VÍA PÚBLICA Y EL TRABAJO INFORMAL
Luz María Sánchez Rovirosa
“Al
buen entendedor pocas palabras” Refrán Popular.
El
martes por la tarde, un grupo de colaboradores de la Coordinación de Servicios
Públicos Municipales se apersonó en el Parque de la Reina para supervisar como
había quedado la iluminación navideña recién puesta y que engalana el lugar.
Me
llamó mucho la atención que además parecía que estaban buscando un espacio en
especial, y como en el grupo de la zumba ya estamos “ciscados” con tanta
amenaza de parte de los gobiernos municipales anteriores (y este no es la
excepción), me acerqué a preguntar.
Grata
sorpresa llevamos cuando se nos acercaron el coordinador de dicha dependencia
Juan Carlos Manrique y sus compañeros, y muy gentilmente nos comentó que qué
nos parecía el espacio señalado para instalar un pesebre.
Obviamente
todos respondimos que sí nos gustaría mucho. La verdad quedamos congratulados
por la gentileza de estas personas, y más porque recientemente también nos
visitaron de la Dirección de Vía Pública, su titular Martínez de la O y
compañía con una muy diferente actitud, es decir, llenos de prepotencia y
soberbia, tratándonos de intimidar amenazando con retirar del parque a
instructores y ambulantes.
Entrando
de lleno al tema que me ocupa hoy, los parques públicos, son espacios (la
mayoría) al aire libre, arbolados y con jardines dentro de cualquier ciudad,
pueblo o comunidad donde se celebran actividades lúdicas destinadas para el esparcimiento
de los ciudadanos.
Los
ambulantes entran en la definición de las personas que trabajan el comercio
informal. A esta actividad también se le cataloga como irregular, ya que
“supuestamente” no siguen los procesos fiscales y de permisos que requieren las
autoridades para ejercer legalmente la actividad.
Desafortunadamente,
la necesidad y la falta de oportunidades les hacen caer en esta forma de
ganarse la vida, que por cierto no es nada fácil, ya que la mayoría de ellos
son presas de los líderes que los manipulan, y muchas veces del mismo gobierno
que ejerce una injusta presión para que vía el pago de un porcentaje de sus
ventas, quieran dejarles usar los espacios. Amén que hoy también son
extorsionados sin piedad por el crimen organizado para conservar sus lugares.
Pero
existe otro tipo de ambulantes, es decir, los “verdaderos ambulantes”, que son
aquellos que utilizan los espacios solo por un par de horas al día, y de esas
horas depende su ingreso. Los demás de los demás son personas ejerciendo una
actividad irregular en lugares que ya tienen fijos, es decir, sus puestos están
invadiendo la vía pública día y noche.
Voy a
hablar de los “funcionarios públicos” que no entienden lo importante de su
trabajo para el bien de la comunidad. En el caso de los trabajadores de Vía
Pública, no les ha entrado en la cabeza que ellos también son ambulantes en el
gobierno (tres años) y que su trabajo no es llegar y arrebatadamente menosprecien
y retiren a las personas (como basura) que laboran en la calle o en los
parques, manifestando una superioridad que no tienen.
Ellos
los “funcionarios públicos” de esta administración que pertenece a la “Cuarta
Transformación”, se ponen muy “machitos” con la gente más vulnerable, esos
ambulantes que no pertenecen a ninguna corporación criminal, ni están
protegidos por líderes mañosos y peligrosos. A esos son a los que ellos atacan,
dejándolos en la completa indefensión, y sin darles otra oportunidad de vida, a
cambio de patearlos.
Me
pregunto si ya entendieron que el Parque de la Reina está ubicado en Zona
Federal (Marina), y que el Ayuntamiento solo tiene encargado su vigilancia y
mantenimiento. Me pregunto si no deberían empezar por ordenar y/o ubicar a los
puestos “fijos” que venden mariscos entre la banqueta y la playa, entre el
restaurante salón social Mexicanísimo y el 100% Natural; donde no hay ningún
tipo de vigilancia sanitaria y ecológica que regulen ese servicio.
Así
mismo, por qué no empiezan por acomodar, reordenar y quitar lo horripilante de
los puestos “fijos” en las banquetas del centro, o por no permitir el uso no ya
solamente de las banquetas, sino de la vía vehicular de muchos restaurantes
empezando la Costera angosta (Edificio CROM) y sobre la avenida López Mateos.
Mucho
tienen que hacer antes de empoderarse con los más vulnerables; o con su
amigo-patrón el Regidor Ilich Lozano Herrera, lancen una iniciativa (él sabe cómo),
para proponer una política pública que se encargue de censar y regular con
justicia a los vendedores ambulantes en lugar de estar molestando, porque eso
no les compete. ¡Vale la pena reflexionarlo!
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