lunes, 21 de abril de 2014

LA CENSURA








 
LA CENSURA

Luz María Sánchez Rovirosa

 “Le temo más a un periódico que a cien fusiles”. Napoleón.

La mayor parte del tiempo, durante el siglo XX nuestro país fue gobernado por el sistema del presidencialismo priísta. El poder del presidente era incuestionable y tanto el poder Legislativo como el Judicial estaban completamente subordinados a él.

Durante ese tiempo México vivió y aceptó gustoso el paternalismo que ponía de manifiesto la falta de participación ciudadana. No existía ninguna ley (transparencia) que regulara el desorden que existía en el manejo de las finanzas públicas, que desencadenaron crisis económicas recurrentes, que provocaron la fuerte inflación que hizo pedazos el poder adquisitivo de los mexicanos; aumentando la terrible desigualdad social, incrementándose también de manera aterradora la corrupción, ante la total complacencia de los ciudadanos mexicanos.

De repente, en la vida de México se abrió una perspectiva. Se inició un proceso democrático; y por primera vez en siete décadas, llega al poder un presidente de otro partido. Vicente Fox Quesada, de Acción Nacional (PAN), quien ganó las elecciones gracias a la responsable participación ciudadana (por única vez) en las urnas, y su triunfo (que se suponía el triunfo de todos), fue reconocido inmediatamente y sin problema alguno por el Instituto Federal Electoral (IFE, hoy INE), que se comportó como un organismo digno, que sin duda garantizó el respeto al sufragio, es decir, a la decisión de los mexicanos, quienes poco tiempo después (demasiado rápido), sufrimos la más triste y aberrante decepción, con las nefastas consecuencias que hemos padecido y al parecer, seguiremos padeciendo.

Aun así, que diferencia tan grande fue la “fiesta nacional” de ayer, a la de hoy. Estoy hablando por supuesto, del triunfo (muy cuestionado) del Partido Revolucionario Institucional (PRI) nuevamente y su candidato Enrique Peña Nieto, que ha generado una extraña, intrínseca e irracional euforia (priísta), provocada por la forma de obtenerlo. Ahora ya sentado en los Pinos, Peña Nieto sin duda, arrastró junto con él, una seria cantidad de efectos negativos para el PRI y para la sociedad en su conjunto.

Nos preocupa a los mexicanos constatar que el tricolor regresa además de, con sus excesos acostumbrados, con lo que tal vez deberíamos de llamar el “neoliberalismo ideológico”, que amén de todos los pormenores ocurridos durante este año transcurrido del retorno al “poder”, empieza desgraciadamente a tomar forma la censura, que al parecer ya está imponiendo la línea de los “ideales” que habrán de guiar (de hoy para adelante), la política de información nacional para el resto del sexenio.

Este es un tema muy delicado que, además de que aterra; llama fuertemente la atención, porque aun cuando ni siquiera se ha prohibido o (todavía no), se ha modificado vía constitucional la Libertad de Expresión. Sin embargo, ya se hayan manifestado por esta situación, importantes y respetables voces de los medios de comunicación, quienes han sido agraviado(a)s por exhibir las características, los errores y las anomalías del PRI.

De verdad me apena, porque se siente, se palpa, vivir este futuro a corto, mediano y largo plazo en México, que será para los mexicanos de buen corazón, un constante remar contra la corriente; de igual forma como hoy nadan contra la corriente, los que no están de acuerdo con las decisiones y la forma de gobernar del “nuevo” PRI.

Desafortunadamente, el problema más grave de esta situación, no son los partidos, ni los candidatos, ni los secretarios, ni los legisladores, ni los presidentes; sino los inertes ciudadanos que una vez más en una interminable cadena de esclavitud permitimos complacientes que se adueñen  abrumadoramente de nuestras vidas y de nuestras conciencias.

En los próximos 5 años que ya se vislumbran, que ya se adivinan, que ya se sienten (a pesar de las marchas y plantones; de la consulta popular rechazada; y demás acciones que se intenten, por una minoría), es obvio que nuestra libertad de expresión se verá muy deteriorada, regresando a los tiempos del México negro de la censura presidencial. ¡Vale la pena reflexionarlo!

P.D. Estimados lectores: Por este conducto, les manifiesto que estaré ausente del día 22 del presente, hasta el día 22 de mayo, continuando con mis publicaciones, si Ustedes me lo permiten. Siempre Agradecida.

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