miércoles, 25 de septiembre de 2019

CINCO AÑOS






CINCO AÑOS
Luz María Sánchez Rovirosa

“Donde hay poca justicia, es un peligro tener la razón” Francisco de Quevedo

A cinco años de aquel suceso que conmocionó al país y al mundo, aún hay demasiadas interrogantes y demasiado misterio en torno a la desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural “Isidro Burgos” en Ayotzinapa en el estado de Guerrero, allá por “Los Caminos del Sur” de México.

En un lugar tan delicado como lo es Guerrero, saturado de hechos sangrientos de violencia rebasada y hecho un desastre ¿Cómo aguantaremos seguir sobreviviendo (la mayoría que no se beneficia de los mismos), con gobierno tan dogmático como lo fue en aquel entonces el de Ángel Aguirre Rivero PRD forzoso y caprichoso (hoy queriendo volver); y como el actual de Héctor Astudillo Flores, por supuesto priísta?

26 de septiembre de 2014, es una fecha que marca un parte aguas en la inconciencia de lo que las autoridades llaman investigación, pero sobre todo de la justicia. Sabemos perfectamente que los 43 jóvenes son solo un pequeño número que forma parte del inmenso círculo de los miles y miles de desaparecidos en todo el territorio nacional. De esas personas, niños, jóvenes, adultos, adultos mayores; buenos y malos, culpables e inocentes, de los que no tenemos ni la más remota idea de qué fue lo que les pasó.

A los acontecimientos que sucedieron hoy hace cinco años en Iguala, Gro., se les puede seguir llamando un asesinato doloso, a manos de policías municipales ignorando (por cobardía), por quién o quiénes eran dirigidos y/o manipulados; dio como resultado un hecho vergonzoso, indignante y reprochable.

Una y otra vez, se ha hecho el llamado a las autoridades para que salga a la luz la verdad, pero no aquella aberrante “Verdad Histórica” que escupió a la cara de los padres de familia devastados el entonces “procurador” Murillo Karam, incluyendo en el vómito “perfumado” a un pueblo de México indignado e incrédulo, que con tristeza e impotencia presenciaba toda la impunidad, la corrupción y la negligencia de los actores principales de esta farsa mal llamada política.

Vamos a hacer hincapié que estos como muchos otros hechos de violencia, han sido también muy cuestionados por una buena parte de la sociedad mexicana, quienes han condenado de antemano a los estudiantes, acusándolos de ser vándalos que proceden con demasiada violencia, es decir, una “Barbarie”.

Barbarie es la actuación, la actitud, el estado, la condición de quien habla un lenguaje (incluyendo el corporal), absolutamente contrario al de las exigencias morales, de la ley, la honestidad y de la realidad humana.

Entonces podemos entender que quien practica la barbarie, no es simplemente el o los que violan el orden; sino quien o quienes llegan a extremos de maldad, que los hacen parecer desprovistos de la condición de ser humanos.

Entonces ¿Cómo explicar que aceptemos que los delincuentes más peligrosos se paseen por las calles a plena luz del día, solo porque tienen un “título” que los señala como presidentes, secretarios, diputados, gobernadores, alcaldes, senadores o policías?

¿Cómo actuará este gobierno respecto a estos hechos? ¿O se les tendrá que martillar nuevamente a las familias afectadas, que nunca sabrán que sucedió con sus seres queridos?

Y uno aterrado y estupefacto se pregunta: ¿Quién o quiénes hacen más daño al mundo, los que se acomodan frente a la perversidad refinada y desde allí pisotean al hombre con los mejores modos, sin casi mancharse por la “exquisita” corrupción que ejercen? ¿O quienes desde la opulencia se manifiestan indiferentes a las víctimas sobre las cuales se alza; y qué sin duda alguna asumen el papel de buenos y son legitimados por sus hambrientos roedores y vasallos? ¿O la figura de los llamados bárbaros, que sin justificación por la violencia de su actuar, arrasan sin miramientos lo que a su paso encuentran, para tratar de desnudar a los hediondos tiranos y avanzar hacia la historia? ¡Vale la pena reflexionarlo!

miércoles, 18 de septiembre de 2019

LAS LOCURAS DE FOX






LAS LOCURAS DE FOX


Luz María Sánchez Rovirosa



“Que solito y poca cosa se veía López en el balcón de palacio. Lo que hace la soberbia y el poder, un palacio para él solito. Triste figura, nadie que lo acompañe” (sic).



El Partido Acción Nacional (PAN) nace en 1939, con una ideología humanista de centro-derecha, planteada a partir de la definición de cuatro principios fundamentales de la Doctrina Social de la Iglesia Católica: Dignidad de la persona; Bien Común; Solidaridad y Subsidiariedad. Y como lema: “Por una patria ordenada y generosa y una vida mejor y más digna para todos”.

Todos o casi todos conocemos muy bien el significado de estos conceptos, que durante muchos años cobijaron fielmente al partido blanquiazul; hasta que supuestamente se abrió la puerta a la “democracia”, aquel inolvidable julio del año 2000, cuando por mayoría de las voluntades de los mexicanos Vicente Fox Quesada (candidato panista), fue elegido el primer presidente de México (aparentemente) no salido de las filas del PRI.

De aquella memorable elección, nos quedaron (quizá no a todos) recuerdos muy ingratos de un partido que olvidó sus principios y su lema, y que no supo afianzar su natural poder con el pueblo de México. Aun así, el siguiente sexenio continuó siendo panista en la figura de Felipe Calderón Hinojosa, en una controvertida elección, que no dejó buenas evocaciones, pero sí muy mal sabor de boca a muchos mexicanos.

Vicente Fox antes de llegar a los pinos, no había pasado de ser una persona que había crecido y había sido educado en un medio con más prejuicios sociales y religiosos. Con estudios en reconocidas universidades jesuitas, y de allí sacó sus conocimientos en los aspectos técnicos para emprender su actividad empresarial; y en este campo, llegó a ser presidente de Coca Cola México, donde se distinguió como un destacado ejecutivo e identificado con la mentalidad capitalista y ultraconservadora de los republicanos de Estados Unidos de América.

Fox participó en el “Grupo San Ángel”, una especie de amasiato de “intelectuales”, que supuestamente estaban preocupados por la vida política y social de México, pero por lo que nos cuenta la historia y la realidad, al final demostraron que su verdadera y única preocupación era el futuro político de cada uno de los que lo conformaban.

Aun cuando se suponía que Vicente Fox había tenido la oportunidad de ubicar la realidad de nuestro país y tener la conciencia clara de sus necesidades durante sus dos gestiones como gobernador de Guanajuato para ser el anhelado presidente del cambio; al llegar a la presidencia tras una fuerte campaña publicitaria y después del júbilo de inicio, se comprobó que era una persona manejable y un ignorante de la realidad mexicana que pretendía cambiar; finalmente supimos y sentimos que Fox nunca tuvo idea de cómo y para qué llegó a Los Pinos.

La política exterior de Fox fue un desastre que no solo dividió a los países latinoamericanos y puso en evidencia al país; ya que Fox viajó 52 veces al extranjero con resultados la mayoría de las veces desastrosos, ya que sin solucionar, ni siquiera mediar los problemas internos de México; pretendió arreglar los problemas del mundo; al grado que en 2006 (noviembre) el Congreso le puso un alto al negarle el permiso para viajar a Australia, recordándole que tenía problemas graves que atender en nuestro país.

No tengo espacio para escribir las “locuras de Fox” y su familia, de las cuales miles y miles durante su gobierno fueron reprobables. De esta manera y con una supuesta alianza temprana con Salinas de Gortari, la cuestión política, económica y social para México se complicó de manera dramática.

La pregunta es: ¿Por qué critica tanto el gobierno de López Obrador, cuando este hombre tan amargado y desorbitado dejó un país frustrado y lastimado; después de haberle ofrecido tantas expectativas de cambio? ¡Vale la pena reflexionarlo!

miércoles, 11 de septiembre de 2019

EL GRITO DE LOS DOLORES










EL GRITO DE LOS DOLORES



Luz María Sánchez Rovirosa


“Quienes son capaces de renunciar a la libertad esencial a cambio de una pequeña seguridad transitoria, no son merecedores ni de la libertad ni de la seguridad”. Benjamín Franklin.


La historia de la independencia obviamente inicia con la conquista, y en muchas ocasiones ésta equivocadamente se ha visto como una lucha entre buenos indígenas contra malos españoles, como un enfrentamiento o el choque de dos civilizaciones, pero en el cual (supuestamente) venció la superioridad de la raza.

México es un país con una gran historia y la historia como en casi todos los países del mundo, se narra y se enseña de una forma heroica para despertar ese patriotismo que millones de veces se tambalea cuando las cosas no van bien. Al mexicano común, al que le manejan su pensar y su sentir, lo obligan a recordar a los actores de esta historia como los héroes de la patria, incluyendo a los que nunca existieron.

Este “festejo” se da cada 15 de septiembre, pero curiosamente esta fecha (según la historia), fue cuando Hidalgo dio “el grito en Dolores, Hidalgo”, para iniciar la lucha en busca de la anhelada libertad. Ésta se da, el 27 de septiembre de 1821 como fruto de las batallas que encabezan Vicente Guerrero y Agustín de Iturbide. Sin embargo, la historia no reconoce la consumación de la independencia en ese momento; motivo por el cual los presidentes en turno siguen saliendo al balcón del Palacio Nacional a “dar el tradicional grito de independencia el día 15 por la noche”.

Pero cuentan por ahí, que resulta que la tradición de dar el grito anualmente, comenzó con el presidente Porfirio Díaz, ya que precisamente su fecha de nacimiento fue el 15 de septiembre del año 1830, por lo cual había que festejar su “cumple” con “une partie” (“pachanga” en francés), idioma favorito de Don Porfirio, o como dicen los cuestionados españoles de los que nos “libramos”: “un jaleo”; y de allí la tradición qué hasta la fecha, se cumple al pie de la letra.

Pero ¿Por qué festejamos cada año este hecho histórico para México; por qué muchos consideran estas fiestas una hipocresía; por qué festejar como si nos sobrara el dinero para el derroche que se gasta en un par de días; por qué se ostenta algo que no podemos darnos el lujo de pagar? ¿No sería un verdadero festejo de humanidad, si todo ese dinero que se tira a la basura o lo disfrutan los elegidos, se compartiera con los que se mueren de hambre, que son muchos?

México es un país que “casi” desde siempre, ha sentido la humillación de tener la cara pegada al suelo y con un zapato pisándole el cuello; que ha sido doblegado y que ha ahogado “por los siglos de los siglos” el “grito de los dolores” de los que sufren, de los que lloran las injusticias de todos los días, de los que no conocen los matices para llegar al blanco, porque siempre se quedan en lo negro, de todos aquellos para los que ha sido un logro no vivir, sino sobrevivir.


Pero bueno, no hay que perder la fe, las nuevas generaciones todavía pueden completar la verdadera historia de libertad que se inició en 1810, y que en algún momento serán capaces de prodigarse. Todavía ellos pueden trabajar con la justicia y la razón, para cultivar la verdadera democracia y escribir una mejor historia para los próximos 100, 200 o 500 años; para todos los mexicanos sin excepción. ¡Vale la pena reflexionarlo!
















miércoles, 4 de septiembre de 2019

REACTIVA FGR CASO DE LA GUARDERÍA ABC








REACTIVA FGR CASO DE LA GUARDERÍA ABC


Luz María Sánchez Rovirosa


“Frente a la dificultad y a la tragedia, siempre puedo elegir interpretar lo que me sucede como una desgracia, como un desafío, como una catástrofe y transformarme en víctima; o puedo mirarlo (después de subir la espiral de la aceptación), como una oportunidad de crecer y transformarme en protagonista de un verdadero cambio para ayudar a los demás”


Haciendo un poco de memoria el 5 de junio de 2009 en Hermosillo se dio un terrible suceso, cuando un incendio (intencional) en una bodega propiedad de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público del Gobierno de Sonora, se propagó hasta las instalaciones de la Guardería ABC (estancia infantil subrogada por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) a particulares).

El siniestro se robó la vida de 49 niños (entre seis meses y cuatro años) y más de sesenta pequeños quedaron con heridas y quemaduras muy delicadas, en lo que ha sido llamada, la más grave tragedia infantil sucedida en México.

¿Pero por qué traer este recuerdo tan doloroso, cuando tantas personas insisten que no hay que voltear a ver el pasado?

Recientemente el presidente de México Andrés Manuel López Obrador, en su visita a Hermosillo, donde se llevó a cabo su tradicional “Mañanera”, y señaló (tras una entrevista con los padres de los pequeños fallecidos y lesionados), que refrendó su compromiso con ellos, e inmediatamente emití una recomendación al director del IMSS para que asumiera su responsabilidad plena en la atención de las demandas de las madres y los padres de la guardería.

Destacó: “Está pendiente el proceso judicial, el reabrir el caso para castigar a los responsables, el Presidente de la SCJN en su momento, hizo una recomendación sobre este tema y se le está pidiendo que ayude para que se lleve a cabo la investigación sin obstáculos y que no haya influyentísimo de por medio”. (sic).

El espinoso caso del incendio en la Guardería ABC, es una luz roja de la impunidad de estrangula a México. Han transcurrido 11 años en los cuales los privilegiados escogemos y podemos olvidar; pero estos padres, familias y amigos solidarios implacables por supuesto que no olvidan y día tras día, hacen directamente el señalamiento hacia un siniestro “provocado” que les arrebató injustamente a sus hijos y familiares, por causa de la corrupción.

El caso que consta en un documento (del cual tiene copia la revista Proceso) que fue entregado al entonces Procurador General de la República Jesús Murillo Karam (ya en el sexenio de Peña Nieto); el incendio tuvo como fin destruir información documental, relacionada con una deuda (desvío) de diez mil millones de pesos, generada en el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, con el “Plan Sonora Proyecta”, programa fundamental del entonces gobernador José Eduardo Robinson Bours Castelo; para obras en ese estado del norte del país.

Hoy ya no se puede permitir que seamos un pueblo mudo por el temor a la censura y a la represión por decir lo que se siente y lo que se piensa. No podemos seguir siendo mexicanos que no se puede armar de valor (más que en las redes sociales) y tomar el lugar que le corresponde; ese lugar donde predomina el silencio, ese lugar hacia donde los poderosos, sean quienes sean los que mandan, los que deciden; nos señalan, nos humillan y nos desdeñan; y no hay algo más triste, que ver el poder, la ambición, la impunidad, la soberbia, el desinterés y la corrupción por encima de la moral y la agonía.

Ojalá, que este año se corone la justicia, dando su merecido a todas las personas que irresponsablemente no tuvieron ni tiempo, ni interés de cuidar, dar cuidados y dar respuestas a estos cientos de pequeños que no se merecían ser víctimas de una aberrante tragedia como la de la Guardería ABC. ¡Vale la pena reflexionarlo!