LA
REVANCHA
Luz
María Sánchez Rovirosa
“Hay que estar atentos a los
presagios de los triunfos, porque en estas cosas políticas siempre hay
escenarios que no están previstos; y un partido ganador puede perder porque en
él hay mucha ambición y mucha venganza”. Anónimo.
La política en México como
una forma de actividad social, tiene por sobre todas las cosas las campañas
electorales, es decir, ese espantoso teatro que durante toda nuestra vida día y
noche a través de los medios de comunicación chayoteros y tendenciosos, taladra
conciencias con signos de manipulación cada vez más irrespetuosos y peligrosos.
En la actualidad en todo el
país, nos encontramos inmersos nuevamente en el círculo vicioso y hoy
escandaloso de las precampañas, tiempo alargado de las indeseables campañas
(como tal), tiempo de dinero perdido tirado a la basura, con un costo altísimo
para los mexicanos. Tiempo de las descalificaciones, mentiras, humillaciones y
grotescas transas entre partidos y candidatos.
El porvenir del país es más que preocupante y el costo de los
descréditos entre partidos y su jerarquía, son muestras devastadoras del
muladar político, social, cultural y por supuesto económico en el que están
batiendo al pueblo de México.
Hablar de un proceso electoral en una caricatura de democracia como la
nuestra, no es nada fácil, sobre todo porque ha tenido como antecedente, la cínica
sofisticación del fraude como una insignia ante el mundo. Hay partidos que por falta
de ética y de pudor hacen lo posible y hasta lo imposible, por mezclar los
“nuevos” procesos con las mismas irregularidades de otras campañas y otras
elecciones que le anteceden, entiéndase específicamente el PRI y sus rémoras.
Hoy con mucho asombro nos percatamos de algo insólito y de verdad malevo en
la larguísima historia del tricolor, que se ha ido develando a lo largo de
estos seis años de un gobierno supuestamente nuevo, pero incapaz, incoherente,
patético, tétrico mortal e interminable.
El precandidato del PRI a la presidencia de México, José
Antonio Meade Kuribreña, hizo hace unos días una chocante y estrambótica pero
mamarracha afirmación, cuando soltó que “por primera vez en la historia de
México, se tiene un gobernador que tortura, que miente y que cuadruplicó la inseguridad”,
aludiendo claramente a Javier Corral (gobernador de Chihuahua).
Y desde Querétaro anunció “a quienes mienten, a quienes
traicionan les decimos que vamos a ganar”. “Está comprobado que se le
entregaron mil millones de pesos adicionales a su presupuesto y sentenció “desde
aquí (Querétaro) les decimos que vamos por la revancha”.
Esta precoz verborrea que sale de la boca de Meade, se da
porque Javier Corral, interpuso una denuncia a una “presunta” represalia por
parte del gobierno federal, debido a la lucha que mantiene en contra de la
corrupción; y señaló que las acciones adversas tomadas por el ejecutivo Enrique
Peña Nieto, solo son “en perjuicio del pueblo de Chihuahua”.
Según la versión del actual gobernador de Chihuahua es,
que la administración federal canceló programas sociales y dejó de dar recursos
económicos al Gobierno a su cargo; y les untó en la cara, “No quieren detener a
César Duarte (su antecesor), pero nos detienen los recursos que necesitamos”.
Así mismo afirmó que cuando se le preguntó al Secretario de Hacienda
José Antonio González el motivo por el que dejaron de depositar los recursos de
Chihuahua, les respondió, que era por la investigación contra el PRI. Por
último Corral recalcó “No nos van a doblegar, no vamos a negociar esta
investigación, ni por 700 mdp; ni por todo el presupuesto de Chihuahua”.
Y su servidora diría “amén”. Ojalá lo sostenga, porque entonces hay que
preguntarle al insípido Meade ¿Quiénes son verdaderamente los gobernantes que
torturan y mienten y que no cumplen (nunca) con el bien común; pero al parecer
sí cumplen sus amenazas y sus revanchas? ¡Vale la pena reflexionarlo!
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