LA
IDENTIDAD, CONTRASEÑA DE LA VIDA
Luz María Sánchez
Rovirosa
“En cuanto alguien
comprende que obedecer leyes injustas es contrario a su dignidad de hombre,
ninguna tiranía puede dominarle”. Gandhi.
La falta de registro de
nacimiento y el registro extemporáneo (tardío) de los mexicanos, en este caso
de los guerrerenses, los expone a cantidad de graves peligros como son (hoy en
día) como la esclavitud, -las redes de trata de personas- (incluyendo los
crímenes para tráfico de órganos); abusos, prostitución e incluso pornografía
infantil (entre otros).
Estos son solo unos de
muchos ejemplos, para las razones de sobra (tomando en cuenta los miles de
desaparecidos en nuestro país), por lo que se tiene que hacer la legislación urgente,
desde las Cámaras (Alta y Baja), las modificaciones o reformas necesarias al
artículo 4º de –La Carta Magna-; para promover el reconocimiento constitucional
al –derecho de tener identidad- de manera gratuita y sin condiciones, es decir,
sin la exorbitante burocracia del papeleo, amén de apoyar a los ciudadanos en los
casos complicados y difíciles.
El derecho a la identidad en
México, es una asignatura pendiente para cada gobierno en función, y para los
miles de mexicanos, niñas, niños, adolescentes, adultos y adultos mayores;
desde las zonas urbanas, hasta las zonas rurales y recónditas de nuestro
territorio nacional, y en nuestro caso del estado de Guerrero, que son
demasiadas.
Muchísimas veces en nuestra
entidad federativa, debido a la falta de material, es decir, de papelería en
las oficialías del Registro Civil (desde mucho tiempo atrás), se va causando un
importante rezago, que produce las inevitables molestias y denuncias (que nunca
proceden, o en largos litigios que tardan años), al momento de solicitar o
realizar los morosos trámites, para obtener sus actas de nacimiento.
Más allá de los –injustos protocolos-,
cerrazón de criterios o conveniencia de las autoridades, existen grupos muy amplios
de la población rural, en donde la ignorancia, la miseria y la pobreza extrema
son su vida. Grupos vulnerables que por sus propios patrones de raíces culturales
(entre ellos el idioma de las etnias), no registran a sus hijos (porque ellos
mismos y sus ancestros no lo han hecho); además de que en no pocas ocasiones
dicho documento y/o el proceso, tiene un costo tan alto, que para ellos es muy
difícil de cubrir. (Incluyendo no solo las actas, sino los traslados).
Y uno se pregunta: ¿Cómo se
van a registrar si lo que se los impide es la propia pobreza extrema y miseria
incluyendo la humana? ¿Qué tan grande es el esfuerzo de los gobiernos para este
fin; que siguen habiendo miles y miles de personas si identidad, es decir, sin
existir? Algo no está funcionando bien.
Los casos conocidos suelen
ser muy graves, pero quizá tienen solución; pero hay otros tan patéticos, que
en ocasiones resultan inverosímiles; porque fuera de la -estructura formal del
Estado-, ocurren cosas muy difíciles de entender, de familias enteras sumidas
en las sombras.
El derecho que posee cada
persona que nace a tener un nombre y apellidos, es un atributo del derecho a la
identidad, el cual es un medio para individualizar a las personas dentro de la
sociedad. El nombre identifica al sujeto, y esa importancia de la
identificación, no solo pasa por el aspecto formal y nominal, sino que tiene un
componente social, ya que las personas se relacionan entre sí, viven y conviven
en un espacio, se desarrollan, crecen se reproducen y y por ello tienen
características propias, únicas e irrepetibles.
Y punto y aparte, también
mueren y si no existen, si no hay partida de nacimiento, por obvias razones no
puede haber acta de defunción. Así, que si se han estado inhumando a estas
personas en esta irregular situación, se ha estado cometiendo un delito muy
grave. Pero ésta es otra historia,
El derecho al nombre
(identidad), permite acceder a otros derechos: salud, educación, nacionalidad,
protección y participación ciudadana; por tanto es una obligación de todo
gobierno en sus tres niveles, dar todas las facilidades a las personas, a las
familias de obtener su existencia, incluyendo esos miles de casos especiales,
que no están asentados en las estadísticas; aclarando que no son las
estadísticas del conteo del INEGI.
Perder la libertad y sufrir
agravios a la dignidad, son dos de las situaciones que en mayor medida frustran
la vida de las personas. Por esta razón la defensa de los Derechos Humanos, es
exactamente una tarea importantísima de la democracia, ya que la –libertad y la
dignidad- no son “cosas” que se compran, se tienen por derecho propio y son las
condiciones sobre las cuales se cimienta el sentido de la existencia de todas
(sin excepción), las personas de todo el mundo. Vale la pena reflexionarlo!
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