miércoles, 29 de agosto de 2018

CONSULTA CIUDADANA POR MËXICO

















CONSULTA CIUDADANA POR MÉXICO



Luz María Sánchez Rovirosa


“Cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen pierden el respeto”. Cardenal de Retz.


¿Quién puede vivir tranquilo hoy en día? ¿Quién no vive inmerso en un torbellino de inquietudes y preocupaciones por lo que nos deparará el futuro?

Es imposible que en estos álgidos tiempos de transición que se avecinan, los ciudadanos comprometidos e interesados en el quehacer político de nuestro país y en nuestro bien común, no estemos pendientes de todos los movimientos que se están realizando en el gobierno saliente y en el entrante, en torno a la selección de los integrantes que acompañarán a Andrés Manuel López Obrador y en la herencia qué nos dejan los integrantes que escoltaron a Enrique Peña Nieto en el sexenio que está por terminar. Transición que se antoja muy complicada.

Sin embargo una gran parte de los ciudadanos que no tenemos compromisos con el poder y que respiramos para alcanzar una vida mejor, sobre todo para los que vienen detrás; sí nos percatamos con aflicción en los prospectos que utilizan en mayor grado las estrategias de los medios de comunicación negativos y golpeadores contra sus antagónicos (por obvias razones), que son los que se encuentran hoy más ocupados que preocupados por descontrolar a la gente con sus argucias verbales, mediante los abultados pagos (aún) por sus pegajosas lisonjas, pero sobre todo para sus malvados embates que tanto daño hacen a México, ya que solo buscan el beneficio material personal, con canonjías y prebendas como premio a dichas y maquiavélicas acciones tan amañadas y manoseadas, que mucha gente las cree.

Por estos motivos y como ciudadanos pensantes podemos preguntarnos ¿Es posible que en el próximo cambio de administración, haya un cambio en nuestras actitudes o solamente nos sentiremos bien siendo feroces partícipes a favor o en contra según nuestras preferencias, del caos que seguiremos construyendo en este tiempo cruel y vertiginoso que obviamente no nos ha llevado, ni nos va a llevar a ninguna parte; pero que sí nos conduce irremediablemente a un sin sentido que nos grita, que nos alerta, que somos nosotros los que no queremos entender que sí existe un futuro y un futuro bueno para todos sin excepción, si nos ponemos la camiseta de México y no la de un partido o un candidato? Hasta aquí vale la pena una buena e introspectiva reflexión.

A continuación, voy a tocar un tema muy importante y delicado del cual no soy experta ni mucho menos, pero tampoco soy ni neófita, ni tonta, ya que sí puedo bien informarme para darle forma a mi criterio y tener actividad participativa.

Vamos a hablar de las finanzas en general, pero enfocadas en su intervención dentro del nuevo gobierno que encabezará Andrés Manuel López Obrador, incluyendo la próxima “consulta ciudadana”, sobre el Nuevo Aeropuerto (NAICM), que hasta este momento se estaba construyendo sobre el Lago Nabor Castillo, es decir, (otrora) el Lago de Texcoco.

Para su servidora es muy importante esta consulta, ya que democráticamente para un país es muy sano tomar en cuenta la opinión de los ciudadanos (para eso son las elecciones), en las decisiones “normalmente” gubernamentales, que podrán tener repercusiones posteriores y de las cuales eternamente nos quejamos por no ser tomados en cuenta a pesar de pagar impuestos, y hoy que lo hacen, bizarramente nos indignamos; pese a que el beneficio o maleficio va a repercutir en nosotros.

Estamos “curiosamente” aferrados a una consuetudinaria política financiera del desvío, y de gastar (hasta lo que no tenemos) para crecer. Una economía disparada donde no existe desarrollo compartido, donde el cinturón siempre nos lo apretamos nosotros el pueblo, un gobierno que desestabiliza el progreso, que aumenta sin pudor la deuda pública, y que por lo mismo la devaluación y la inflación se han hecho el pan de todos los días; simplemente una escandalosa atonía, o bajo crecimiento. Pero eso sí, hoy repelamos (aún sin andarlo) por el camino que tomará el nuevo gobierno.

Por lo que he leído y escuchado, a mi humilde entender será un camino de reducción del gasto público para equilibrar las finanzas, es decir, a menor gasto menor necesidad de endeudamiento público, con lo que se logrará la disminución del déficit presupuestal y de la inflación, para que los precios de las cosas y servicios empiecen a decrecer, beneficiando directamente al salario real de los trabajadores; es decir, aumenta el poder adquisitivo del salario nominal. Ojo, sin dejar de estar pendientes en evitar la corrupción.

Para su servidora, un esfuerzo que se denomina “desarrollo estabilizador”, es el inicio de una terapia para sanar el estado de salud de México y su gente. No hay mesías aquí abajo, ni será un milagro si México sale adelante. Solo se trata de justicia y de buena voluntad de parte de todos los mexicanos. ¡Vale la pena reflexionarlo!

PD: A todas las personas que hacen el favor de leer mis artículos, les comunico que estaré ausente durante tres semanas. Mil gracias por su comprensión.




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