miércoles, 14 de febrero de 2018

LA MANO NEGRA QUE MECE LA CUNA





LA MANO NEGRA QUE MECE LA CUNA

Luz María Sánchez Rovirosa

“Dadme un punto de apoyo y moveré la tierra y el cielo”. Arquímides.


Iniciamos el día de hoy, después de un descanso obligado por cuestiones de salud, mencionando esta nueva modalidad del INE llamada “intercampañas”.

Las “intercampañas” son este período que inició al día siguiente que dieron fin las “precampañas”, y que se extenderá hasta el 29 de marzo, justo un día antes que den inicio las “campañas”.

Durante este lapso, tanto los aspirantes a cualquier cargo de elección popular como los partidos políticos, deberán (aparentemente) seguir al pie de la letra las instrucciones y restricciones establecidas por el Instituto Nacional Electoral; quien supuestamente tiene como objetivo principal asegurar que las contiendas se den con completa equidad. Así que se presume que este “inter”, la propaganda difundida única y exclusivamente debe ser de carácter informativo. Por lo tanto y concretamente, la finalidad de esta nueva payasada, es no hacer propaganda a favor o en contra de ningún partido político o candidato; y es justo en este punto, que me quiero detener.

Tenemos ya un rato inmersos en los laberintos de las “campañas anticipadas permitidas”, en las cuales desde los partidos, candidatos y ciudadanos nos hemos amado o nos hemos odiado, por nuestro favor o nuestra antipatía para nuestros o no favoritos. Pero uno se pregunta ¿cuándo dentro de nuestras aficiones o aflicciones hemos pensado en el bien común?

Durante este tiempo simplemente nos hemos empapado de esos insanos, mentirosos y repetitivos mensajes de denostación, que repelemos feroces cuando nos tocan a “nuestro ungido” de igual o de peor y forma, saliendo de la retaguardia en su defensa para descargar toda clase de fantasías y utopías, sin importar fomentar en un pueblo ignorante o sordo esa misma esperanza que en estos tiempos de “cambio” cautiva, pero que a la larga esclaviza, como lo hemos experimentado tantas veces.

Los mexicanos estamos frente a una disyuntiva que ya no se puede sortear a la ligera; el país no ha tocado fondo y no lo debemos permitir. Hoy estamos pasando por un torbellino político, que lejos de acercarnos a un cambio positivo, nos está transformando en personas-zombis sin razonamiento, sin criterio, sin prudencia; volteando inertes cada quien en su interés particular, a las muchas “manos negras que nos mecen la cuna” y que nos arrullan con los mismos y “tradicionales” cánticos de mentiras, corrupción e impunidad, de la forma más cínica.

¿Cómo saber tomar el camino correcto aun cuando no sea nuestro predilecto? Debemos tener la agudeza de considerar que si al país le va bien, nos irá bien a todos, no solamente a los privilegiados, que hoy en día parece que son los únicos que existen en México.

Porque si de todo lo que se nos presenta hoy, no vemos posibilidad de enmienda ¿Qué tenemos que hacer los mexicanos en lugar de seguir reprobando, estigmatizando, maldiciendo afrentando, etc., a nuestro enemigo político y entre nosotros mismos?

Exigirnos un sano equilibrio para poder exigirlo a los demás, sobre todo a nuestros gobernantes del color que sea. ¿Qué es lo que más desea la gente? Sin duda alguna la seguridad, la tranquilidad de vivir sin terror. Los mexicanos ya estamos cansados de perder a un ser querido todos los días; los mexicanos queremos justicia y que la gente en el poder trabaje para y por nosotros.

Un país que clama por un cambio de rumbo, que pide el equilibrio necesario dentro de los espacios gubernamentales para lograr un contrapeso para esos nefastos gobiernos que aplastan todo a su paso por exceso de poder. Simplemente necesitamos la esperanza de que un camino mejor si es posible. Vamos a procurárnoslo el pueblo unido por el bien común, cumpliendo nuestros deberes y exigiendo nuestros derechos que son para todos por igual. ¡Vale la pena reflexionarlo!


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