¿EL AÑO NUEVO, ILUSIÓN O ILUSIONISMO?
Luz María Sánchez Rovirosa
“Pobrecito mi patrón, piensa que el pobre soy yo” Facundo Cabral.
¿La participación ciudadana qué podría hacer (además de comités y consejos
con intereses particulares), para lograr sacar al estado de Guerrero del
atraso, la pobreza; de la marginación social, política y económica, de la
corrupción; de la violencia e inseguridad en que se encuentra sumido actualmente?
Hablar
de un mexicano, de un guerrerense, de un acapulqueño participativo, estoy
convencida que sería lo óptimo, lo ideal y lo correcto; si el gobierno lo
permitiera; y si la ciudadanía sintiéndose tomada en cuenta no se politizara. Pero
como desafortunadamente esto es cada día más difícil (por no decir imposible),
hoy casi al declinar el 2015, hablaremos de la ilusión.
La ilusión es la esperanza puesta en alguna cosa positiva, como un sueño,
un sentimiento de alegría, en un proyecto que de verdad deseamos que se realice,
que se cumpla. Y la ilusión óptica (ilusionismo), es una imagen mental
engañosa provocada por la imaginación o por la interpretación errónea de lo que
perciben los sentidos. Muy diferentes, pero al final, ambas son ilusiones.
Las
comparaciones con el pasado (para algunas personas) que tienen el convencimiento
de que cualquier época anterior fue mejor; quizá no sea lo más sano; sin
embargo, igual pero de atrás para adelante ya lo reza el refrán que dice:
“nunca segundas partes fueron mejores”.
Así
que de vez en cuando, hablando de ilusión y de ilusionismo político,
específicamente en este caso que nos atrae, es decir, en los nuevos (¿?)
gobiernos del estado de Guerrero y del puerto de Acapulco, el primero del
Partido Revolucionario Institucional (PRI), y el segundo del Partido de la
Revolución Democrática (PRD); no hay más remedio que cotejar y reconocer que en
estos tiempos tan avanzados en tecnología y en contraposición a otros que ya
son historia, se cometen las mismas barbaridades, injusticias, esclavitudes y se
protagonizan salvajadas, robos, engaños, delitos y tonterías igual que antes,
pero con aires de “sofisticación”.
No
hay necesidad que sucedan desgracias naturales como terremotos, huracanes,
tsunamis, o accidentes que provoca el hombre con su falta de respeto a La Madre
Naturaleza, o campañas electorales, para hablar de pobreza y marginación, pero
sobre todo para hablar y llegar a la acción de los planes de desarrollo que
todos los gobiernos (sin excepción), deberían contemplar siempre.
Los
políticos de todo color, tiempo y lugar, en vez de todas sus demagógicas
manifestaciones (sobre todo electoreras), deberían sentir cada día, de cada año
con el mismo fervor, cómo la gente se muere de hambre; cómo cada día se mueren
cientos, miles de niños, sin tener ni agua, ni comida, sin atención médica, ni
medicinas, sin educación, sin Derechos Humanos, es decir, sin ser tomados en
cuenta.
La
pobreza en el mundo sobrepasa por mucho, lo que la razón permite, es aberrante ver,
ser testigos y cómplices, cómo demasiados países invierten y se gastan cada año,
miles de millones de dólares, de Euros y también en pesos, en armas, en drogas,
que solo sirven para provocar y acrecentar la grave patología de la depredadora
raza humana.
Adelgazando
la geografía mundial, sin detenernos (por el momento) en la nacional que es muy
delicada también, volvemos a aterrizar en este lánguido estado de Guerrero, en
donde las injusticias cada vez son más impudorosas y sin ninguna excusa (por
más que traten) que le sirva al gobierno de justificación.
Así
que después de tanta –lujuria política-, y supuestos y envilecidos –intentos de
transición-, en la actualidad, nuevamente con un gobierno priísta encaramado en
la “silla del estado”; el cambio, la democracia y toda ilusión, es un lujo que
no se puede uno dar, porque no ha lugar a la participación natural y cívica de
la gente, ya que el ilusionismo político que tan bien manejan los gobiernos
tricolores, ha devenido en una economía que no está encaminada al bien común.
¿Cuándo
será el tiempo de los rebeldes, no el conformismo y la inercia del tiempo que
nos tocó vivir? Falta de un buen gobierno, falta de ética, de moral, de
valores, de dignidad, de honestidad, de humildad, de humanidad. Falta de preparación,
de estudios, de cultura, pero curiosamente no de imaginación para la
manipulación y el engaño.
¿Será
posible que no exista alguna manera para que volvamos a ilusionarnos y para que
la democracia sirva para gobernarnos y no para que nos encadenemos al ilusionismo
político? ¡Vale la pena reflexionarlo!
P.D.
De corazón les deseo, que este año por llegar nos conserve la esperanza de que
un mundo mejor, si es posible. FELIZ AÑO 2016.