miércoles, 31 de julio de 2019

LA MANO QUE MECE LA CUNA







LA MANO QUE MECE LA CUNA


Luz María Sánchez Rovirosa


“Cuando vean que para producir necesitan obtener la aprobación de quienes no producen nada; cuando vean que el dinero fluye a quienes comercian no en bienes sino en favores; cuando vean que los hombres se hacen más ricos a través de la estafa que del trabajo, y sus leyes no los protegen de ellos, pero los protegen a ellos de ustedes; cuando vean que la corrupción es recompensada y la honestidad se convierte en un sacrificio personal; sabrán que su sociedad está condenada” Ayn Rand.

La memoria es la capacidad mental que posibilita a un sujeto registrar, conservar y evocar las experiencias (ideas, imágenes, acontecimientos, sentimientos, etc.). La memoria amplía nuestro mundo. Sin ella, la vida carecería de continuidad y cada día de nuestra vida, sería un acontecimiento aislado; es decir, no se podría aprender del pasado, ni prever el futuro; lo que a veces sucede por muchos y diferentes motivos (voluntarios e involuntarios), es lo complicado que resulta recuperarlos cuando se necesitan.

Majestuoso y maravilloso nuestro Sistema Nervioso Central (SNC), que tiene como pieza central (entre otras importantísimas para la vida), el cerebro. ¿Pero por qué hablar de términos científicos, fisiológicos y hasta patológicos, en la política actual; el tema que hoy nos ocupa y preocupa?

Se dice, que hoy en el “estigmatizado” gobierno d Andrés Manuel López Obrador, asistimos al retorno inequívoco del antiguo régimen priísta, según léxico de algunos (“eruditos” y no excentos de “chayote”) medios de comunicación agrupados o individuales; que manipulan y manosean y les roban las ideas propias o en su defecto se las canjean, tal cual líderes de sectas religiosas, a quien o quienes por voluntad (obligada), se lo permiten.  
Motivo y razón por lo cual recurrimos a la memoria y recordamos el pasado que nos trae al presente, una serie de historias recurrentes y trágicas de gobiernos anteriores que ya vivimos, que ya sufrimos y a los cuales después de llegar a su término la mayoría de los mexicanos que no somos privilegiados, pudimos sobrevivir, para razonar cuáles fueron las acciones de los “dioses omnipotentes”, que nos hicieron caer de rodillas, y que hoy ante la sordera humillante de una parte de la sociedad (todavía humillada), se atreven una y otra vez en un discurso monolítico, decir que el pasado ya pasó.

Y de esta injusta manera (porque no hay razón congruente), los mexicanos estamos frente a una disyuntiva que ya no se puede sortear a la ligera. Hoy estamos pasando por un torbellino político que lejos de acercarnos a un cambio positivo, nos está transformando en prsonas-zombis, sin razonamiento, sin criterio y sin prudencia, volteando (cada quien) “como nunca”, a sus intereses particulares, a sus preferencias, gustos, comodidad y privilegios, de una manera grotesca.

Esperando de corazón que el tiempo pase rápido y que se termine este suplicio cargado de odio y violencia en contra del presidente López Obrador, que se antoja como un franco proceso de descomposición, ante la terrible incertidumbre de saber si algún día superaremos estas diferencias.

Entonces ¿Cómo saber tomar el camino correcto, aun cuando no sea nuestro predilecto y sin permitir que se meta la mano que mece la cuna? ¿Cómo tendremos la agudeza, sin confundir la memoria con el pasado, de considerar qué si al país le va bien, a todos nosotros también? ¡Vale la pena reflexionarlo!


miércoles, 24 de julio de 2019





¿POR QUÉ SE ESCONDE ADELA?



Luz María Sánchez Rovirosa


“Te has inventado un sustituto de la realidad, porque eres incapaz de enfrentarte a nada”. Reilly.


De todos los acapulqueños es sabido que Adela Román Ocampo de la coalición “Juntos haremos Historia”; aceptó el reto de liderar un gobierno muy complicado.

La situación que se vive en el puerto es terrible, inmersos en una ingobernabilidad donde la violencia dispone el “orden del día” y donde la seguridad está en manos de un grupo de “personas, criminales y policías”, que abusan e incluso se atreven a amedrentar a la sociedad, gozando de una total impunidad por las autoridades en turno.

De frente y ya sin las cortinas de humo que trataron de disimular el caos de Acapulco, Adela se enfrenta (quizá temerosa e incapaz) a todo tipo de aberraciones, que ignoró desafortunadamente, creyendo que llegar a la silla municipal, era “pan comido.

Efectivamente, la violencia es un fenómeno histórico que está relacionado con el desarrollo social del ser humano. La violencia en todas sus formas, se ha convertido en un tema con el que tenemos que batallar diariamente, con el latente y grave peligro de enfrentarse a ella y lo peor acostumbrarse a ella como una forma inevitable de vida.

Así que hoy, ante los recientes y escalofriantes episodios continuos de violencia en el estado de Guerrero y especialmente en Acapulco ¿Qué es lo que se tiene que hacer?

Para que la balanza funcione y pese correctamente tiene que haber equilibrio y para empezar en el caso de Acapulco (como de cualquier otro lugar del país), las autoridades no pueden ni deben minimizar los trágicos sucesos, y manifestar (como prioridad) que la actividad turística no se vea afectada por esos actos violentos. ¿Cómo puede no afectar (al turismo y la gente que aquí vive), un preocupante incremento de asesinatos con violencia extrema y sin ningún pudor, a cualquier hora del día?

La visión que tenemos hasta el día de hoy con el gobierno de Adela Román Ocampo, es la de una administración fallida y tenebrosa con una herencia maldita (más lo que se acumule), ya que en este gobierno las cosas propias se han vuelto tan complicadas, intrínsecas y fuera de control, en el cual la inmensa corrupción, la impunidad, la violencia exacerbada, la denigrante inseguridad, la ambición, el abuso, el nepotismo, el cinismo y la insensibilidad, han dado un paso gigante, rebasando totalmente lo que se creía rescatable.

Pero definitivamente lo más preocupante de esta administración, es la desaparición de la alcaldesa (rara vez aparece en público) y no se le ve trabajando por ningún lado. No es difícil percibir que Adela, es una mujer llena de resentimientos e ineptitud política; pero hambrienta de poder, qué para justificarse; como avestruz mete la cabeza en la tierra para no ver su propia incapacidad y antipatía.

Muertos, desaparecidos, secuestrados, extorsionados y el consecuente miedo de la sociedad en constante aumento, son parte de los signos diarios del desastre acapulqueño.

No existe ciudadano que no padezca estos flagelos directa o indirectamente, ni conversación en donde no aparezca este tema. Hay, sin embargo, que agregar uno más que hace a esta realidad mucho más profunda y aterradora; y es la lejanía y la soberbia sordera de esta roñosa clase política; ante los sueños de bienestar, transformación, de paz y de desarrollo, que una vez más, han quedado como los muertos no identificados: sepultados en la fosa común. ¡Vale la pena reflexionarlo!



miércoles, 17 de julio de 2019

"LOS TUNDERPRIS"




“LOS TUNDERPRIS”

Luz María Sánchez Rovirosa

“Antiguos espíritus del mal, transformen este partido decadente, en PRI el inmortal” Alegoría de los Thundercats.

En un video publicado recientemente el cual (supuestamente) narra los hechos de los momentos previos a la detención del ex gobernador del estado de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, también conocido como Javidu; que asegura sobre la existencia de un “convenio establecido” entre el susodicho y el Gobierno Federal liderado por Enrique Peña Nieto, vía el ex secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong; para que el ex gobernador veracruzano, se entregara a las autoridades competentes y se le detuviera, por varios delitos.

Por supuesto la reacción del hoy senador Osorio Chong, no se hizo esperar y negó rotundamente todo nexo con el ex gobernador “jarocho”, de quién señaló: “Duarte es un corrupto desesperado y solo busca evadir la responsabilidad de sus actos”.

Pero el caso es que los del “Nuevo PRI” sí se están comiendo las uñas, ya que Javidu (según dicen los que saben), sí le aventó una buena amenaza al gobierno de Peña Nieto, recordándoles que “muchas cosas no se han comentado” y sería muy desafortunado que salieran a la luz pública.

En su momento, en aquellos tiempos el Procurador General de la República, Raúl Cervantes Andrade; le informó al entonces presidente Enrique Peña Nieto, que el ex Tesorero del gobierno de Duarte, pidió una cita urgente con él (el procurador) para hablar sobre el escándalo de Javier Duarte, justo para que éste “no salpique aceite, cuando se le avienten los ajos.

Y en el contexto de los mensajes cifrados, podemos recordar (cuando Duarte era un “nene consentido”), por ejemplo, sobre “los mil” (millones de pesos) empaquetados en “cajas de huevo”, que se desviaron hacia la campaña de Peña Nieto (2012), pero que nunca llegaron. Así como la maleta que cargaba Javidu con 40 millones de pesos, en el aeropuerto de Toluca para el mismo fin. De allí partimos, que ya aprehendido soltara cínicamente aquella frase de Santiago Montoto: “Paciencia y prudencia, verbal continencia (Duarte también mencionó contingencia), presencia y ausencia, según conveniencia”.

Y en torno a toda esta basura, sí voy a hacer el comentario porque es de sobra merecido. En México ya desde hace demasiados años, estamos padeciendo un grave deterioro económico que tiene al país al borde del precipicio; también viviendo un grave fenómeno político y social plasmado en una visible decadencia de valores; aun cuando dicen y dicen mal los de la oposición, qué en el gobierno actual y como presidente López Obrador por diferentes motivos, nos indican que estamos tan descalificados ante el mundo, y para lo cual parece no haber medidas correctivas.

Por esta falsa razón me sumerjo en este tema obligado (que no es el pasado que tanto detestan los opositores de la 4ª Transformación) pero que sí es, el retorno (actual) del cuestionado y peligroso Javier Duarte de Ochoa y a decir del propio Peña Nieto: “un joven y distinguido integrante de la “Dinastía del Nuevo PRI”; quien desde hace unos días volvió a la luz con el “buche lleno”, precisamente en contra del deteriorado, cascado, desvencijado y podrido “linaje” del Tricolor.

Hoy Javier Duarte de Ochoa todavía está sentado en el banquillo de los acusados, con la “cara” ataviada de su tenebrosa y burlona sonrisa. Su expresión corporal y lingüística, nos deja ver claramente a un ente que se mira intocable, como si nunca hubiera hecho nada, porque sabe que sabe y antes de que lo abandonen a su suerte, puede abrir el “hocico” un poco más y enseñar que la cloaca que trae en sus fauces, es capaz de embarrar de excremento a todo un sistema político. ¡Vale la pena reflexionarlo!

miércoles, 10 de julio de 2019

CARTA MACABRA








CARTA MACABRA



Luz María Sánchez Rovirosa


Urzúa no se adaptó a las nuevas políticas públicas. Me parece normal su renuncia y hasta tardía. Ricardo Monreal.






Muchas personas consideran que la crítica política generalmente es un argumento adverso, pero pese a ese argumento, la crítica política es un mecanismo indispensable, que permite que permite debatir los asuntos de interés común en su más amplio sentido; siendo muy necesaria dentro de un sistema democrático, donde la participación de la sociedad no debe restringirse únicamente a ser simples ciudadanos sin voz, pero curiosamente sí con voto (en este caso no comprado); sino una sociedad con civismo y con iniciativas de contribución, mediante su oportuna opinión en la gestión pública.


Así que me sumerjo como de costumbre en este peligroso mar de la política, porque veo con preocupación la rígida pose de víctima que tomó el ex titular de Hacienda, al “despedirse” de su cargo.




A casi ocho meses de aceptar la encomienda ofrecida por Andrés Manuel López Obrador (personaje que para Urzúa Macías no era ni es un desconocido en su forma de pensar y actuar); tal vez para la mayoría de los mexicanos cayó de sorpresa su intempestiva renuncia; pero para los mexicanos que no nos encontramos en los tormentos de la mente batida y revuelta una y otra vez por la escabrosa oposición, nos sorprendió mucho más los argumentos que escribió en la misiva del adiós.

Nadie discute si lo plasmado en la susodicha fue su sincero sentimiento, o si manifestó en ella lo que consideró una lesión a su ego. Pero lo que sí es bien cierto que al hacerlo no se detuvo a pensar en México, asegurando que en el gobierno para el que trabajaba, se habían tomado decisiones de políticas públicas sin el suficiente sustento; amén que le fueron impuestos funcionarios sin conocimiento hacendario y que esta acción fue fustigada “por personajes influyentes con un patente conflicto de interés”. En su escrito mencionó también sobre discrepancias en materia económica, sin hacer (en ninguno de los casos) mención de ninguna en particular o dar soporte de lo dicho.

La crudeza y la acidez con las que vertió las razones de su renuncia, dejan ver perfectamente que lo hizo a propósito, movido por el desquite del “supuesto agravio” a su persona, estremeciendo los mercados financieros, ya de por si alarmados.

Vale la pena recordar (aun cuando a muchos no les gusta), allá por el año 74, cuando el entonces titular de Hacienda Hugo B. Margaín, le presentó su renuncia al también entonces presidente Luis Echeverría, el desastre económico se presentó de inmediato, y entre otras muchas cosas financieramente importantes, el dólar voló de 12.50 a 24 pesos.
    
México se hundió y nos llevó a los mexicanos muchos años para medio superar la crisis. La cuestión aquí, es que, a diferencia de Urzúa Macías, Hugo B. Margaín, declaró que: los técnicos tendrían que estudiar “qué es lo que hicimos en el sexenio mal, para no repetir los errores”.

Decía el teólogo alemán Wilhelm Bousset que: “Dios de ríe de los hombres que se quejan de las consecuencias, al mismo tiempo que consienten sus causas.

Para no repetir errores, se tiene uno que apoyar en el pasado (aun cuando a muchos no les guste recordar), para no permitir que se repitan patrones al caminar en círculos; pero, sobre todo admitir, aunque nos cueste trabajo los yerros propios y no por salvar nuestro pellejo o nuestro ego, despotriquemos (sin sustento) y conscientes del daño, que se ponga en riesgo el bien común de México, como lo hizo el hoy “víctima y mártir” Carlos Manuel Urzúa Macías en su “Carta Macabra”. ¡Vale la pena reflexionarlo!  


miércoles, 3 de julio de 2019













GUERRERO: ESTADO SIN LEY NI GOBIERNO


Luz María Sánchez Rovirosa


“La arrogancia disminuye la sabiduría". Proverbio Chino.



El día de hoy daré inicio a este artículo, quizá a modo de conclusión. Los grandes males que padecemos en el estado de Guerrero, se deben (en parte) a qué como sociedad, como pueblo, no nos hemos ocupado de la cuestión pública más que en las urnas. El bien común exige que cada persona incorporada en una sociedad según su preparación y su capacidad, participe de algún modo en la política. Desde lo privado, desde lo individual, desde los grupos, contribuir en la política implica luchar con integridad y con prudencia contra la violencia, la injusticia y la opresión; contra la intolerancia y el absolutismo de un solo hombre o de un solo partido.


La realidad nos dice (por lo menos aquí en Guerrero) que, administración tras administración, por más triste e irónico que parezca, los gobernadores que han llegado, no tienen ni idea de que es lo que realmente le hace falta a la gente, y si lo saben, llegan al “poder” tan condicionados, tan cautivos por todos los “amarres”, compromisos, promesas, intereses y apoyos que reciben durante el proceso electoral, que cuando arriban al gobierno, a los únicos que les cumplen (además de sus bolsillos), son precisamente a quienes le metieron dinero, o “turbo-chamba” a sus campañas.

La ingobernabilidad es un fenómeno (en este caso) de naturaleza política, pero sobre todo de humanidad. La falta de gobernabilidad es una grave crisis de gestión de las administraciones gubernamentales, es decir, una seria falta de interés, de moral y de apoyo político (obligatorio) de las autoridades a los ciudadanos en todos los sentidos.


En el caso específico del estado de Guerrero esta administración que “dirige” Héctor Astudillo Flores (ni las anteriores); no han podido o no han querido equilibrar los mecanismos de control que exige un sistema de gobierno, en los ámbitos político, económico y social, amén que es un gobierno desfasado en sus ideologías políticas (un desvencijado PRI), y por lo tanto no le tiene lealtad a nadie.


Para empezar la inmensa pobreza existente en este estado (para que los gobernantes de todos los niveles lo entiendan, y ya no humillen a la gente con dádivas), no es una cuestión de deficiente o poco bienestar. La pobreza es la incapacidad para conseguir bienestar, debido a la ausencia de medios para lograrlo. Así que no es posible que un gobernante se pueda valorar tan alto, sin tener en cuenta sus enormes deficiencias, porque es una inmoralidad y una hipocresía.


Y la verdad, aunque se molesten, (Astudillo y Cia.), no hay mejor indicador de que un gobierno ha fracasado o está fracasando en su gestión, como en estos tiempos en los cuales seguimos viendo la avalancha humana bombardeándolos (en cada evento al que llegan) con miles de peticiones; y cada petición que reciben, representa una frustración individual y colectiva, una necesidad y un problema que el gobierno, sus instituciones y sus funcionarios hasta el día de hoy, no han podido o no han querido resolver.

¿Qué nos deparará el destino, si somos fieles testigos de que “el orden y la paz” en esta administración no llegara, porque el traje de “prepotencia” les quedó demasiado grande al “mal llamado” Gobernador Constitucional del Estado de Guerrero, Héctor Astudillo Flores y a su consorte, o con suerte: Merce Calvo y compañía?

La solución no es dejar (como siempre), que el gobierno nos canse y nos harte con sus mentiras y abusos. La solución somos todos, ante tanta humillación, injusticia y tanta violencia imparable. ¿Si el crimen está organizado; por qué nosotros no? ¡Vale la pena reflexionarlo!