miércoles, 30 de septiembre de 2015

LA CORDURA POLÍTICA





“LA CORDURA POLÍTICA”

Luz María Sánchez Rovirosa


“Cordura mucha cordura, y recuerden que hablar bien, conserva la dentadura” Carlos Puebla.


La comunicación humana es un proceso que tiene entre muchas otras, dos importantes vertientes: Una en la cual cualquier persona tiene el derecho de expresarse y la otra, en la que cualquier persona tiene el derecho a ser escuchada.

Una de las características de este natural procedimiento (pero curiosa y lamentablemente poco usual), es saber escuchar con atención a las personas que están hablando; pero sobre todo, estar preparados para aceptar en cualquier circunstancia, que las opiniones de los demás, no siempre serán las mismas que las nuestras.

Cuando en la acción de hablar en este caso de política, se toque un tema que roce los intereses personales, de grupos y partidos con comportamientos u objetivos diferentes y contrarios a las razones propias, hay que meditar primordialmente los argumentos estructurales, y la coyuntura en la que se pudiera hacer el referente a lo que incomoda precisa y comúnmente, a los políticos, líderes, funcionarios, o a cualquier persona común, etc.

-Es útil y sabio-, identificar con claridad el conflicto que pueden producir las palabras que vierten los otros, para abordarlo con cordura, es decir, sin locura, sin amenazas, sin juicios de valor, sin victimismo, y sin querer cargar siempre la culpa a alguien.

-Los señores políticos- de todo ámbito, pueden “rezongar” lo mismo, sólo dando las razones objetivas y desnudas amablemente; porque no logro entender, por qué los liderazgos siempre tienen la tendencia de querer despojar a los -demás de los demás-, de su voz. Por suerte ya estamos superando el tiempo de los héroes y los mártires, a los que les cortaban la lengua por “bocones”. -Hoy triste y deplorablemente está de moda-, cortar los brazos, las orejas, las cabezas e incluso todo el cuerpo.

Aquí vale la pena reflexionar, en la importancia de pensar bien las cosas antes de decirlas y analizar todo lo que de nuestra boca pueda salir; sobre todo, y esto es fundamental, si el actor (en este caso político), habla por boca de un grupo o comunidad.

Y aterrizando a la realidad, el motivo de los comentarios anteriores, se dan por la entrada al Ayuntamiento de la muy cuestionada administración municipal, que ya preside Evodio Velázquez Aguirre, sobre la duda si el –susodicho-, tendrá la capacidad de llevar el timón de este deteriorado barco, que además se encuentra a la deriva; amén que ya se siente en el puerto el ambiente de exclusividad, ya se mira el privilegio de un grupo elitista, no por los galardones que los adornan, -sino todo lo contrario-; pero eso sí, son amigos, familia, compadres y anexas. -Así que la burbuja “trabajadora” del Ayuntamiento llega compacta-, lo cual perfila que no habrá un gobierno imparcial, es decir, un gobierno para el pueblo.

¿Qué admiración nos causa este suceso, si cada tres años, o cada seis es lo mismo? Bueno, la marcada diferencia la hace, que es el primer “presidente (acapulqueño) municipal electo”, que se avienta varias giras “de trabajo” al extranjero (incluyendo 2 viajes) al Viejo Continente, en un mes y días, en aras del bien común (¿?).

Definitivamente no se puede pedir cordura a una “clase política”, que no es lo suficientemente madura y culta como para siquiera conocer el significado de esta palabra; como definitivamente no le puedes pedir cordura a una sociedad que no es lo suficientemente madura para opinar, dejándose llevar por la histeria colectiva, por la opinión de las masas y por mandato “divino” de sus jerarcas, llámense políticos, funcionarios o servidores públicos, líderes y gestores; y los pocos (aunque duela), que pueden ver con criterio propio todos estos problemas, la mayoría no se atreven a decirlo por temor a ser (ahora de moda) perseguidos, intimidados, demandados, inhabilitados, y “demás” por el gobierno en inquisición. Así, tristemente nos percatamos que la opinión pública, se detiene millones de veces, (por miedo) para señalar lo incorrecto; porque lo correcto (que también lo hay), inmediatamente se convierte en lisonja.

Para terminar, un breve fragmento de una hermosa poesía anónima. “¿Cuál es la línea que define la locura? ¿Cuál es la línea que define la cordura? Vivir acatando normas en esta sociedad inmadura, siniestra y oscura ¿Es eso acaso cordura?"

“¿Es cordura esta masacre de valores, de humildad? ¿Es locura ser honesto y vestirse de humanidad? ¿Es locura confiar y entregarse a los demás, sentir miedo y aun así continuar?”


“Cordura, locura, pendiente de etiquetar, más yo no quiero vivir cuerda esta triste realidad”. ¡Vale la pena reflexionarlo!

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