jueves, 7 de mayo de 2015

"A QUIEN LE QUEDE EL SACO...QUE SE LO PONGA"





“A QUIEN LE QUEDE EL SACO…QUE SE LO PONGA”

Luz María Sánchez Rovirosa

“Lo cortés no quita lo valiente” Refrán popular.

“La soberbia es un deseo desordenado de sobresalir; “la elevación defectuosa del apetito", nos dice Tomás de Aquino; y no es muy difícil detectar que la felicidad que busca el soberbio, la mayoría de las veces está en manos del aplauso ajeno y del alago, por lo que tiene una base y un soporte muy débil.

¿Pero por qué la introducción sobre la soberbia? Porque deseo enrolar en este complicado tema a la crítica, acción que es relacionada frecuentemente a la polémica, ya que muchas veces al hacerla, se produce un desacuerdo entre dos o más opiniones.

Llegando al punto que hoy me ocupa y me preocupa, algunas personas sostienen, que en especial la crítica política generalmente es un argumento adverso que daña a los actores y por ende la sociedad de un país, de un estado, de un municipio o de una comunidad, y en algunos casos, sostienen fervientemente, que atenta contra el orden público.

Pero pese a todos estos argumentos, la crítica política es un mecanismo indispensable, que permite debatir los asuntos de interés común en su más amplio sentido; siendo muy necesario dentro de un -sistema democrático-, donde la participación de la sociedad no debe restringirse únicamente a ser simples ciudadanos sin voz (pero curiosamente sí con voto); sino una sociedad con civismo y con iniciativas de contribución, mediante su opinión en la gestión pública.   

Me sumerjo en este peligroso mar de la política (hoy en franca actividad), ya que todos los candidatos al puesto que sea, están tratando de dar su mejor cara a los ciudadanos, quienes ya sea por costumbre, por necesidad, o porque la esperanza es lo último que muere, los siguen según sus preferencias partidistas, y los cobijan tratando de que entiendan que estarán con ellos hasta el final, es decir, hasta que obtengan el triunfo anhelado.
 

Un candidato cegado por la soberbia, con un ego inflado, no escucha y no es capaz de aceptar críticas ya sean constructivas o no, por lo tanto, es obvio que no va a corregir las fallas o el rumbo de su campaña si acaso ésta va por mal camino, y él no lo advierte.
 

Penosamente, un candidato que se escuda en la soberbia, definitivamente es por la ausencia en su estrategia política; es decir, aquel candidato que va de acto en acto, diciendo lo mismo, sin tener un plan o programa, no llegará a realizar una campaña exitosa. Si no tiene un discurso diferenciado, si hace actos de campaña sin ton ni son, sin planear, actos que son simples acarreos o actos de simulación, y se lo señalan, tendrá que recurrir imperiosamente al orgullo y a la soberbia como herramientas de defensa.
 

Desde que los postulantes están tratando de acceder a cualquier -jerarquía de poder-, saben perfectamente bien que como personas públicas, trabajarán en un quehacer público, y lo más importante es que lo harán con dinero “público”, es decir, dinero del pueblo (vía tributos) al que sirven o servirán; tienen que entender que no toda la gente va a estar de acuerdo con sus propuestas, o en su caso, con la forma de ejercerlas.

Puede uno estar muchas veces de acuerdo y otras no al simpatizar con algún candidato de forma civilizada, pero no entiendo por qué se enojan tanto algunos políticos y casi siempre sus porristas, cuando se les hace una crítica, que no sea para agradarlos.

Cualquier análisis serio del panorama político de nuestro país, hoy especialmente en el estado de Guerrero y en el municipio de Acapulco, debería hacernos reflexionar que la inclinación genuina por algún participante en períodos de excitación mental, es decir, en tiempos electorales, no deben ser, para adular al preferido o denostar al no querido, por purísima conveniencia. Y con la pena, a quien le quede el saco, que se lo ponga. ¡Vale la pena reflexionarlo!

P.D. Alguien me puede contestar con cordura: ¿Cómo es posible que Benito Manrique Contreras, hoy –presunto- responsable del homicidio de Braulio Zaragoza Maganda quien fuera secretario estatal del PAN, estuviera postulado como segundo síndico en la planilla de Zeferino Torreblanca, para la alcaldía de Acapulco?

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