miércoles, 21 de septiembre de 2016

MÉXICO ESTRANGULADO










MÉXICO ESTRANGULADO

Luz María Sánchez Rovirosa


“Aún estamos muy lejos de que nuestro sistema financiero beneficie cotidianamente a la inmensa mayoría de los mexicanos” Agustín Carstens. (23/septiembre/2013)


¿Qué pensará Carstens en 2016, si seguimos estando cada vez más lejos del bienestar y cada día más inseguros de vivir, con un peso humillado y un dólar soberbio, estrangulándonos una vez más? Así que ante este panorama, tenemos la obligación de preguntarnos: ¿Cómo es que hemos llegado hasta aquí?

Para no irnos tan lejos en la historia, mencionaremos específicamente, algunos de los -deslices económicos del PRI-. Brevemente, como un raspón, comenzamos con el gobierno del maligno Luis Echeverría, que basó su economía al amparo de préstamos millonarios que terminaron en un considerable aumento de la deuda pública, con el fatal desenlace de una depreciación del peso de –tres dígitos-, con el consecuente deterioro de la economía del país y de su gente.


Este político esquizofrénico, corrió con “suerte”, pues como caído del cielo –y de repente- el precio del petróleo subió como la espuma, llegando a México como una tabla de salvación para una deteriorada economía que deambulaba por caminos inciertos. Sin embargo, y como era de esperarse, sucedió lo inevitable cuando la desmedida ambición priísta se percató de las generosas ganancias que se obtenían del crudo; y desafortunadamente lo que se debería haber usado con respeto, sigilo y prudencia para enderezar la nación y detonar el bien común, fueron dilapidadas (para variar) en un profundo mar de corrupción.

Tal reza el refrán: “La suerte es como la espuma, tan pronto sube, tan pronto se esfuma”, y sucedió que en 1972, los precios del petróleo cayeron –tan brutalmente como hoy-; trayendo consigo nuevamente la desgracia e incertidumbre económica al pueblo de México, con un considerable aumento de la pobreza y la marginación.
Como consecuencia la deuda (externa), se incrementó en más de 20 mil millones de dólares, así que la devaluación hizo acto de presencia otra vez, y el gobierno (sin piedad) nos plantó una estocada nacionalizando la Banca, y haciendo responsables a los banqueros de propiciar la tragedia financiera de México.

Seguimos como testigos fehacientes a López Portillo, a quien le fue ¿imposible? defender –“el peso como perro”-; así que cuando le llegó el turno a Miguel de la Madrid, la inflación volaba a la deriva por los cielos y el endeudamiento alcanzó niveles muy peligrosos; para los cuales como –solución a corto plazo-, se solicitaron préstamos al Fondo Monetario Internacional (FMI), con la consigna de privatizar empresas públicas, para pagar dichos créditos.

Sin embargo con la llegada del satánico Carlos Salinas de Gortari, estas –vicisitudes económicas- dieron un giro de 180 grados con su política “antiinflacionaria”, que logró quitar dos ceros al peso frente al dólar; por ello el incipiente (pero maléfico) neoliberalismo, llenó de aliento y de confianza a una sociedad tan necesitada de noticias buenas.

Con la llegada del TLC, la popularidad de Salinas se elevó, ya que nos hizo creer que -andábamos pisando el primer mundo-. Sin embargo Salinas envanecido cometió muchos errores (por la maldita ambición), que provocaron el desplome de la –frágil recuperación económica-, hundiéndonos de nuevo en una severa crisis que todavía se agravaría aún más por el llamado “error de diciembre” (efecto tequila), durante el inicio del mandato de Ernesto Zedillo. Vale la pena recordar, la intervención del presidente Bill Clinton, quien con una línea de crédito por 20 mil millones de dólares, le permitió a México garantizar el cumplimiento de sus compromisos financieros. Por supuesto que no se me olvida el FOBAPROA; pero esa, es otra historia.

Así que aterrizando (después de dos sexenios panistas) a la realidad fatal del regreso del “tricolor”, en la cual nuevamente los mexicanos estamos lamentando otra caída “histórica” del peso ante la divisa de nuestros vecinos del norte. La desvalorización de la moneda mexicana ha llegado hasta la terrorífica cifra de 20.27 pesos por un dólar (centavos más, centavos menos); y esto va a provocar sin duda alguna, cambios significativos primeramente ante la economía global (también bastante deteriorada), en la propia, y por supuesto en los bolsillos y en la vida de los mexicanos.

¿Y ahora “quién podrá defendernos” si llegara Donald Trump a gobernar el mundo, desde la oficina Oval de -La Casa Blanca-
Hacia dónde, o hacia quién tenemos que voltear, si el gobierno de Enrique Peña Nieto, quien por demasiadas razones es francamente repudiado; tanto que ante la delicada situación nacional de ingobernabilidad y desequilibrio económico; también se ha creado una asombrosa estructura que sostiene peligrosamente a dos Méxicos completamente diferentes. ¡Vale la pena reflexionarlo!

jueves, 8 de septiembre de 2016

"DESPUÉS DEL NIÑO AHOGADO, EL POZO TAPADO"








“DESPUÉS DEL NIÑO AHOGADO, EL POZO TAPADO”


Luz María Sánchez Rovirosa



“Nada se ha visto más ridículo desde que Calígula nombró cónsul a su caballo” Anónimo.



La noticia bomba (porque ya explotó) es la inminente salida (¿renuncia?) de Luis Videgaray Caso, como titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, después de la desventurada, tétrica, cruel y patética visita de Donald Trump a México, a –su explícita sugerencia-.


Crisis financiera, pero sobre todo crisis de confianza y el repudio de la mayoría del pueblo de México, han hecho posible el exilio de este malévolo personaje (esperamos) del paisaje y los horizontes de este bello, pero atribulado país.
Uno se puede imaginar, los momentos de berrinche y de horror que debe estar pasando este petulante personaje de la historia de nuestra Nación (para que entienda cómo sufren los mexicanos), y aun cuando Enrique Peña Nieto se adjudica la total responsabilidad de tan funesta decisión, es bien  sabido que el origen de ella, salió no de la inteligencia (hoy muy cuestionada) del “itamita” Videgaray; sino de su ambición desmedida por ganarse la señal verde, que lo pusiera sin la amarilla, en el sendero presidencial 2018.


Es muy común que cada ser humano se procure una imagen. Cada persona la crea cuando se está convencido de que esa vestimenta le sienta bien; sin embargo, es muy común también que de quienes estamos “rodeados”, tengan otra percepción muy diferente de ese convencimiento de la personalidad manifestada; incluso esos “roedores” detectan con mucha más rapidez nuestros errores, esos errores que tan frecuentemente uno, no suele reconocer.


Sale a colación brevemente el tema de los errores, porque en estos momentos, se le vinieron encima como balde de agua helada a Luis Videgaray, los más graves y desastrosos desaciertos que ha tenido como parte del gabinete privilegiado y consentido del presidente Peña Nieto: la invitación a Donal Trump a México (con las graves consecuencias conocidas) y el paquete económico 2017, con el cual se espera un tirante ajuste al gasto público, para lograr un déficit fiscal equivalente al 2.5% del Producto Interno Bruto (PIB), y que hoy llegará a San Lázaro, en medio de una total debacle financiera, revolcada por la Reforma Fiscal, aprobada en 2013.


Y en los quehaceres de la política, estos errores suelen salir muy caros. Luis Videgaray Caso (gran amigo y hombre de confianza del ejecutivo), se queda sin cumplir su más preciado deseo de ser presidente de México, que en este caso es a lo que menos importancia hay que dar, además porque se lo tiene bien merecido; así como el ridículo y bochornoso momento (que continúa) que nos hizo pasar como mexicanos, ante su estupidez, insensatez, torpeza y pedantería, aceptada por el presidente Peña Nieto.


Aquí lo relevante es la peligrosa y comprometida relación diplomática (internacional), que ha quedado después de este desatino que ha sido duramente criticado por el mundo. Los temas bilaterales son muy serios, existen importantes tratados internacionales de vital importancia firmados, que se debaten entre homólogos, entre jerarquías igualitarias, entre países con gobiernos autónomos ¿Cómo se le pudo ocurrir a Videgaray semejante aberración; y cómo y por qué la aceptó Peña Nieto con tal docilidad? ¿Habrán entendido que como resultado de su irresponsabilidad, han fortalecido a Trump como candidato, ayudándole con este -estúpido plus- a su campaña?
Y sí que lo entendió, porque ahora como dice el refrán: “Después del niño ahogado, el pozo tapado”; el Ejecutivo hizo el anuncio oficial de  la –renuncia aceptada- del ex secretario de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), y señaló que su relevo será, el hasta hoy Secretario de Desarrollo Social José Antonio Meade Kuribeña. Ya veremos.

    
Y estas preguntas son necesarias ¿Cómo se determinan a las personas idóneas para poner en sus manos la estabilidad y la armonía de un país, o para ser favoritos del presidente ungido o del (de los) partidos? ¿Cómo influye y qué injerencia tienen (ya en funciones) la patología o perturbaciones de los hombres y mujeres elegidos?


¿Por qué el pueblo de México se deja llevar por las apariencias, y no pide cordura a “esta” clase política inmadura e inculta, ante las señales de peligro que una y otra vez nos mandan?



Sin pecar de necia, fanática y obcecada, me ha causado una profunda tristeza, ser testigo de la manera tal vil y tan ruin con que -el gabinete de lujo- de Enrique Peña Nieto y el “nuevo” PRI, han ofendido y han permitido que personas ajenas ofendan a México, este país de ensueño, pródigo y a pesar de todos los pesares, agradecido. ¡Vale la pena reflexionarlo!