miércoles, 6 de diciembre de 2017

LA TRÁGICA LOCURA






LA TRÁGICA LOCURA


Luz María Sánchez Rovirosa


“Sería una gran reforma en la política el que se pudiera extender la cordura con tanta facilidad y tanta rapidez como la locura” Sir Winston Churchil.


Sin preámbulos entrando de lleno al tema; hoy sí es muy importante detenerme para comentar una noticia que me dejó perpleja. Resulta que de repente, se hace presente Gloria Sierra (hoy vestida de no sé qué color) en conferencia de prensa acompañada de Carlos Zeferino Torreblanca Galindo, y anunciaron sobre dos demandas penales (que se interpusieron) en contra del gobierno de Jesús Evodio Velázquez Aguirre, del que el ex alcalde y ex gobernador se expresó, como “una cloaca” que ha beneficiado a familiares, compadres y amigos.

Zeferino Torreblanca, como el “burro que critica las orejas”, calificó a Evodio como “un joven irresponsable que se volvió loco”. Señaló que su apreciación la realiza “con profunda preocupación y mucha hombría”, ya que dijo ver al puerto abandonado, con un deterioro constante, sin indicios de recuperación económica y hundidos en la delincuencia.

En mi opinión y a mi parecer, Zeferino señaló (como justificación) que “no se puede quedar pasivo e indefenso ante la triste situación del puerto”; Evodio se ha enriquecido y se volvió loco y ni para robar tuvo la capacidad de simular las cosas, como simulan otros más”. Empezando por él: Zeferino Torreblanca Galindo.

Hasta aquí vamos a hacer una pausa en las declaraciones de este señor (¿?), para darle una refrescadita a la memoria.

Resulta que se rumora (con destellos de verdad), que Zeferino regresa al estado de Guerrero, específicamente a Acapulco, queriéndose cobijar bajo las naguas de Morena, para colarse en las ya larguísimas filas  de todos los roedores profesionales apuntados para contender “en lo que sea”; y aun cuando él diga que no son los tiempos políticos, entendemos y muy bien, que está ansioso (con V de venganza) en su “sueño guajiro”, de sentarse nuevamente en la silla municipal, para batuquearse de “poder y poder” tocar con sus corruptas manos, el desquebrajado erario del municipio y puerto de Acapulco, para desde allí, llevar a cabo sus malévolos planes.

Recordemos que la herencia que nos dejó Zeferino fue y es una aberración. Dejó todo el estado complicado y fuera de control. Educación, Salud, Adquisiciones, Finanzas, Desarrollo Social, etc., día tras día, uno tras otro, flotaron (y siguen flotando) los actos de corrupción de una administración plagada de irregularidades morales y financieras. ¿Con que cara, con qué lengua y con qué cola puede criticar al hoy alcalde Evodio y a su administración, si él no ha podido limpiar el chiquero que dejó?

Y no es que defienda a Evodio. Con todo lo que Zeferino le señala, estoy completamente de acuerdo, pero caray, Torreblanca Galindo no es justo el indicado para hacerle de mesías.

Por ejemplo: ¿Qué explicación puede darnos acerca del horripilante y monstruoso armatroste de fierros oxidados que dejó inconcluso en plena Costera, del cual tuvieron cuantiosos beneficios su familia y sus queridos amigos, recibiendo jugosas ganancias (por ventas y re ventas y demás yerbas), que hasta hoy no cuadran con la inversión?

¿Y cómo deslindarse de la grave responsabilidad que tiene en el tema de la violencia, cuando sabemos perfectamente bien, que fue Zeferino Torreblanca Galindo, quien abrió el abanico de la delincuencia, permitiendo más y más plazas de carteles en Guerrero y especialmente en Acapulco? ¿Cómo podremos superar ante lo innegable, el terror que nos dejó como penitencia de su paso por aquí?


Y hoy se nos retuercen las tripas, cuando escuchamos semejantes declaraciones sobre su presencia en el puerto y su amistad con Gloria Sierra que aprovechó muy bien, para vomitarle en la cara a Evodio, lo mismo que él se comió. Dios nos agarre confesados. ¡Vale la pena reflexionarlo!