“LA
CORDURA POLÍTICA”
Luz María Sánchez
Rovirosa
“Cordura
mucha cordura, y recuerden que hablar bien, conserva la dentadura” Carlos
Puebla.
La
comunicación humana es un proceso que tiene entre muchas otras, dos importantes
vertientes: Una en la cual cualquier persona tiene el derecho de expresarse y
la otra, en la que cualquier persona tiene el derecho a ser escuchada.
Una
de las características de este natural procedimiento (pero curiosa y
lamentablemente poco usual), es saber escuchar con atención a las personas que
están hablando; pero sobre todo, estar preparados para aceptar en cualquier
circunstancia, que las opiniones de los demás, no siempre serán las mismas que
las nuestras.
Cuando
en la acción de hablar en este caso de política, se toque un tema que roce los
intereses personales, de grupos y partidos con comportamientos u objetivos
diferentes y contrarios a las razones propias, hay que meditar primordialmente
los argumentos estructurales, y la coyuntura en la que se pudiera hacer el
referente a lo que incomoda precisa y comúnmente, a los políticos, líderes,
funcionarios, o a cualquier persona común, etc.
-Es
útil y sabio-, identificar con claridad el conflicto que pueden producir las
palabras que vierten los otros, para abordarlo con cordura, es decir, sin
locura, sin amenazas, sin juicios de valor, sin victimismo, y sin querer cargar
siempre la culpa a alguien.
-Los
señores políticos- de todo ámbito, pueden “rezongar” lo mismo, sólo dando las
razones objetivas y desnudas amablemente; porque no logro entender, por qué los
liderazgos siempre tienen la tendencia de querer despojar a los -demás de los
demás-, de su voz. Por suerte ya estamos superando el tiempo de los héroes y
los mártires, a los que les cortaban la lengua por “bocones”. -Hoy triste y
deplorablemente está de moda-, cortar los brazos, las orejas, las cabezas e
incluso todo el cuerpo.
Aquí vale la pena reflexionar, en
la importancia de pensar bien las cosas antes de decirlas y
analizar todo lo que de nuestra boca pueda salir; sobre todo, y esto es
fundamental, si el actor (en este caso político), habla por boca de un grupo o comunidad.
Y
aterrizando a la realidad, el motivo de los comentarios anteriores, se dan por
la entrada al Ayuntamiento de la muy cuestionada administración municipal, que
ya preside Evodio Velázquez Aguirre, sobre la duda si el –susodicho-, tendrá la
capacidad de llevar el timón de este deteriorado barco, que además se encuentra
a la deriva; amén que ya se siente en el puerto el ambiente de exclusividad, ya
se mira el privilegio de un grupo elitista, no por los galardones que los
adornan, -sino todo lo contrario-; pero eso sí, son amigos, familia, compadres
y anexas. -Así que la burbuja “trabajadora” del Ayuntamiento llega compacta-,
lo cual perfila que no habrá un gobierno imparcial, es decir, un gobierno para
el pueblo.
¿Qué
admiración nos causa este suceso, si cada tres años, o cada seis es lo mismo? Bueno,
la marcada diferencia la hace, que es el primer “presidente (acapulqueño) municipal
electo”, que se avienta varias giras “de trabajo” al extranjero (incluyendo 2
viajes) al Viejo Continente, en un mes y días, en aras del bien común (¿?).
Definitivamente
no se puede pedir cordura a una “clase política”, que no es lo suficientemente
madura y culta como para siquiera conocer el significado de esta palabra; como definitivamente
no le puedes pedir cordura a una sociedad que no es lo suficientemente madura
para opinar, dejándose llevar por la histeria colectiva, por la opinión de las
masas y por mandato “divino” de sus jerarcas, llámense políticos, funcionarios
o servidores públicos, líderes y gestores; y los pocos (aunque duela), que
pueden ver con criterio propio todos estos problemas, la mayoría no se atreven
a decirlo por temor a ser (ahora de moda) perseguidos, intimidados, demandados,
inhabilitados, y “demás” por el gobierno en inquisición. Así, tristemente nos
percatamos que la opinión pública, se detiene millones de veces, (por miedo)
para señalar lo incorrecto; porque lo correcto (que también lo hay),
inmediatamente se convierte en lisonja.
Para
terminar, un breve fragmento de una hermosa poesía anónima. “¿Cuál es la línea
que define la locura? ¿Cuál es la línea que define la cordura? Vivir acatando
normas en esta sociedad inmadura, siniestra y oscura ¿Es eso acaso cordura?"
“¿Es
cordura esta masacre de valores, de humildad? ¿Es locura ser honesto y vestirse
de humanidad? ¿Es locura confiar y entregarse a los demás, sentir miedo y aun
así continuar?”
“Cordura,
locura, pendiente de etiquetar, más yo no quiero vivir cuerda esta triste
realidad”. ¡Vale la pena reflexionarlo!