EN MODO NAVIDAD
Luz María Sánchez Rovirosa
“Que en estas fiestas
renazca el amor y la luz de la esperanza, y que la esperanza se transforme en
maravillosa realidad”.
“La
justicia es Divina, la injusticia somos nosotros”
Voy a dividir este
artículo en dos partes, ya que es imposible dejar de lado las actividades
cotidianas de México y en nuestro caso, del estado de Guerrero y del puerto de
Acapulco; especialmente cuando el Secretario Estatal de Turismo Ernesto
Rodríguez Escalona anunció, que se espera una afluencia de más de un millón de
vacacionistas para esta época navideña y de fin de año.
La segunda parte (no
menos importante), obviamente tiene por objetivo hacer una pequeña reflexión sobre
estas fiestas religiosas, sociales y para mucha gente de un merecido descanso y
esparcimiento.
Empezaré ante todo por
mencionar lo difícil que se vislumbra el 2019, año totalmente de cambio
político con las acertadas y/o graves consecuencias que se desprenderán del
inicio de un nuevo gobierno nacional que se enfrentará, no solo a las serias
dificultades políticas, económicas y sociales que tiene el país producto de
anteriores administraciones fallidas, que por cierto hoy se minimizan; sino
también luchará en un combate frontal con una ruda maniobra mediática y
desinformación ideológica, vía los tradicionales “chayotes” y a las tenebrosas
lenguas sin mordaza, pero con dinero, que están dando paso a una manipulación prostituida
y tendenciosa para dominar la vida de los mexicanos; en la cual diariamente se
destroza la dignidad, la propiedad pública y privada; donde el desaliento
social lo provocan las mentiras pagadas de la incómoda oposición, que no ha sabido
o no ha querido entender, cuál es su lugar el día de hoy.
Y en ese marco con
especial definición política ¿Dónde les encaja a los opositores la miseria, la
muerte, la pobreza, la carencia de lo indispensable para el medio sobrevivir cada
día de un alto porcentaje de los habitantes de México, de Guerrero y de
Acapulco, siempre en los últimos lugares de progreso y del respeto a los
Derechos Humanos o dicho de otra manera: qué se considera en estos lares cómo
una injusticia social de la que muchos de los viejos o nuevos políticos o
funcionarios públicos no hablan: “matar o dejar morir”; sin que sea necesario
utilizar las balas?
La clase en el poder (como
gobierno o como oposición), trata de jugar con la psicología de las personas,
con sus sentimientos, con sus emociones y decepciones, con el único fin de encauzar
(a donde les conviene) cualquier signo de descontento; diluir y desviar la
atención del impacto de cualquier violencia estructural, sin mencionar jamás en
la miseria de su retórica, las consecuencias que persiguen con su egoísmo
político.
¿Repugnancia,
miedo, pánico, por lo que va a suceder, conociendo lo sucedido? Los actores
políticos que danzan alrededor de este melancólico México actual, nunca desde
que han estado en el poder, (hoy oposición), han hecho ningún esfuerzo por
fingir respecto a sus intereses bien definidos, que no son obviamente por el
bien común; e infortunadamente (algunos roedores del nuevo gobierno) no son la
excepción; porque soy consciente de la situación, aun cuando es muy pronto, y
por lo mismo imposible, poder dar una definición concreta.
Pasando
al siguiente tema, brevemente comentaré que la Navidad aun cuando para muchas
personas es un tiempo de fiestas y entusiasmo (justificado); significa
primordialmente para otras, ese manto protector que envuelve al mundo durante
estos días en que se recuerda el nacimiento de Jesús.
La
Navidad se celebra como cada familia lo acostumbre, es decir, su respetable tradición
en esta temporada que abundan las sonrisas, los abrazos fraternos, los buenos
deseos, la solidaridad, el ambiente de paz y tranquilidad, pero sobre todo el
perdón y el amor.
Y a
pesar de que no hay una explicación científica para los cambios que
experimentan las personas en estas fechas desde el punto de vista emocional y
psicológico; pero asombrosamente el “Espíritu de la Navidad” es un estado de ánimo
al que se llega, debido al intenso deseo de ser feliz, ante la inagotable esperanza
que al dar inicio el “nuevo año”; siempre encontraremos algo mejor. ¡Vale la pena
reflexionarlo!
P.D.
Con mis sinceros deseos de paz, amor, armonía; pero sobre todo salud, para
todos ustedes y sus queridas y respetables familias. FELIZ NAVIDAD, Dios les
bendiga.