no se entiende por qué son tan ¿necios? de ponerle siempre los mismos.

En este caso, empezamos un “nuevo” gobierno, y nos ponen delante un hermoso pastel, bellísimamente decorado, el cual con sinceridad se nos antoja, pero al ver la receta y darnos cuenta que está hecho con muchos de los “mismos ingredientes”, tal vez sí o tal vez no, se nos apetezca probarlo.
Esto es por el lado (muy de lado) de los ciudadanos, pero dándole una repasada al tiempo, a la historia y al pastel, vemos dentro de este gobierno, a dos gobiernos anteriores y un comodín, repartirse las tajadas más grandes del pastel.

Y así ya muy bien acomodados bajo -sus designados- avistamos a: René Juárez Cisneros, Zeferino Torreblanca Galindo y al comodín (con mucho poder) Manuel Añorve Baños. Pero curiosamente muchos de los priístas expresarán su posición más “rimbombantemente”: “Son parte de las estructuras del partido”. Pero en el humilde criterio de su servidora, toda esta parafernalia política, va re encaminada al 2018.

Ahora bien, uno de los temas relevantes y de los que hizo hincapié Héctor Astudillo Flores en su toma de protesta y durante su campaña, es la inseguridad, un tema que muy frecuentemente está presente en la pláticas de todos y cada uno de los mexicanos, en este caso de los guerrerenses, quienes somos el producto de nuestro tiempo, de la decisión de tratar de vivir nuestro tiempo a tiempo, porque somos carne viva de las contradicciones de nuestro tiempo. A nuestro tiempo, que le permitimos convertirse en dramática historia, al no luchar contra lo que nos impone el tiempo de los demás.


No quiero felicitar al Gobernador Héctor Astudillo Flores, porque no se sacó la lotería; solo quiero decirle, que aun cuando suene chocante, no seré comparsa, ni nota eufórica, de un tema que por demás él sabe y muy bien, que es muy delicado. Tiempo al tiempo. ¡Vale la pena reflexionarlo!





jueves, 22 de octubre de 2015

¿DE PRIMERA O DE SEGUNDA?






¿DE PRIMERA O DE SEGUNDA?

Luz María Sánchez Rovirosa

“La peor consecuencia de la violencia, es que nos estamos acostumbrando a ella, porque nos hemos convertido en rehenes en esta confrontación violenta de ajustes de cuentas."

Efectivamente, la violencia es un fenómeno histórico que está relacionado con el desarrollo social del ser humano. La violencia en todas sus formas, se ha convertido en un tema con el que tenemos que lidiar diariamente, con el latente y grave peligro de enfrentarse a ella y lo peor acostumbrarse a ella como una forma inevitable de vida.

Graves acontecimientos se suscitaron el pasado sábado, cuando un comando o varios hombres con -armas largas- en un taxi, o como usted guste llamarlos, balearon el Bar VIP (uno de tantos), que “Reglamentos y Espectáculos” (de los pasados) Ayuntamientos, sin piedad autorizó a lo largo y ancho de la Costera Miguel Alemán, con venta de alcohol (y muy posiblemente drogas) y en los que se “ejerce” la prostitución; amén que la mayoría funcionan (sin salidas de emergencia), hasta altas horas en la madrugada.
Al respecto, resulta que en un restaurante contiguo de comida italiana (que no de lujo), se encontraba coincidentemente cenando el próximo gobernador del estado Héctor Astudillo Flores, acompañado de su esposa Mercedes Calvo de Astudillo. Sus guardias, quienes contestaron de inmediato la agresión, resultaron heridos, y según se informó no de gravedad, pero desafortunadamente y para variar, en el –fuego cruzado-, un inocente perdió la vida.
Toda esta patética historia, obviamente repercute en la afluencia del turismo para Acapulco. Navieras que están depositando nuevamente su confianza en el puerto para tocar sus aguas, así como visitantes nacionales y foráneos que se esperan para la temporada decembrina.
Pero ante lo ya dramático, “desafortunadamente”, no contábamos con la astucia del Secretario de Fomento Turístico del Estado de Guerrero, Sergio Salmerón Manzanares, quien “afortunadamente” ya se va (y esperamos que para no volver), con sus estúpidas y desatinadas declaraciones sobre los hechos, donde expresa su pesar por los acontecimientos en detrimento del turismo, señalando también que lamenta la pérdida humana, pero que “afortunadamente” no había sido un turista (sic). Es decir, en su irracional criterio, “habemus” dos clases de personas: los de primera, turistas; y de segunda, los acapulqueños, -para servir a usted-. ¿En cuál de los dos grupos se acomodaría toda la clase política: líderes, funcionarios, servidores públicos, autoridades y este sujeto que dice “fomentar” el turismo del Estado de Guerrero?
Se hablan tantas cosas sobre la espiral de la violencia que padece Guerrero con su hermoso puerto de Acapulco, que es uno de los destinos (otrora) más famosos de México y el mundo. Tanta era la fama de su belleza, que recibió el sobre nombre de “La Joya del Pacífico”.

¿En qué momento se perdió el camino y nos convertimos en el último lugar del Índice de las Ciudades más Competitivas y Sustentables, elaborado por el IMCO y Banamex, (Desarrollo Urbano y Desempeño Ambiental); incluso por debajo de Chilpancingo; poniéndonos como ejemplo a otros destinos de playa (Los Cabos y Cancún), como lo que no se tiene que hacer, para no terminar como el Puerto de Acapulco, en unas décadas?

Para que la balanza funcione y pese correctamente tiene que haber equilibrio, en el caso de Guerrero y Acapulco (como de cualquier otro lugar del país), las autoridades no pueden ni deben minimizar los trágicos sucesos para que la actividad turística no se vea afectada. Pero la pregunta surge: ¿Cómo puede no afectar a la gente que aquí vive y al turismo nacional e internacional, el preocupante incremento de asesinatos con violencia extrema y sin ningún límite ni pudor?


De verdad que lamento mucho los recientes hechos sangrientos. Como sociedad, no podemos seguir con los brazos cruzados, porque de continuar así las cosas y las autoridades no cambien para bien, es decir, no desvíen, no usen (para lo que son) o roben recursos (incluso etiquetados), que son vitales para el desarrollo humano; mientras no tomemos conciencia de lo que nos está sucediendo por conveniencia, negligencia, apatía o temor; mientras no tengamos el valor de externar nuestro malestar y exigir el bien común, nunca nos va a llegar. ¡Vale la pena reflexionarlo!     

miércoles, 14 de octubre de 2015

MIEDO POLÍTICO


EL MIEDO POLÍTICO

Luz María Sánchez Rovirosa

“El miedo es natural en el prudente, y el saberlo vencer es ser valiente” Alonso de Arcilla y Zúñiga.

El miedo siempre ha sido una de las mejores herramientas con las que cuenta el poder, y que comúnmente utiliza para que la población viva inmersa en él. Las maquiavélicas formas de crear miedos falsos, para -espantar-, obliga a los ciudadanos a crearse corazas para esconderse frente a los caóticos sucesos sociales, que nos consumen.

La definición de miedo en el Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia es: “perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo o daño real, o imaginario”. El miedo, es una sensación muy desagradable que produce desconfianza, suspicacia, sospechas, malicia, escepticismo, etc., y por lo tanto genera la imperiosa necesidad de protegerse de él.

Enfocándonos a nuestra –tan cuestionada- realidad política, el miedo social se manifestaba, principalmente cuando las autoridades eran inquisidoras y practicaban el poder e imponían las leyes, de forma abusiva en contra del pueblo.

Pero hoy en día, el miedo al quehacer político, pero sobre todo a quienes lo realizan, desde cualquier jerarquía, adopta rostros inéditos. Ya no son tan solo los temores acostumbrados, como son las mordazas, las amenazas, los castigos, el bullying fiscal, etc.

Hoy existen formas más sutiles, pero más letales, como son: la minimización de los beneficios sociales, el desempleo, la reducción de nuestro poder adquisitivo, la inercia (a la baja) de la plusvalía de nuestros bienes; que nos empujan cada día más fuerte a la marginación económica y social, y por ende a la limitación de la participación ciudadana en la política.

Y ese miedo de sobrevivir a las recurrentes crisis, en medio de severos conflictos, con una violencia que envilece con sus rudas consecuencias, provocan a su vez, que el pueblo no funcione como tal, entrando en un estado de debilidad, que le impide incluso pensar por sí mismo; y como el miedo es un sentimiento que inmoviliza, hace a la gente vulnerable para ser subyugados y cautivos.

Y entonces los pueblos, las ciudades, las comunidades, se convierten en fantasmas y el miedo se transforma en una realidad cotidiana en la cual las personas simplemente al caminar por las colonias, encuentran cada día, dos o tres tiendas que cerraron, una o dos casas deshabitadas, uno se percata que los meses pasan y las personas pensionadas no cobran el dinero de su jubilación, que no solo no se cuenta con servicios de salud decentes, ni con medicinas. Se topa uno con que los hijos y muchos jóvenes que terminan sus estudios, no encuentren trabajo, siendo cada día presas más fáciles del –crimen organizado-, así como un largo listado de etcéteras.

Así que focalizando al municipio de Acapulco; en estos momentos en que tenemos 15 días con una “nueva” (¿?) administración, la pregunta obligada sería: ¿A qué le tenemos miedo?

Sin lugar a dudas, le tenemos no miedo, sino pánico, a que el –incipiente- alcalde Evodio Velázquez Aguirre, nos llame incrédulos. ¿Cómo le gustaría al presidente y a su ilustre gabinete llamarnos, subordinados, vasallos, súbditos o cautivos? ¿En qué podemos creer, en 15 días, con un gabinete reciclado? ¿Cómo les gustaría a la “nueva” administración mantenernos a los acapulqueños? ¿Acríticos, inmóviles, pasmados, dóciles, etc., dejando pasar de lado todas las inercias negativas de las que estamos siendo testigos?

La crítica es (no se supone), para que la tomen en cuenta y mejoren su actitud y su quehacer,  pero como a kilómetros de distancia se nota que les molesta, por un lado tratan de ofrecer canonjías y prebendas para guardar silencio, o para la crítica lisonjera, es decir, “chayote”. O en su defecto, aplicando -la ley mordaza-, que ofrece puestos y encargos, con el fin de cerrarnos la boca.
Pero uno se pregunta: ¿Cómo nos vamos a quedar callados, si primeramente darnos los servicios y su atención es su obligación, y para eso se les paga, entonces, por qué creen que nos hacen un favor?

Y como quedarse callado, si estamos viendo como este joven presidente decide irse de paseo a escasos días de asumir un cargo tan importante como el de alcalde, y como no conoce el funcionamiento del Ayuntamiento, sus penurias, ni los perfiles de los muchos que le impusieron las circunstancias por las cuales ganó, no planeó, ni escogió a tiempo, a parte de su equipo de trabajo. De esta manera, como un ejemplo, si usted gentil ciudadano desea, necesita o le apura hacer trámites en la Dirección de Plano Regulador pues, olvídenlo, ya que como Evodio no ha asignado al nuevo director, así de simple, esta dependencia no está en funciones.


La palabra coraje, se queda corta, para describir los sentimientos de frustración que nos produce a los ciudadanos que no nos gusta defender lo indefendible, por el bien común y porque no tenemos la lengua comprometida. Sí señor, a mí también me da mucho miedo, pero ¡Vale la pena reflexionarlo!