domingo, 11 de noviembre de 2012

HARAKIRI



HARAKIRI
Luz María Sánchez Rovirosa

“No hay mayor cinismo que el de aquellos que reclaman para sí, lo que nunca han dado”. González Moore.

El secretario de Fomento Turístico Javier Aluni Montes, calificó como “sensacional” el puente (día de muertos) en el “Triángulo del Sol”, y para variar comparó las cifras (que sólo ellos tienen) del año pasado, que entonces resultaron “magníficas” con las de ahora y que por supuesto se las “llevan de calle” por 50 puntos porcentuales.

El señor Aluni aceptó que hubo “fallas” en el espectáculo de los globos aerostáticos, debido a causas climatológicas (¿?), ya que éstos no pudieron subir más de 20 metros, así que remató diciendo “Vamos a platicar con la compañía con la que acabamos de hacer este convenio para mejorar”. Pero por lo pronto mientras la empresa mejora y las cosas salen bien para la próxima, el dinero sí voló.

Da vergüenza que un secretario de Turismo que debería ser un verdadero promotor del puerto, haga declaraciones tan “voluptuosas”. Con todo respeto, “no es lo mismo con guitarra que con violín”, es decir, de hotelero a secretario de turismo hay un alunizaje de por medio. Pero en esta historia lo que más llama la atención, es que el gobernador esté de acuerdo y se lo permita.

Así que “después del niño ahogado, el pozo tapado” y como única alternativa (para él) viable, el gobernador Ángel Aguirre Rivero, arremetió contra toditita la sociedad acapulqueña y nos metió una buena regañada, llamándonos a reflexionar si el combate a la inseguridad le incumbe sólo a las instituciones o a todos. No es cuestión de que se armen; sino contribuir desde el lugar que les corresponde (¿?).

No dejó “títere con cabeza”, se llevó a taxistas, padres de familia, maestros, pero especialmente criticó las declaraciones de los medios proclives a desvirtuar la información (Reforma) y a aquellos prestadores de servicios turísticos que a pesar del evidente arribo de visitantes en el puente de día de muertos (¿?), expresaron que no vendieron nada o que les fue como en cualquier otro fin de semana.

Y ya en el clímax de su regaño, dijo que “tal parece que nos gusta hacernos el Harakiri. Nosotros mismos nos hacemos daño, nosotros mismos nos metemos la puñalada” (sic) (¿?). Con todo respeto a la falta de respeto, si a nosotros nos gusta hacernos Harakiri, la reflexión sería ¿Qué les gusta hacerse él y a las instituciones?

Y para terminar queriendo suavizar el exceso, consideró que lo que debe importar es que se ha recobrado la confianza en el puerto y que eso es lo que debe motivar a la población (¿?). Posteriormente en entrevista, obviamente los reporteros lo cuestionaron sobre el llamado de atención a los medios y dijo: “ayúdenme para que todos mantengamos mejor al puerto; en ningún momento voy a lesionar un derecho auténtico como es la libertad de expresión (solo eso nos faltaría), siempre seré respetuoso de ella, lo que quiero es que muchas veces las cosas las pongamos en el contexto, que se digan las cosas como son y ahí ustedes tiene una función y un papel determinante, ese fue mi llamado” (sic). Con todo respeto, las cosas están puestas a la opinión pública en el contexto correcto.

Yo no entiendo cómo se atreve a dar discursos en ese tono. La vida de la sociedad de cualquier ciudad, en cualquier agrupación y empresa se rige simple y sencillamente por el básico cumplimiento de las obligaciones (entre ellos los tributos) imponentes, para obtener nuestros derechos implícitos en la Carta Magna, es decir, Los deberes y los derechos.
Así que sin ningún temor a equivocarme, el hoy gobernador Ángel Aguirre Rivero se salió del PRI y se metió (¿?) al PRD sin pudor alguno, para llegar a donde está, con la indispensable participación de los ciudadanos a los que regañó. Que no se le olvide.

Y entre otras muchas cosas que no se le deberían olvidar tampoco, está el desfalco y la ruina en que dejó a Acapulco su amigo, primo, compañero y adversario político (en campaña), del cual la sociedad la única y quizá más grave culpa y responsabilidad que tiene, es permitirlo. Y ese ruin atraco de las autoridades sin saciarse, es lo que tiene sumido a este hermoso puerto que reitero, “sobrevive” por la gracia de Dios. ¿Por qué no regaña Aguirre a Añorve?

Que deje las reprimendas el gobernador porque no es su papel; él está aquí para servir a la gente y no al revés. Prodigar a toda la sociedad la oportunidad de tener una vida digna, esa sí que es su obligación, y entonces la recaudación por ende subirá (sin temor a que nos maten), y si no se la “roban” o desvían las “autoridades”, Acapulco volverá a tener el glamur de antaño, y la gente de Guerrero ya no tendrá necesidad de delinquir para comer.

Por otro lado, pero el mismo problema, Walton sigue retrasando (incumpliendo) su promesa de informarnos y nosotros seguimos sin conocer los resultados de la “supuesta” auditoría realizada al Ayuntamiento. Compromiso que Luis Walton hizo con los ciudadanos que le brindaron su confianza, en el momento de tomar protesta como alcalde de Acapulco, cuando todavía no se convertía en “Hulk”.

¿En qué momento pasamos a ser parte del “Tesoro Perdido”? No, no, y no, no me da miedo, no va a cambiar ni mi criterio, ni mis convicciones políticas y sociales, mientras las autoridades no cambien para mejorar. Acapulco necesita renovación, no improvisación. Acapulco necesita que le den su lugar siempre, no sólo en los puentes. Acapulco tiene pueblo, tiene gente que aquí nació, que aquí creció, gente que “llegó para quedarse”, gente que quiere estudiar y trabajar, y no encuentra donde, y si lo encuentra se lo quitan los del “derecho de suelo”. La gente de Guerrero sufre mucho por la pobreza.

No permitamos que los gobiernos nos falten el respeto una vez más. Por favor no pasemos de la indignación a lo indigno. Guerrero y Acapulco no se lo merecen. ¡Vale la pena reflexionarlo!    
P.D. Su servidora de plácemes por la victoria de Obama. La reelección del presidente demócrata, hace posible un manifiesto sensible hacia la política migratoria, ya que ha quedado en deuda con el electorado hispano. Esperemos mejores expectativas también en cuanto a seguridad. Por lo pronto: ¡Enhorabuena!

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