miércoles, 21 de junio de 2017

FOROS PARLANCHINES







¡FOROS PARLANCHINES!

Luz María Sánchez Rovirosa

“No hay libertad, ni verdad, ni justicia, ni paz, cuando existe la afirmación arrogante del yo; cerrazón del alma y sordera del espíritu”. Jaspers.


Hace un par de días el gobernador del estado de Guerrero Héctor Astudillo Flores, asistió en compañía del Comisionado Nacional de Seguridad Nacional, Renato Sales Heredia, al Foro “A favor de un Estado de Paz, con Legalidad y Derechos Humanos de los Grupos en Situación de Vulnerabilidad”.

El Ejecutivo Estatal afirmó entonces: “todos los días observamos acciones en torno a la violencia, por ello tenemos que construir valores en la familia y en las aulas”; desafortunadamente omitió hacer hincapié, que esta trillada –construcción de valores-, debería empezar en el gobierno.

Prácticamente al mismo tiempo de la búsqueda de la paz, se dio una emboscada con mucha violencia (Tierra Caliente), en la cual murieron cuatro elementos de la Procuraduría General de la República (PGR), en el frustrado “servicio de su deber”.

Y uno se pregunta ¿Y todas las miles y miles de personas “comunes y corrientes” que han muerto injustamente en el diario acontecer de sus vidas, frente al trajín de la violencia exacerbada y permitida? ¿A que vienen estos foros parlanchines que no sirven para nada? ¿Acaso no somos todos los guerrerenses grupos vulnerables? ¿De casualidad los demás de los demás, no corremos los mismos riesgos de salir y no regresar a nuestros hogares? ¿A qué viene el “Comisionado de la Paz”?

Entre un rápido y lento devenir, hemos sido testigos del terrible acontecer en el Estado de Guerrero (y en todo México), en el cual el gobierno de Astudillo Flores desde sus inicios, ha estado lleno de actitudes titubeantes, pero infortunadamente para los guerrerenses, hoy en día está colmado de decisiones equívocas. Pasamos con mucho dolor, de una campaña alentadora de “Orden y Paz”, a un gobierno con una entidad en una grave situación de crisis en todos sus ámbitos.

Hoy este hoyo negro que parece interminable, nos lleva obligatoriamente al fatal pasado del quehacer político (incluyendo el breve espacio del PRD/PRI), surgido por los constantes escándalos de corrupción, impunidad, autoritarismo, incapacidad e ineficacia de antaño; pero sobre todo, en la tremenda resignación de la sociedad, motivada por la patética tradición de que nada cambia, por el contrario, que todo ha ido “de mal en peor” a pesar de las promesas y las expectativas.

De este foro parlanchin, lo único que tiene relevancia y vale tomar en cuenta, son las dramáticas estadísticas que dio a conocer el representante de la UNICEF en México Christian Skoog, quien señaló que la violencia tiene en su origen, una fuerte desigualdad social, la impunidad y las complicidades. “Seis de cada 10 personas a experimentado una situación de violencia; y tres o cuatro niños han sido asesinados diariamente (producto de la violencia), entre 2011 y 2015”. Aterrador.

Duras y severas cifras de la Unicef; lamentablemente la inercia social que arrastramos a modo de perverso código genético y de carácter patológico más los graves problemas tales como la desinformación, el desinterés, la apatía y la ignorancia de una parte de sociedad sobre los derechos y los deberes políticos, hoy parecen adquirir nuevas mutaciones con síntomas por demás preocupantes.

Y otra vez uno se pregunta ¿Qué encontronazo más fuerte con la realidad tenemos que llevarnos, para entender que tenemos el derecho de tener derechos; esos derechos que todo ser humano tiene a vivir una vida justa, respetuosa, digna, pacífica y plena en una sociedad donde su principal objetivo sea el bien común?

Así que ya (casi) conscientes, que todo aquello que le impida a un ciudadano a realizar el ejercicio pleno de su ciudadanía en paz, se llama y es violencia; y se da, desde la mismísima violencia del Estado (en la que siempre estamos inmersos), hasta la violencia por la inseguridad criminal en las calles (en toda sus modalidades), la violencia familiar, la violencia laboral, de género, y toda aquella que atente con el desarrollo de una persona, de una comunidad, de un municipio, de un estado y por ende de un país.

Entonces y por consiguiente, si toda violencia nos niega el derecho a tener paz ¿Qué se tiene que hacer primero? Porque sin libertad, sin verdad y sin justicia, simplemente no puede haber paz.


Pero la búsqueda de ésta siempre se complica, porque no existe voluntad para resolver los problemas que la incitan y la agravan. Simplemente bastaría con preguntar quiénes son los culpables de su ausencia, para que inmediatamente esa culpa se traslade al otro, eliminándose (cada quien) automáticamente de la solución, empezando por el gobierno. ¡Vale la pena reflexionarlo!

miércoles, 7 de junio de 2017

LO INCOMPRENSIBLE Y EL ABC







LO INCOMPRENSIBLE Y EL ABC

Luz María Sánchez Rovirosa


“Frente a la dificultad y a la tragedia, siempre puedo elegir interpretar lo que me sucede como una desgracia, como un desafío, como una catástrofe y transformarme en víctima; o puedo mirarlo (después de subir la espiral de la aceptación), como una oportunidad de crecer y transformarme en protagonista de un verdadero cambio para ayudar a los demás”


Quiero dar inicio a este artículo con una breve reflexión de las recientes elecciones (específicamente en el Estado de México) y que en mi humilde opinión, se dieron o más bien se jugaron con reglas (no escritas); que fueron impuestas por el PRI, dejando completamente de lado la Ley Electoral y la propia Constitución.

Proceso electoral con una estrategia siniestra, desde la indebida participación de algunos de los secretarios de Estado presidencial; hasta los engranes (carne de cañón con premio), que por debajo del agua hicieron el PRI, PAN, PRD y “demás yerbas”; simple y sencillamente para restarle votos a Morena.

Es difícil observar sereno, las artimañas sin pudor de la maldita partidocracia, ante la fuerza y el ímpetu (que en muy poco tiempo) ha consolidado Morena. Una pujanza que sin la corrupción expuesta en estas elecciones, indiscutiblemente habría frenado la codicia, la ambición y el embeleso de poder que trae colgado PRI y sus maléficos satélites, desde su regreso a los Pinos.

No me voy a detener mucho en argumentos que sé y muy bien que serán dignos de polémica (aceptada, pero con argumentos objetivos), como se aceptan las diferentes preferencias (por conveniencia o por lo que sea), de cada persona libre de tomar sus decisiones, que muchas veces, tal vez la mayoría de las veces, no están encaminadas al bien común, fin (que no justifica los medios) imperativo de la política honesta, única que debería existir.

Así que ante el desolador panorama que tenemos frente a nuestros ojos, reitero que fuimos testigos (en cualquiera de los estados donde se llevaron a cabo), de unas elecciones manipuladas de manera “exacerbada”, con esos viejos vicios que nos han hecho tanto daño como país.
 
Démosle un poco de tiempo al tiempo que siempre pone a cada quien en su lugar. Y para muestra el irascible, represor, humillante y agresor modelo de gobierno actual del no aceptado, abominable y despreciado presidente de la república Enrique Peña Nieto, que hoy inexplicablemente se pretende continuar. No lo entiendo. ¡Vale la pena reflexionarlo!

Pasando a otro tema relevante, recién (5 de junio) se cumplieron 8 años de la más grave tragedia infantil de México. Sucedió en Hermosillo -cuando un incendio provocado- en una bodega propiedad de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público del Gobierno de Sonora, se propagó hasta las instalaciones de la Guardería ABC, estancia infantil subrogada por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) a particulares; siniestro en el cual, perdieron la vida 49 niños (entre seis meses y cuatro años) y más de sesenta pequeños quedaron con heridas y quemaduras muy delicadas.

Año tras año desde aquel día de horror, personas y grupos se solidarizan con los padres de los pequeños, se manifiestan por medio de marchas, pancartas, velas encendidas, globos volando al cielo, ayunos, cantos, y por supuesto muchas lágrimas de dolor, de un dolor mucho tiempo preso del desdén y la injusticia.

Esta forma de marchas, de protestas, de manifestaciones, descubren una rebeldía guardada, un grito adormecido, una plegaria reprimida. Pero esto no es nuevo, porque lo hemos visto a través de la historia, lo vemos en un presente continuo y lo veremos en un futuro sin aliento.

Cansados, con la paciencia impuesta por las circunstancias, estos padres han visto desfilar a todos los involucrados (algunos fallecidos, sin antes purgar su castigo), en el asesinato de sus hijos, aun cuando fueron señalados de responsabilidad por la justicia; esa misma justicia, les ha permitido caminar impunes hacia nuevos horizontes de privilegios, sin que nada, ni nadie los detenga.

Mientras el pueblo (no escogido) sufre y sufre mucho con su dignidad mancillada; se supondría que la indignación justificada y la desconfianza de las personas que han sufrido tragedias con sus seres queridos (por causa de la corrupción, la indiferencia, la incapacidad, la impunidad y de la injusticia gubernamental), y los grupos sociales que apoyan estas causas, tendrían que avanzan sin tropezar hacia el reclamo de lo que a todos (por derecho propio) nos pertenece: la justicia.


Ese reclamo que necesariamente tiene que hablar de cambiar las actuales estructuras que son inequitativas, injustas e inmorales; ese reclamo hacia la exigencia a los políticos y gobernantes, para que tengan el valor de llamarle bien al bien, mal al mal, y en consecuencia actuar. Pero tristemente ya vimos que no es así. ¡Vale la pena reflexionarlo!

viernes, 2 de junio de 2017

ELECCIONES EN TODO MÉXICO







ELECCIONES EN TODO MÉXICO

Luz María Sánchez Rovirosa

“Quien reconoce sus fallos, será más sabio”.

La política en México como una forma de actividad social, primordialmente y por sobre todas las cosas tiene (porque a muchos mantiene) ese espectáculo que aturde las neuronas, es decir, las campañas y las elecciones.

Los procesos electorales, son ese circo itinerante que durante toda nuestra vida y durante día y noche, a través de todos los medios, taladra nuestra integridad y nuestra dignidad, mediante noticias impregnadas de signos cada vez más irrespetuosos y de mentiras cada vez más perdidas entre el trasfondo de la realidad.

Hoy cuatro estados del país (y el resto en preocupante expectativa), se encuentran inmersos en este círculo vicioso, que es lo único que los políticos ambiciosos de poder saben hacer, las falsas promesas.

Esos insanos y repetitivos mensajes, signos y símbolos, con sus variadas inclinaciones alusivas a ponernos sobre la mesa toda clase de fantasías, sin importarles fomentar en el pueblo una esperanza que cautiva pero que esclaviza, y que no le permite decidir libre y correctamente qué partido y quiénes queremos que nos gobiernen.

Así que para variar, hoy el Estado de México, Coahuila, Nayarit y Veracruz se encuentran de frente no a un proceso electoral (ya muy próximo), sino a un verdadero espectáculo de payasos y sus payasadas, con claras repercusiones negativas tanto en lo político, social, económico y emocionalmente para la población de “todo México”.

Y la muestra es el señalamiento y alerta que Banxico (Banco de México) hace a las autoridades de la Fepade (Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales), para que se realice una investigación a fondo a los candidatos a gobernadores, por la presunta utilización de fuertes cantidades de dinero de procedencia ilícita; durante las campañas rumbo a la elección del 4 de junio. Empezamos mal.

Pero vamos a enfocarnos en el Estado de México, el más grande y más poblado del país, donde durante más de 80 años el PRI ha tenido el control del gobierno; mediante la brutal y escandalosa compra de votos obviamente con el dinero del pueblo (uso ilegal del erario) y en el caso que nos ocupa, el coloquialmente llamado “dinero mal habido”.

Pero lo más preocupante que ocurre en las elecciones del Estado de México, es que el resultado de esta contienda estatal, se considera como el preámbulo del premio mayor, es decir, la construcción (sin vergüenza) del trampolín desde el cual, este nefasto y corrupto partido (PRI), se lanzará para zambullirse directo en las aguas de Los Pinos, tal y como sucedió con Enrique Peña Nieto en el 2012.

Desafortunadamente para ellos, afortunadamente para México en estos momentos, el Revolucionario Institucional tiene una inmensa desventaja que pone en “peligro la tradición ancestral”, y es que remar con la dramática impopularidad del presidente vigente, es un tremendo reto para los desenfrenados y desatinados planes del PRI, para conservar el poder en el Estado de México y en la presidencia de la república.

Por el momento los inconvenientes del PRI, la endeble estrategia del PAN y la anémica presencia de lo que queda del PRD; pareciera que (indirectamente) han beneficiado a la candidata de Morena, Delfina Gómez Álvarez, quien lidera las preferencias (en algunas encuestas).

Y así las cosas electorales, forzosamente tenemos que voltear hacia el pasado y en un breve recordatorio reflexionar al por qué en aquel sorprendente año 2000, la gran mayoría de los mexicanos votamos por el PAN. 
La razón no fue porque el “blanquiazul” tuviera la mejor opción (y eso se comprobó lamentablemente), sino que simple y sencillamente el cambio se dio por sacar al PRI de Los Pinos. 

La pregunta obligada es: ¿Si en aquel vergonzoso ayer, el PRI gobernaba peor que ahora? La realidad actualmente sigue siendo la misma: corrupción, injusticia, violencia e impunidad. Escuetamente la gente estaba harta de un partido “muy experimentado para gobernar”, pero solo para su grupo de amigos, familiares, compadres o para los lambiscones, pero nunca para el pueblo. A elegir los que obligatoriamente tienen que elegir, pero con cuidado y con mesura. ¡Vale la pena reflexionarlo!