miércoles, 25 de marzo de 2015

¿CAMPAÑAS A LA INTEMPERIE O DESNUDAS?


 
 
 
 
 
¿CAMPAÑAS A LA INTEMPERIE O DESNUDAS?

 

Luz María Sánchez Rovirosa


 

“La libertad de expresión es decir lo que la gente no quiere oír”. George Orwel.
 
 

Inicio este artículo confiada en la Libertad de Expresión, que incluye la libertad de palabra y de prensa, y que en nuestro país toma forma en nuestra Carta Magna, la cual nos privilegia el poder expresar con respeto, nuestros sentimientos e inquietudes; nuestros acuerdos y desacuerdos. 

Hago este breve preámbulo, ya que en un estado de Guerrero con una profunda crisis en todo lo largo y ancho de su territorio, tres meses de campaña es un largo tiempo, en el cual estamos siendo testigos de las muchas inquietudes de los muchos candidatos, para alcanzar la sucesión y gobernar el estado de Guerrero. Los candidatos tienen ya ocupados a todos o casi a todos los habitantes de esta tierra suriana, quienes ven en sus preferencias, unos, la posible solución a sus problemas y a los de los demás; otros, la posible solución a sus ambiciones y para y por ello están trabajando, y otros muchos están durmiendo en sus laureles ausentes de este importante proceso democrático; a veces por inercia, por incredulidad, y demasiadas veces por miedo.  

Por su parte los candidatos que están en busca del triunfo y luego el poder, se mueven haciendo sus -estrategias políticas- con rebuscados planes que los lleven al -trono estatal-; y hoy que casi, casi adivinamos (nada difícil) entre quienes es y será la férrea contienda, todavía no estoy segura si el pánico se llegará a apoderar (algún día) de este pueblo estático y conformista, que todavía no alcanza a ver, cómo no se escatima conseguir el triunfo. 

En estas largas vísperas de elecciones, reflexionamos que quien sea el elegido, tendrá que tomar en cuenta antes que su ambición de poder (porque parece que no), que presidirá un lugar sumamente pobre, populista, saturado de desposeídos y además guerrillero, es decir, un estado conflictivo y con mucha violencia que desafortunadamente lo caracteriza. Con miseria, con contracción salarial, con creciente desempleo, con un sistema educativo deficiente o casi nulo, con una infraestructura turística deplorable y en grave crisis; con descontento, con injusticias, burocratismo, corrupción administrativa y oligarquías financieras, amén que heredará, si el –ungido- surge de la oposición, los otros problemas y mutaciones de -la ideología amarga y mediocre y traicionera-, que hoy se ve y se siente por donde quiera, pero de la que no se habla nada, incluyendo a los mismos de su partido. Me refiero al gobierno de Ángel Aguirre Rivero. 

Y entonces uno se pregunta ¿Dónde están aquellas personas ajenas a los intereses, pasiones, simpatías y preferencias personales; esos hombres o mujeres comprometidos con el pueblo y para el pueblo, esos hombres que realmente sean líderes y que no saquen ventaja de su situación? ¿Dónde están esos hombres y esas mujeres, que no se les llene la cabeza y el corazón de soberbia, cuando desde su –trono- y quieran ser servidos y no servir, esos hombres que convivan y vivan, pero de verdad, no sólo para las fotos de publicidad con el pueblo; y que entiendan por qué los necesitados, todavía les creen? 

El hombre que resulte ser el elegido, para ocupar el cargo de gobernador de Guerrero, deberá demostrar con hechos lo que hoy va pregonando, porque desgraciadamente continúa la desagradable costumbre de engañar al pueblo con las mismas y eternas promesas retóricas, que después de la elección nunca se cumplen o se cumplen mal. 

Seguramente que encontrar un gobernante honesto, comprometido y de buena fe, no será muy fácil, pero no imposible, ya que siempre son los mismos, que brincan y brincan, incluso de partidos en partido, buscando ocupar todos los puestos posibles. Ante esta desalentadora realidad, se abre una encrucijada en todo lo que a elección concierne, incluyendo la invasión del partido de futbol entre México y Brasil, ese mero día. 

Con toda conciencia, meditemos sobre nuestro pasado y presente, y reflexionemos en lo que se avecina, así que a pensar muy bien, todavía hay tiempo de decidir qué alternativas deseamos para el quebrantado pueblo de Guerrero, continuar con la barbarie política, el triunfalismo demagógico de las promesas incumplidas con su colapso social, o la exigencia de la renovación profunda en la libertad, la honestidad, la justicia, la responsabilidad y la paz para todos por igual. ¡Vale la pena reflexionarlo!

 

 

 

 

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