domingo, 21 de abril de 2013

GUERRERO UN ESTADO OBESO Y CON HAMBRE



 
GUERRERO UN ESTADO OBESO Y CON HAMBRE

Luz María Sánchez Rovirosa

"Ganamos justicia más rápidamente si hacemos justicia a la parte contraria." Mahatma Gandhi.

Todos sin excepción, en algún momento de nuestras vidas hemos sentido la sensación de tener el estómago vacío y la necesidad imperiosa de comer para satisfacer esa exigencia. Muchos de nosotros podemos solucionarlo inmediatamente, pero hay muchos, muchos, que difícilmente lo lograrán.

El hambre es según la Real Academia Española “las ganas y necesidad de comer”, pero eso es una primera acepción, una sensación como un momento pasajero; pero el hambre también se define como “la escasez de alimentos básicos para vivir, que causa miseria generalizada” Esta es el hambre que humilla, que causa dolor; es el hambre que mata.

Inicia en Guerrero (uno de los estados más pobres y hambrientos y primer lugar en obesidad) la “Cruzada Contra el Hambre” y simultáneamente el “Combate a la Obesidad con una dicotomía descomunal, y una -rimbombante estrategia- pensando en todo, menos en los pobres, para quienes como su nombre lo señala, -la cruzada cruza- y pasa por sus hambrientos caminos, dejándolos igual que antes, pero con la esperanza tan vacía como sus estómagos.

Más allá de las cifras sobre el número de pobres que en nuestro país y de los criterios (¿?) para medir la pobreza, de los proyectos de desarrollo y de los planes gubernamentales, el hecho categórico es que existen demasiados pobres en México.

Pobres son los que carecen de los mínimos materiales para comer, vestir, recibir educación, conservar la salud y a veces hasta la misma vida. Pobres son los que no tienen un empleo estable o justamente retribuido (muchos de ellos por no tener acta de nacimiento (identidad), o capacidad laboral); aquellos que se encuentran enfermos, abandonados, olvidados y en silencio; los que tienen que dejar su lugar de origen por falta de oportunidades; quienes padecen adicciones, los que padecen algún tipo de discapacidad; aquellos para quienes la calle es más segura que un hogar violento; los desnutridos, los ignorados. ¿Todos ellos están incluidos en este gran proyecto nacional? ¿A todos ellos les van a quitar el hambre?

Uno pregunta, porque leí una noticia sobre la dieta de “lujo” que recomienda la cruzada que se compone de –codorniz, conejo y setas-. Esto se llama algo así como “El plato de la salud guerrerense” (¿?), acompañado de un librito con información nutricional impreso en 18 páginas a color en tamaño media carta, y el libro “Niños y Niñas por un Guerrero sin Obesidad”, que en sus páginas recomiendan realizar tres comidas y dos refrigerios al día, cuyos precios oscilan entre los 30 y 50 pesos diarios (Eso porque si el papá gana el salario mínimo, sí le alcanza, con 6, 7 u 8 hijos)

Estos libritos por supuesto que forman parte de la Cruzada contra el Hambre (con todo y “Pepe tenedor”), y serán distribuidos entre las familias que viven en las comunidades más pobres de la entidad. ¡Hágame usted el favor!

Y uno se vuelve a preguntar ¿A qué destinatarios va dirigida La Cruzada contra el Hambre? Recomiendan frutas y verduras desinfectadas con agua clorada, para lugares que ni siquiera tienen agua. En la –sección de alimentos de origen animal- recomiendan pichón, codorniz, liebre o conejo, venado, cabrito, cerdo (pero eso sí “sin gordito”), y “ojo” claras de huevo.

En el –apartado de las grasas- recomienda el aceite de oliva, cuyo costo en el mercado es de 80 pesos el litro, el casillero de huevo 60 pesos (¿y hay que desperdiciar la yema?) cuando a los niños se les da precisamente por cuestión nutricional, su huevito completo.

Que esas recomendaciones las especifiquen para las personas adultas como prevención o las que ya padecen triglicéridos y colesterol. Ay de verdad no sé si reírme o ponerme a llorar.

Por otro lado, pero en el mismo camino, nos enfrentamos a dos realidades lacerantes, que “supuestamente” tendrían que caminar de la mano: “La Cruzada contra el Hambre” liderada por Rosario Robles y “El Combate a la Obesidad” ídem por la secretaria de Salud Mercedes Juan López.

Pero desafortunadamente, mientras La Cruzada contra Hambre se refuerza (por nepotismo) en empresas trasnacionales como Pepsico y Coca-Cola, soberanas de la comida y bebida chatarra, el programa sobre obesidad se enfrenta a ellas. Es realmente increíble e intolerable, que mientras las trasnacionales ayudarán (¿?) a quitarle el hambre a las personas (en este caso) de Guerrero, por el otro lado se cobrarán el favor aumentando la circulación de sus productos y por supuesto su consumo y sus ingresos.

El gobierno no ha entendido, que a los ciudadanos no puede tratarnos como un número, ni como un dato, sino como seres humanos, con rostro, nombre y apellidos (los que no tenemos el infortunio de carecer de identidad), personas que somos parte de la historia y del paisaje de este hermosos país. Números y datos (de pobres, hambrientos y obesos) de los que se habla y se promete mucho en los discursos (demagogia), pero al fin, se hace muy poco.

Los pobres, los hambrientos, los obesos, los marginados, no quieren acciones asistenciales, sino las solución del problema estructural que produce su lamentable estado.

Urge que el gobierno tome con seriedad el tema de la pobreza y sus consecuencias y lo asuma como una prioridad para México, no con fines partidistas, electorales, ni con nepotismo, protagonismo, por cubrir el protocolo del Pacto, o para que la líder del Fondo Monetario Internacional (Lagarde) le aplauda al presidente. Urge pasar de la beneficencia y la asistencia social, al cambio de estructuras injustas, por el bienestar común. ¡Vale la pena reflexionarlo!

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