jueves, 6 de diciembre de 2012

BREVE COMENTARIO


 
BREVE COMENTARIO

 

Luz María Sánchez Rovirosa

 

“La política es el arte de lo incierto, lo que nos lleva a un principio de incertidumbre política generalizada”. Edgar Morin

 

Un saldo material que ascendió a muchos millones de pesos, muchos heridos de seriedad y lastimados más los detenidos, fue el saldo que dejó la estela de violencia en los disturbios que se suscitaron, motivados por la toma de protesta de Enrique Peña Nieto como Presidente Constitucional de Los Estados Unidos Mexicanos, so pretexto de considerarlo un presidente impuesto.

Pero exactamente ¿Qué es lo que originó esta manifestación de violencia? Una simple visión nos puede revelar que es una reacción tardía a la indiferencia, a la quietud e inercia cívica de una sociedad que descuida la política, inconsciente que corre peligro, pues en lugar de avanzar hacia una vida digna para todos, va derechito hacia la barbarie (como acaba de suceder el pasado 1 de diciembre), en la cual ya ni les importa el prójimo, ni tampoco las leyes.

Sin embargo, estas manifestaciones claramente nos señalan que existe un atorado clamor fruto de la decepción ante las enormes expectativas que emanan gobierno tras gobierno, y de los pobres resultados políticos, económicos y sociales hasta ahora obtenidos.

Contribuye a la espiral de violencia, el hartazgo de la partidocracia, de los políticos egoístas y oportunistas envueltos en escándalos de corrupción y del dispendio del dinero del pueblo en excesos de todo tipo. Pero sobre todo en los pactos, propuestas, proyectos y promesas que no se han cumplido. Por el contrario día con día, año tras año, dejan a las personas sin oportunidades de tener una vida digna. Todo esto provoca desconfianza, hartazgo y por supuesto encono e irritación con justificada razón. Más son hechos muy lamentables, que por supuesto no deberían de haber sucedido en momentos tan importantes para el país, como es un cambio de gobierno.

Y a la par de los actos violentos, por fin Enrique Peña Nieto asumió el deseado cargo que lo pone al frente de un México muy diferente al que dejó sumido el dominio del PRI hace 12 años. Un México que el panismo volvió bronco, muy difícil de gobernar.

Con 5 ejes y 13 acciones inmediatas Peña Nieto define el rumbo de su gobierno, y que formarán parte de la transformación del país. Para ello dijo: “Habrá que vencer los rezagos, mover lo que se tenga que mover; la gente, la mentalidad, las instituciones, pero para ello será imprescindible desterrar el encono y la discordia y concretar el “Pacto por México”.

Y como por arte de magia (el mismísimo domingo 2), el “Pacto por México” se concretó. En el Castillo de Chapultepec se realizó la ansiada firma entre el presidente Peña Nieto y los jefes de los paridos PAN, PRD, PRI, olvidando al Verde Ecologista y por supuesto al PANAL.

De acuerdo (parcialmente) las izquierdas y la derecha en completo regocijo (ya sin pudor ni dignidad), hasta el colmo de dejar de auto llamarse oposición; El PRD y el PAN (junto con el PRI), firmaron los 95 acuerdos (del pacto), para el “bien del país”.

Amén que por pactos no paramos (22 -tentativas formales- de ellos, desde 1990 hasta este instante), resulta que de los susodichos 95; 45 de los acuerdos (aproximadamente la mitad), estarán sujetos a la reforma hacendaria (convenientemente bloqueada por el PRI durante el finito sexenio), que también (por arte de magia) está muy próxima a darse, es decir, tendrán cadenas y candados muy bien puestos. En otras palabras, el “Pacto por México” estará sujeto al PRI.

Dos cosas más de su discurso llamaron mi atención: La convocatoria a una cruzada contra el hambre y la licitación de 2 nuevas cadenas de televisión abierta.

Más allá de las cifras sobre el número exacto de pobres en nuestro país, que dependen de los criterios de quienes la miden y de los nuevos planes de gobierno, un hecho rotundo es: que existen demasiados pobres en México.

Y para entenderlo bien, pobres son quienes tantas veces no existen (sin acta de nacimiento y sin papeles que los hagan sujetos con identidad, con derechos y con deberes), que carecen de lo mínimo para sobrevivir, es decir, para comer, para vestirse, para acceder educación, para atenderse y conservar la salud y en infinidad de ocasiones hasta la misma vida. Los que no tienen un trabajo estable y bien remunerado o no tienen trabajo. Los que tienen que abandonar su lugar de origen por falta de oportunidades. Aquellos para quienes la calle es más segura que un hogar violento y amenazante, los que desvían su camino hacia las adicciones (narcotráfico), para mantener a sus familias; en fin, los que nunca han tenido una sola oportunidad de ser dueños de su destino.

No sé de qué manera se darán las acciones anunciadas; porque la pobreza en México no es fruto de la casualidad, o de la mala suerte, sino el resultado (cien por ciento) de políticas públicas equivocadas y de pésimas decisiones de gobiernos corruptos e injustos.

Por último dejaré en el aire “el beneficio de la duda” para la “cacaraqueada” licitación de las telecomunicaciones; porque no veo más allá que la pujada de los poderes fácticos de siempre, aunque se pretenda (¿?) lo contrario. ¿O el duopolio o el monopolio? ¡Vale la pena reflexionarlo!

lmsarovi@hotmail.com

 

 

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