miércoles, 7 de enero de 2015

AIRE FRESCO





AIRE FRESCO

 

Luz María Sánchez Rovirosa

 

“Si cada ser humano diera una oportunidad... ¡sólo una oportunidad!... a los demás, todos seríamos felices”.

 

 

Como rémora de nuestras vidas, una vez más como rehiletes, giramos y giramos alrededor de la política. Casi siempre estamos sumergidos en selecciones internas y contubernios, pre campañas, campañas y elecciones, para elegir a –nuestros gobernantes-, de cualquier nivel.
 

Para alcanzar la madurez política, los mexicanos, debemos poner mucho cuidado en el significado de la palabra democracia; esto es importante, porque al elegir, debemos de tener cuidado en las propuestas (si es que existen), de cada uno de los hombres que se pelean el destino de nuestras vidas.
 

La democracia debe pensarse en un sentido amplio, es decir más allá del voto y las urnas, y de todas las argucias electorales. El artículo 3º de la Constitución Mexicana, considera a la democracia no solamente como una estructura jurídica y un régimen político, sino como un sistema de vida fundado en el constante mejoramiento económico, social y cultural del pueblo, (Fracción II, a), y supone la igualdad de oportunidades para todos e involucra cuestiones fundamentales en la vida de un ser humano, como son: empleo, salud, vivienda, educación y alimentación.
 

Y es justo en este sentido, que la sociedad debemos reflexionar profundamente, ya que “supuestamente” hoy se está dando mucha publicidad a la transparencia, para la realización de los procesos electorales que están en puerta.
 

Pero quedándonos en el plano local, por ejemplo: ¿Qué sucede políticamente en este momento en Acapulco? ¿Qué expectativas nos plantean los partidos para el puesto de presidente municipal de este desvencijado puerto?
 

¿Qué candidatos podrían responder efectivamente a las añejas expectativas y justos reclamos de los ya cansados ciudadanos? ¿Qué candidatos tienen primordialmente en su haber las necesidades básicas de dignidad de vida, condiciones de ética, honestidad, justicia y libertad que se requieren como base de su realización; y no de cautividad de las -reglas e ideologías de sus partidos-?
 

Pero aterrizando en la precaria realidad, de verdad da escalofrío, comprobar, la inmundicia política que existe y que cada día se extiende más, especialmente en el puerto de Acapulco, en esta rebatinga por lograr las candidaturas.
 

Siempre se presentan las mismas personas tratando de ocupar (nuevamente) un puesto, a pesar de no haber hecho, ni tener la más mínima intención de hacer nada por el puerto. Los partidos saturados de gente de –diferentes corrientes-, que hoy con el acostumbrado ardor, delirio, vehemencia, pasión, etc. más los obsequios con que pretenden comprar las conciencias, es decir, el voto; se manifiestan ya enloquecidos por gozar primero las mieles del dinero de la campaña y después del triunfo, si es que lo obtienen.
 

Y atónita me pregunto: ¿Existirá entre todos los suspirantes (conocidos) que se quieren sentar o ya se han sentado en la silla preferencial del Ayuntamiento de Acapulco, una persona que en sus cinco sentidos nos presente una expectativa novedosa e interesante para liberar el peso de las cadenas que nos atan y nos jalan al subdesarrollo?
 

Por el momento entre los de siempre, su descendencia, hermanos, primos, tíos, amigos y lambiscones, los brinca charcos, etc., no se vislumbra en el horizonte perdido más que (como de costumbre), los que simplemente siguen buscando el poder y la ambición.
 

¿Qué podremos hacer como sociedad para salir de esta ya eterna pesadilla que nos agobia en Acapulco? Aire fresco, renovador, sin smog. Necesitamos voltear a ver nuevas caras y nuevas propuestas, porque las hay.
 

Hoy les digo sinceramente, basta de anhelar lo revolcado de Zeferino Torreblanca Galindo, y pongo como ejemplo a Pedro Kuri Pheres, empresario acapulqueño. Vamos a acercarnos y a conocerlo, tenemos y debemos de darle la oportunidad, a pesar de no tener experiencia política, pero tampoco tiene vicios, ni malas intenciones; y que bien podría sustancialmente incrementar la credibilidad y la confianza del pueblo, tan necesaria como indispensable, para el avance de la democracia y del bien común. ¡Vale la pena reflexionarlo!

1 comentario:

  1. Sin duda tu análisis y reflexión encaja en mi percepción sobre la política local y las necesidades de Acapulco.

    Y no manifiesto coincidencia contigo por la mención de mi persona, un gesto que agradezco humilde y honestamente, sino porque esa viciosa espiral que aludes donde estamos inmersos todos los ciudadanos en cada época electoral debe cambiar.

    Y reitero: sólo soy un ciudadano más con fe, esperanza y disposición de dar un golpe de timón en el rumbo de nuestro Acapulco.

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