PECULADO
Y LAVADO
Luz María Sánchez
Rovirosa
“Cuanto más corrupta una sociedad, más numerosas sus
leyes”. Edward Paul Abbey.
Inicio la presente
colaboración, para dar mi más sincero pésame a los familiares y amigos de Don
Mario Vázquez Raña, fundador de Organización Editorial Mexicana, en la cual me
desempeño como editorialista hace más de 20 años. QEPD.
Con cargos por el desvío de
287 millones de pesos del erario público del estado de Guerrero derechito a sus
cuentas bancarias; Carlos Mateo Aguirre Rivero, hermano del gobernador con
licencia Ángel Heladio Aguirre Rivero, fue detenido junto con cinco personas
más, el día pasado martes en ese estado.
La Procuraduría General de
la República (PGR), presidida por su titular Jesús Murillo Karam, solicitó una
orden de aprehensión contra estas personas, por el delito de lavado de dinero,
misma que otorgó el juez Quinto de Distritos de Procesos Penales Federales, en
el estado de México.
Se precisó por medio de la
Agencia de Investigación Criminal de la PGR, que el desvío millonario, se
realizó a través de tres empresas que son: Constructora Travesa SA de CV;
Comercializadora 2003 SA de CV y Comercializadora Topacio SA de CV, a las
cuales se transfería el dinero, para posteriormente traspasarlo a las cuentas
personales de dichas personas, quienes no tenían contrato de –prestación de
servicios o comerciales-, con el gobierno de Guerrero.
Estos son algunos de los
pormenores de la grave acusación que pesa hoy sobre la familia Aguirre Rivero y
sus –amigos y cómplices-, y que por obvias razones, tiene severas consecuencias
de la desmedida ambición de estos nefastos personajes, y que fungían como eje
de la ruleta que giraba alrededor del ya muy próximo proceso electoral, del
cual el “aguirrismo” -en las izquierdas-, lo había tomado como suyo, desde la
grotesca preparación de campaña del Junior del clan, Ángel Aguirre Herrera para
el puesto de alcalde de Acapulco.
Toda esta serie de datos son
reveladores de la putrefacción, desde el punto de vista humano, ético y
espiritual, de quienes dirigían y dirigen el destino del estado de Guerrero,
para los cuales no parece tener ninguna importancia la palabra –peculado-, que
describe el aprovechamiento para beneficio privado y propio de los bienes
públicos del estado; o el –lavado de dinero-, que es la forma de encubrir el
origen de los fondos que fueron obtenidos mediante actividades financieras
ilegales.
Además del impacto
financiero y de crecimiento que despliega la corrupción, del cual podemos ser
testigos tanto en cifras como en vivencias y experiencias, y por las cuales nos
damos cuenta, como han declinado nuestros índices de integridad y de dignidad,
como país, estado y ciudad.
A esta situación, tendríamos
que añadirle la corrupción con la que parece que estamos ya suficientemente
familiarizados, y que revienta en el valor público tan depreciado, manifestado
en las obras mal construidas o inútiles, o en la lamentable falta de
cumplimiento de los servicios públicos y/o programas sociales, que suelen
afectar como de costumbre a los que menos tienen.
Y a estos elevados costos,
tendríamos que anexar el impacto político, con el consabido desprestigio de sus
instituciones y autoridades y la falta de credibilidad en ellas; que en el
límite de la tolerancia, obliga la exacerbación del pueblo, fenómeno radical,
que hoy nos está asfixiando tanto en Guerrero, como en el país.
Ya es tiempo que nuestro rumbo
cambie. Es tiempo que hoy se aclare esta fatídica situación y se saque de la
mente de muchas personas –con cultura o sin ella-, que el poder político es
sinónimo de privilegio, para erradicar las lacras, como en este caso el ex
gobernador, su hermano y sus familiares y allegados, para que sirva como
ejemplo a los que vienen detrás, y se entienda una cosa es cometer errores
políticos o de gestión, y otra muy diferente es robar, porque la realidad de
estos graves costos derivados de la corrupción y la impunidad, sin duda alguna,
siempre los absorbemos los mexicanos.
Pero a pesar de todo, hoy
quiero despedirme con un pensamiento de Samuel Fielden que dice: “Yo creo que
llegará un tiempo en que sobre las ruinas de la corrupción, se levantará la
esplendorosa mañana del mundo emancipado, libre de todas las maldades, de todos
los monstruosos anacronismos de nuestra época y de nuestras caducas
instituciones. ¡Vale la pena reflexionarlo!