miércoles, 6 de marzo de 2019

Y SI ADELITA SE FUERA CON OTRO





“Y SI ADELITA SE FUERA CON OTRO”


Luz María Sánchez Rovirosa


“En toda adversidad los lamentos hacen necios, y las acciones hacen sabios” Shakespeare.


De todos los acapulqueños es sabido, que la Presidenta Municipal de Acapulco Adela Román Ocampo bajó del Nirvana de la coalición “Juntos haremos Historia”; aceptando un reto de gobierno que sabía muy complicado; por eso llama la atención que hoy se lamente tanto de ello.

Sin caer en criterios equivocados, la situación que se vive y prevalece en el puerto es terrible ante lo cual y desafortunadamente, seguimos inmersos en una ingobernabilidad donde la violencia dispone el “orden del día” y donde la seguridad está en manos de un grupo de policías, soldados y marinos “fantasmas”, que nunca están cuando se necesita, pero que siguen gozando de una total impunidad por las autoridades en turno.

Francamente de frente y ya sin las cortinas de humo que trataron de disimular el caos de Acapulco, Adela se ha enfrentado a una dimensión desconocida para ella y lo que es peor a una dimensión con todo tipo de aberraciones, que no ha querido –o no ha podido ver-; a la que se lanzó sin tener un análisis experto con un plan o estrategia definida, para dar inicio y seguimiento al recuento de los daños.

A pesar de todo, hoy como tantas otras veces a través de tantos años, seguimos esperando que suceda el milagro de la transformación en este devastado puerto de Acapulco: la cuarta, la quinta, la décima, que tal parece en esta ocasión, tampoco se logrará. Y se me ocurre que muchas veces la situación se repite, porque muchas personas no hacen uso correcto de su memoria.

Por eso cuando estamos pendientes de un (semi) nuevo gobierno que dijo traer expectativas, debemos de trabajar mucho con nuestra memoria, para que ésta nos saque de dudas y podamos distinguir cuando nos hablan bonito en el oído, engañando a nuestros demás sentidos.

Infortunadamente demasiado pronto, la visión que tenemos hoy en día del gobierno de -izquierda de nacimiento-, es el de una administración fallida y tenebrosa muy parecida a la de sus antecesores y si se puede, con una generosa dosis de más de prepotencia y soberbia; con la que Adela trata de disimular su falta de atributos para administrar y gobernar bien.

Sin (todavía) demostrar carisma y sensibilidad relevante para gobernar, podemos llegar a una -prematura conclusión-, en la cual esta izquierda, esta cuarta transformación (local), lleva el mismo ADN que el de los siniestros hombres del pasado, que marcaron un patético esquema de oligarquía dominante y roedora que dramáticamente nos persigue. ¡Vale la pena reflexionarlo!

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