LA
TRÁGICA LOCURA
Luz
María Sánchez Rovirosa
“Sería una
gran reforma en la política el que se pudiera extender la cordura con tanta
facilidad y tanta rapidez como la locura” Sir Winston Churchil.
Sin preámbulos entrando de
lleno al tema; hoy sí es muy importante detenerme para comentar una noticia que
me dejó perpleja. Resulta que de repente, se hace presente Gloria Sierra (hoy
vestida de no sé qué color) en conferencia de prensa acompañada de Carlos Zeferino
Torreblanca Galindo, y anunciaron sobre dos
demandas penales (que se interpusieron) en contra del gobierno de Jesús Evodio
Velázquez Aguirre, del que el ex alcalde y ex gobernador se expresó, como “una
cloaca” que ha beneficiado a familiares, compadres y amigos.
Zeferino Torreblanca, como el “burro que critica las orejas”, calificó a
Evodio como “un joven irresponsable que se volvió loco”. Señaló que su
apreciación la realiza “con profunda preocupación y mucha hombría”, ya que dijo
ver al puerto abandonado, con un deterioro constante, sin indicios de
recuperación económica y hundidos en la delincuencia.
En mi opinión y a mi parecer, Zeferino señaló (como justificación) que “no
se puede quedar pasivo e indefenso ante la triste situación del puerto”; Evodio
se ha enriquecido y se volvió loco y ni para robar tuvo la capacidad de simular
las cosas, como simulan otros más”. Empezando por él: Zeferino Torreblanca
Galindo.
Hasta aquí vamos a hacer una pausa en las declaraciones de este señor (¿?),
para darle una refrescadita a la memoria.
Resulta que se rumora (con destellos de verdad), que Zeferino regresa al
estado de Guerrero, específicamente a Acapulco, queriéndose cobijar bajo las
naguas de Morena, para colarse en las ya larguísimas filas de todos los roedores profesionales apuntados
para contender “en lo que sea”; y aun cuando él diga que no son los tiempos
políticos, entendemos y muy bien, que está ansioso (con V de venganza) en su
“sueño guajiro”, de sentarse nuevamente en la silla municipal, para batuquearse
de “poder y poder” tocar con sus corruptas manos, el desquebrajado erario del
municipio y puerto de Acapulco, para desde allí, llevar a cabo sus malévolos
planes.
Recordemos que la herencia que nos dejó Zeferino fue y es una aberración.
Dejó todo el estado complicado y fuera de control. Educación, Salud,
Adquisiciones, Finanzas, Desarrollo Social, etc., día tras día, uno tras otro,
flotaron (y siguen flotando) los actos de corrupción de una administración
plagada de irregularidades morales y financieras. ¿Con que cara, con qué lengua
y con qué cola puede criticar al hoy alcalde Evodio y a su administración, si él
no ha podido limpiar el chiquero que dejó?
Y no es que defienda a Evodio. Con todo lo que Zeferino le señala, estoy
completamente de acuerdo, pero caray, Torreblanca Galindo no es justo el
indicado para hacerle de mesías.
Por ejemplo: ¿Qué explicación puede darnos acerca del horripilante y
monstruoso armatroste de fierros oxidados que dejó inconcluso en plena Costera,
del cual tuvieron cuantiosos beneficios su familia y sus queridos amigos,
recibiendo jugosas ganancias (por ventas y re ventas y demás yerbas), que hasta
hoy no cuadran con la inversión?
¿Y cómo deslindarse de la
grave responsabilidad que tiene en el tema de la violencia, cuando sabemos
perfectamente bien, que fue Zeferino Torreblanca Galindo, quien abrió el
abanico de la delincuencia, permitiendo más y más plazas de carteles en
Guerrero y especialmente en Acapulco? ¿Cómo podremos superar ante lo innegable,
el terror que nos dejó como penitencia de su paso por aquí?
Y hoy se nos retuercen las
tripas, cuando escuchamos semejantes declaraciones sobre su presencia en el
puerto y su amistad con Gloria Sierra que aprovechó muy bien, para vomitarle en
la cara a Evodio, lo mismo que él se comió. Dios nos agarre confesados. ¡Vale
la pena reflexionarlo!