DEJA-VU
Luz María Sánchez Rovirosa
“Ya
no sé si vote por el cambio o por el compromiso, por el compromiso o por el
cambio, por el compromiso por el compromiso, o por el cambio por el cambio”
Gebhart.
Deja-Vu
(ya visto), es la extraña sensación de experimentar una situación que ya
vivimos alguna vez. Es una alteración de la memoria por la cual el sujeto cree
recordar situaciones que no han ocurrido, o modifica algunas circunstancias de
aquellas que ya se han producido
Aproximadamente
un 80 por ciento de las personas, ha tenido alguna vez la sensación de estar
viviendo una experiencia anterior. También la mayoría de los seres humanos que
la sienten, puede describir un sobresalto que los invade.
Los
hechos que se viven son reconocidos inmediatamente; sin embargo, a pesar de que
es algo conocido o familiar, resulta inquietante, ya que en -este suceso-,
se rompe el orden cronológico que
estamos acostumbrados seguir, y así de repente, el presente se transforma en pasado,
o mucho más grave aún, en un futuro no vivido, pero de alguna manera recordado.
Pero ¿por
qué tocar este enigmático fenómeno de paramnesia para hablar de política?
Sencillamente porque día a día ya desde hace mucho tiempo, el Deja-Vu es un
fenómeno cotidiano en el presente de México, es decir, lo que sucedió en el
pasado y lo que pasará en el futuro aparece (como un terrible presentimiento),
de lo que nos está deparando y nos deparará (con toda certeza) el destino para
el país, con el PRI nuevamente en el poder.
En un fugaz repaso por la historia, desde que el
presidente Plutarco Elías Calles formó el Partido Nacional Revolucionario (PNR)
en 1929 para fusionar todas las organizaciones políticas con la intención de
darle estabilidad a México, en ese instante y posteriormente con las siglas
(hasta hoy) del PRI, sus militantes (durante más de 70 años), se dedicaron a
estrangular al país, en aras del poder absoluto y del dinero absoluto,
fomentando la corrupción, la impunidad, la violencia, la desigualdad, el
desorden, los abusos, el autoritarismo, la injusticia, etcétera, en lugar -de
aquella estabilidad y del progreso- que hoy descaradamente nos vuelven a
ofrecer, y en el que tristemente mucha gente vuelve a creer.
Fue hasta
el año 2000 (nuevo siglo), siendo aún el presidente Ernesto Zedillo, quien por
cierto en su toma de posesión anunció una –sana distancia- con su partido (que
ha mantenido hasta hoy), que el PRI sale de Los Pinos ante la unión y el clamor
ciudadano, dejando a su espalda más de 70 años, en los cuales México se fue
resbalando hasta el fondo sin poderlo (o quererlo) detener; aun cuando Peña
Nieto en su ficticia campaña y su incipiente gestión, ha reiterado millones de
veces (como justificación), que al PRI siempre se le señalan sus errores, más
nunca sus aciertos.
Pero aquí
valdría la pena preguntar ¿cómo podríamos hacerlo (señalar sus aciertos) si ese
partido que estuvo más de 70 años en el poder, es decir, tiempo de sobra para
mejorar los problemas que nos aquejaban no lo hizo, por el contrario los fue
aumentando y agravando conforme los años pasaban y la ambición crecía?
Hoy inmersos
ya en el –retorno de los brujos-, aterrados vemos (los que no estamos
voluntariamente ciegos), a un PRI con Peña Nieto en su mimetización de un
satanás ignorante, clon del clan Atlacomulco (al que pertenece), sin disimular
su interés que no es otro, que obtener el -poder absoluto-, únicamente para
beneficio de los intereses de -su grupo-, dejando de lado, como siempre a
México. Definitivamente esta triste realidad, la podemos experimentar como un
verdadero Deja-Vu, en nuestras atribuladas experiencias de vida gobernadas por
el PRI.
¿Qué problema tan serio tiene el
pueblo de México que no se ubica? ¿Un nuevo PRI? Con el cinismo que
los caracteriza, señalan a los del PAN de estar enfermos de la vista y sólo ver
del 2000 para atrás, y del 2012 para adelante. –Por los viejos brujos del
monte-, sin defender al PAN (porque es imposible), el PRI además de ladrones,
psicóticos, esquizofrénicos, ciegos, son amnésicos, ya no se
acuerdan que fue el PRI el promotor, el beneficiario, el certificador,
legitimador, autorizador, etcétera del robo número dos más grande que ha
sufrido México en toda su historia (después de que otro orate le vendió la mitad
de nuestro territorio a los gringos), atraco fundamentado en el FOBAPROA? Deja-Vu
de los escándalos, porque ya vamos por el tercero con PEMEX.
O acaso no fue
el PRI, durante trágicos setenta y tantos años una fiera voraz que con sus fauces se dedicó a desangrar este
país. No podrán los necios ciudadanos recordar al “gober precioso” y pederasta Mario Marín en Puebla. Fidel
Herrera, papi del crimen organizado en el estado de Veracruz. Ulises Ruíz
represor y saqueador de Oaxaca. O Humberto Moreira en Coahuila (desvío de
recursos, lavado de dinero, narcotráfico y demás yerbas); y a quien en premio
lo nombraron secretario general del PRI, hasta que le hizo estorbo a Peña Nieto
y lo mandaron –con beca de lujo- a Barcelona. Y así, una interminable lista de
pillos como Romero Deschamps y Andrés Granier y la repudiada y divorciada del
tricolor, Elba Esther Gordillo (ave de mal agüero del corredor número 1). ¿Cómo
creer en Peña Nieto y en el nuevo PRI? ¡Vale la pena reflexionarlo!
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