miércoles, 24 de enero de 2018

EVODIO "MILANDO" COMO EL CHINITO




EVODIO “MILANDO” COMO EL CHINITO



Luz María Sánchez Rovirosa


“Como hay quien derribe del árbol la hoja, y al verla en el suelo ya no la recoja; y hay quien a pedradas tire el fruto verde y lo eche rodando, después que lo muerde”. Párrafo del poema “Las Abadonadas” de Julio Sesto.


El domingo 7 de junio del año 2015, los acapulqueños y los que vivimos en este bello puerto, salimos a votar, para escoger al alcalde que nos gobernaría el período 2015-2018. Muy sorprendidos quedamos al percatarnos que tendríamos que haber hecho un doctorado sobre el sufragio, ante lo intrínseco de la presentación de las boletas (engañosas) y del extraño conteo de las mismas; ganando de esta forma la Presidencia Municipal Jesús Evodio Velázquez Aguirre, por la coalición PRD- PT, a quienes se les montaron en el cabús, una fracción “huesoacomodaticia” de un partido Morena todavía en ciernes. Ante este triunfo los acapulqueños teníamos el deber de haber observado cautelosamente esa transición con preocupación.

Hoy en día, después de que escuchamos con asombro que Evodio Velázquez pidió permiso para apuntarse para (en su caso) buscar la reelección a la presidencia municipal; nos enteramos que en rueda de prensa el hasta hoy alcalde, anunció que declinó su “ambición” por permanecer en el cargo, así mismo mencionó que tampoco sería posible una candidatura a senador, ya que el PRD dispuso ese espacio para una mujer. Así que Don Evodio dejará muy pronto de fruncir el ceño, para quedarse solo “milando” como el chinito.

En esta situación el desenlace era obvio, ya que el mal quehacer de la gestión de Evodio ha dado mucho de qué hablar, pues desde el inicio de su administración se esfumaron las expectativas de llevar a cabo las propuestas viables y estrategias que tan “pomposamente” expuso durante su campaña para el convencimiento del voto de los ciudadanos, a los que después ha desdeñado tanto.

La desgracia política de Evodio en este momento (si es que ya le cayó el veinte), es constatar que no ha podido superar el haber alcanzado el “grado” de alcalde electo, amén que no lo haya podido salir del éxtasis a la subyugación que le ejerció su triunfo, dejándolo inmaduro, inconsciente e invisible ante la abominable herencia que pronto le dejara a quién se atreva a aceptar semejante responsabilidad.

Vienen tiempos más difíciles aún, ya que Acapulco perdió toda la esencia de un buen gobierno, porque se perdió también el poder que emana de un puesto público de esta naturaleza, que está obligado a prodigar y defender los intereses de todos, es decir, del bien común, con trabajos honestos y con estrategias “innovadoras” pero equilibradas, adecuadas y correctas, que tal vez en algún momento, se propusieron en campaña.

Pero a dos años y un par de meses, resulta que las noticias nos avisan que al puberto (no pasó a la adolescencia política,) alcalde Evodio Velázquez Aguirre, su propio partido y su antecesor Luis Walton Aburto, le hicieron “manita de puerco” y le cortaron las alas, para que ya ni como “Ave Fénix” resurja de las cenizas.

Una muy amarga experiencia y una muy grande lección le está dejando esta situación a Evodio, quien convirtió el Ayuntamiento de Acapulco en un intenso desastre financiero, que se pudo haber sorteado de manera positiva, y lo más grave es que transformó su administración en un infierno para los ciudadanos no afortunados en gozar de su simpatía, ante su incapacidad, su orgullo y soberbia que lo cegó (voluntariamente), ante la terrible realidad que tenía y tiene enfrente.
 
Reza el refrán que “mientras más alto vuelas, te duele más la caída”  y a escasos días de que los movimientos electorales se empiecen a dar la figura de Evodio, su gobierno y su poder irán simultáneamente desapareciendo hasta que llegue el final de su novela, que se mira, que no tendrá continuación; como si se ve que el movimiento naranja, sí seguirá bailando. No hay mujer u hombre cualquiera, que pueda ser considerado más pequeño.


A Evodio ya no le va a dar tiempo de ponerse a gemir, si es que recapacita que no pudo con el paquete, porque en lugar de ponerse atento y trabajar por el bien del puerto escuchando sugerencias y observaciones; se volvió un tirano despótico, alzado, prepotente, etc., como ser humano, pero al mismo tiempo se volvió invisible como servidor público. “Ay como me dan pena las abandonadas, que creyeron ser amadas” (Breve extracto del poema “Las Abandonadas” de Julio Sesto) ¡Vale la pena reflexionarlo!       

miércoles, 17 de enero de 2018

"UN PUEBLO SIN MEMORIA, ES UN PUEBLO SIN HISTORIA"






“UN PUEBLO SIN MEMORIA, ES UN PUEBLO SIN HISTORIA”



Luz María Sánchez Rovirosa



“Ningún hombre conoce lo malo, hasta que no ha tratado de esforzarse por ser bueno. Solo podrás conocer la fuerza del viento, tratando de caminar contra él” Staples Lewis.


Se conoce como alianza política al pacto entre dos o más partidos políticos, para gobernar, para legislar y tomar decisiones en un país, una región u otra entidad administrativa. Pero sencillamente en el caso que hoy nos ocupa, se conoce como alianza política, cuando varios partidos se unen para ganarle al PRI o para que el PRI pueda ganar, y poder seguir siendo parte de las mieles que todavía nos ofrece México.

Llama mucho la atención la incomodidad y la alteración que le ha generado al PRI y a muchas personas de la sociedad civil, la certeza de las alianzas entre los otros partidos políticos, para las próximas elecciones. Pero lo que más gracia causa, es que el PRI y algunos de sus más fervientes seguidores, vean “la paja en el ojo ajeno”, cuando es sabido que en más de una ocasión este partido ha hecho amarres y alianzas con otros partidos, en las cuales su esencia ha sido, si no peor, por lo menos igual de mediática, perversa, extraña y maléfica, que la que “presuntamente” (para ellos), pretenden perpetrar hoy los otros partidos.

Lo realmente importante que su servidora quiere resaltar en este artículo, es que a los partidos (sin excepción), no les importa el bien común, el progreso, la democracia y la independencia ideológica por encima de las conveniencias económicas y de poder.

Hasta el día de hoy y a manera de información, las coaliciones, amarres o alianzas rumbo a las elecciones (grandes) de 2018, son tres y están formadas: Primero bajo el nombre de Frente Ciudadano por México, está integrada por los Partidos Acción Nacional, Revolución Democrática y Movimiento Ciudadano, con Ricardo Anaya al frente. Segundo: La coalición entre Morena, PT y PES, bajo el nombre “Juntos haremos Historia”;​ y que tras la firma del convenio designaron a Andrés Manuel López Obrador como su candidato presidencial. ​Y tercero: La coalición “Todos por México” del PRI con PVEM y PANAL, que está encabezada por José Antonio Meade (“Mid”).

Se oye hablar de ganar y perder, pero ¿Quién gana y quién pierde, los políticos y aspirantes; los lambiscones que barbean para las prebendas y canonjías o todo el pueblo? ¿De qué se habla, de candidatos y más candidatos, de alianzas y descalificaciones, se habla de dádivas, es decir, de limosnas, pero en ningún momento se escucha el verdadero interés por alivianar la pobreza y la marginación, ni tampoco se escucha el interés por sacar del atraso de horror a este pueblo que les hará el favor de darles el voto y con ello el resultado de nuestro futuro?

A estas alturas nos queda claro y llegamos a la conclusión, de que sí existían otros partidos además del PRI, es decir, que México era y es una nación “pluripartidista”, porque hay diestros, zurdos, ambidiestros y siniestros; y también percibimos que la razón de ser de las alianzas y mescolanzas (de paso) de los partidos políticos (aparecidos y desaparecidos), es únicamente la de acceder al poder con los beneficios, ventajas y provechos que eso amerita, negociando los intereses que convengan a la política interior del partido “mayor” y aventando las sobras a las rémoras; pero nunca, ni en sueños, pactando para el bien común de todo México sin excepción.

¿Pero realmente qué se puede hacer? Primero y lo más difícil, es que los políticos entiendan que, pertenecer a esa “cúpula” o partidos, no es un privilegio, sino una responsabilidad que los obliga a servir al pueblo, siempre encaminados al bien común. Y segundo, que el pueblo de México ante una visible, manifiesta, evidente, notoria y tangente realidad que ha puesto y pone en peligro el progreso del país, reflexionemos, que hemos sido presa fácil del engaño, ya sea por ambición, necesidad y necedad.

A pesar de la nueva época y los avances de la ciencia y la tecnología, nos queda muy claro, que nuestro sistema electoral y político sigue tan deteriorado y corroído como en la “Era Mesozoica” o “Era Secundaria”, es decir, en la “Era de los Dinosaurios”, en la cual cualquier remplazo de cualquier jerarquía política, se señalaba con el dedo y los “demás de los demás” se aguantaban o si no (….), para muestra tres botones: Madrazo, Colosio y Ruiz Massieu.

Tristemente estamos en estas lamentables condiciones, no por culpa de los gobiernos que vienen y van. Estamos así por ser ciudadanos desinteresados y/o por interesados. Hay que recordar que la democracia no termina con el sufragio, y “un pueblo sin memoria, es un pueblo sin historia”. ¡Vale la pena reflexionarlo!


miércoles, 10 de enero de 2018

LA REVANCHA






LA REVANCHA

Luz María Sánchez Rovirosa


“Hay que estar atentos a los presagios de los triunfos, porque en estas cosas políticas siempre hay escenarios que no están previstos; y un partido ganador puede perder porque en él hay mucha ambición y mucha venganza”. Anónimo.


La política en México como una forma de actividad social, tiene por sobre todas las cosas las campañas electorales, es decir, ese espantoso teatro que durante toda nuestra vida día y noche a través de los medios de comunicación chayoteros y tendenciosos, taladra conciencias con signos de manipulación cada vez más irrespetuosos y peligrosos.

En la actualidad en todo el país, nos encontramos inmersos nuevamente en el círculo vicioso y hoy escandaloso de las precampañas, tiempo alargado de las indeseables campañas (como tal), tiempo de dinero perdido tirado a la basura, con un costo altísimo para los mexicanos. Tiempo de las descalificaciones, mentiras, humillaciones y grotescas transas entre partidos y candidatos.

El porvenir del país es más que preocupante y el costo de los descréditos entre partidos y su jerarquía, son muestras devastadoras del muladar político, social, cultural y por supuesto económico en el que están batiendo al pueblo de México.

Hablar de un proceso electoral en una caricatura de democracia como la nuestra, no es nada fácil, sobre todo porque ha tenido como antecedente, la cínica sofisticación del fraude como una insignia ante el mundo. Hay partidos que por falta de ética y de pudor hacen lo posible y hasta lo imposible, por mezclar los “nuevos” procesos con las mismas irregularidades de otras campañas y otras elecciones que le anteceden, entiéndase específicamente el PRI y sus rémoras.

Hoy con mucho asombro nos percatamos de algo insólito y de verdad malevo en la larguísima historia del tricolor, que se ha ido develando a lo largo de estos seis años de un gobierno supuestamente nuevo, pero incapaz, incoherente, patético, tétrico mortal e interminable.

El precandidato del PRI a la presidencia de México, José Antonio Meade Kuribreña, hizo hace unos días una chocante y estrambótica pero mamarracha afirmación, cuando soltó que “por primera vez en la historia de México, se tiene un gobernador que tortura, que miente y que cuadruplicó la inseguridad”, aludiendo claramente a Javier Corral (gobernador de Chihuahua).

Y desde Querétaro anunció “a quienes mienten, a quienes traicionan les decimos que vamos a ganar”. “Está comprobado que se le entregaron mil millones de pesos adicionales a su presupuesto y sentenció “desde aquí (Querétaro) les decimos que vamos por la revancha”.

Esta precoz verborrea que sale de la boca de Meade, se da porque Javier Corral, interpuso una denuncia a una “presunta” represalia por parte del gobierno federal, debido a la lucha que mantiene en contra de la corrupción; y señaló que las acciones adversas tomadas por el ejecutivo Enrique Peña Nieto, solo son “en perjuicio del pueblo de Chihuahua”.
   
Según la versión del actual gobernador de Chihuahua es, que la administración federal canceló programas sociales y dejó de dar recursos económicos al Gobierno a su cargo; y les untó en la cara, “No quieren detener a César Duarte (su antecesor), pero nos detienen los recursos que necesitamos”.
 
Así mismo afirmó que cuando se le preguntó al Secretario de Hacienda José Antonio González el motivo por el que dejaron de depositar los recursos de Chihuahua, les respondió, que era por la investigación contra el PRI. Por último Corral recalcó “No nos van a doblegar, no vamos a negociar esta investigación, ni por 700 mdp; ni por todo el presupuesto de Chihuahua”.


Y su servidora diría “amén”. Ojalá lo sostenga, porque entonces hay que preguntarle al insípido Meade ¿Quiénes son verdaderamente los gobernantes que torturan y mienten y que no cumplen (nunca) con el bien común; pero al parecer sí cumplen sus amenazas y sus revanchas? ¡Vale la pena reflexionarlo!