miércoles, 28 de noviembre de 2018

EL SUEÑO AMERICANO









EL SUEÑO AMERICANO



Luz María Sánchez Rovirosa



“Las cadenas del hábito son generalmente demasiado débiles para que las sintamos, hasta que son demasiado fuertes para que podamos romperlas”. Samuel Jonson.


La migración es un fenómeno demográfico muy complejo que se origina por causas muy diversas y por lo mismo muy difíciles de determinar. Se dan de manera mayoritaria en los países subdesarrollados o en proceso de desarrollo.

Las causas socioeconómicas son un detonante que determina cualquier tipo de proceso migratorio. Pero definitivamente las causas políticas son la fuerza que hace estallar este fenómeno. Las crisis políticas recurrentes que crean una desigualdad de graves dimensiones, así como la injusticia y la corrupción, que dejan grandes huecos en las oportunidades de la sociedad para vivir dignamente y no encuentran otra opción que salir de sus lugares de origen, es decir, qué los gobiernos prácticamente los obliga y los expulsa, sin pensar en las terribles consecuencias.

Por ejemplo, en México donde se supone que la democracia existe ¿Qué medidas de seguridad tiene el sistema gubernamental del todavía presidente Enrique Peña Nieto para proteger a sus ciudadanos (migrantes) ante un presidente (Trump) visiblemente desequilibrado, pero “todopoderoso”? ¿Y qué estrategias migratorias tiene México para controlar la migración entrante “supuestamente de tránsito” (hondureña), que hoy nos ocupa?

Viene a colación este importante tema porque (entre otras cosas), México está viviendo una crisis social que se antoja fuera de toda dimensión. Como en una película de terror son las indignantes condiciones, en las que la mayoría de las personas “viajan” en la “caravana hondureña y guatemalteca”, que está atravesando el país, en busca del “Sueño Americano”.

La historia nos dice, que la peregrinación masiva de hondureños hacia Estados Unidos atravesando nuestro país, data de manera ya importante en la década de los noventas (aproximadamente 100 mil personas por año), aprovechando la apertura de El Salvador por razones geopolíticas.

La mayoría de estas personas y familias que se atreven desesperadamente y peligrosamente a realizar este éxodo, lo hacen sin la documentación correspondiente que “exige” la autoridad migratoria de México, país clave para llegar a su destino.

No se sabe a ciencia cierta la cantidad de migrantes que logran llegar a suelo estadounidense, tampoco cuantos regresan a sus lugares de origen; pero sí deberíamos saber y con exactitud, qué porcentaje de ellos deciden echar raíces en suelo mexicano.

Sin embargo, tal y como sucede en nuestro país, la migración internacional sobre todo la que sale, al fin sirve a los gobiernos como una válvula de escape, al deshacerse prácticamente en un buen porcentaje, de la fuerte presión interna que les produce las demandas insatisfechas y las apremiantes necesidades, más los excesivos gastos en programas sociales que nunca son suficientes; y para rematar, convenientemente por el interés de recibir las remesas, que constituyen una rica fuente de divisas para la macroeconomía, sobre todo en los países latinoamericanos.

Desafortunadamente los mexicanos, sobre todo los que residen en los lugares conflictuados por este exacerbado fenómeno, sabemos que, hasta el día de hoy, hemos sido representados por miserables y malévolos gobiernos (PRI y PAN), que durante tantos y tantos años ha manipulado a la sociedad, hurgando tóxicamente a las mentes huecas y vacías que han encontrado a su paso.

Perder lo humano por obligación, por costumbre y lo peor, por odio y venganza, es dejar salir los instintos básicos, hasta perder el sentido racional y, por lo tanto, la dimensión de quiénes somos y qué hacemos. ¡Vale la pena reflexionarlo!

P.D. A unos días del cambio de gobierno, y cuando la hora se acerca, me congratulo aún más (mi humilde opinión), ante la oportunidad de que, por fin se haga justicia en México. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario