jueves, 11 de octubre de 2018

FANTASMAGÓRICOS ÚLTIMOS DÍAS







FANTASMAGÓRICOS ÚLTIMOS DÍAS


Luz María Sánchez Rovirosa


“Lo que las leyes no prohíben, puede prohibirlo la honestidad”. Séneca.


Hoy tocaré un tema no difícil, pero que resulta polémico por la gran variedad de pensamientos (que no criterios o convicciones) que giran alrededor del Alfa y el Omega del gobierno en México.

Para hablar de las “distinciones” a las que se ha hecho acreedor el todavía presidente de la República Mexicana, Enrique Peña Nieto durante su embarrado gobierno, haremos una (aun cuando será breve) intensa reflexión con espejismo, con el gobierno que próximamente presidirá Andrés Manuel López Obrador.

Peña Nieto llega a sus últimos días de presidente con sendos escándalos de tremenda corrupción, las mentiras que nos revolotean por todo el territorio geográfico; con la violencia exacerbada, el crimen organizado enraizado por todos los rincones del país haciéndose notar cada día más como los dueños de México; y con una impunidad fuera de toda realidad.

Los escándalos de corrupción, abuso de poder, conductas delictivas e ilegales y faltas administrativas de sus altos funcionarios a lo largo de su gestión, infortunadamente y hasta este momento siguen impunes.

Los mexicanos que sentimos y resentimos los abusos de este gobierno, estamos contrariados y asombrados, ya que tan cerca del contracturado fin de sexenio, nos hemos percatado que a los miles de “chayoteros”, “bots”, “chairos” y demás yerbas, como se les suelen llamar en las redes a las personas que golpean, dan información falsa, desvirtúan videos y hacen una serie de canalladas con tal de cumplir con el que todavía les paga, para desviar la atención de la sociedad, de la manera como se va y como deja el país Enrique Peña Nieto, ganando la atención de los pobres de convicciones y de criterio, logrando así su cometido de espejear las malas acciones del actual presidente, con el presidente electo, pero que todavía no entra en funciones.

Desde hace algunos meses la verborrea del actual presidente, ha enfocado sus mensajes en tono de despedida, incluso mencionando que “muy pronto” iniciaría con la entrega de las obras que tenía pendientes. Sin embargo y si no me equivoco todavía faltan por concretar más de 30 obras públicas de sus 266 compromisos de campaña: hospitales, vialidades y obras de gran impacto como el tren México-Toluca y el tren eléctrico urbano de Guadalajara, Jalisco; por mencionar solo algunas de las muchas que así se quedarán.

Además de las muchas obras que “por diversos motivos”, fueron canceladas como son: La Presa El Salto en Amecameca, estado de México, El Centro Logístico Industrial Puerto Interior, Tlaxcala; “La Refinería de Hidalgo”; El tren Transpeninsular Mérida-Quintana Roo, entre otras.

Sin embargo, que fácil es tirar la pelotita al otro, al que todavía no tiene la prerrogativa de tomar decisiones; al presidente electo, quien no es una autoridad reconocida ni por nuestra Constitución ni por nuestras leyes secundarias, por lo que sus actos no pueden surtir efecto legal alguno.

Así que por favor ya no revienten al país, quienes tachan todo lo que AMLO hace y dice o le pegan como rémoras sendas responsabilidades y culpabilidad de cuestiones que aún no pueden estar en sus manos.

Todo acto de autoridad que beneficie o dañe a la sociedad mexicana, debe estar indudablemente soportado por la Ley, situación que hasta el próximo 1 de diciembre cobijará a AMLO.

Qué triste es la apatía y el conformismo que nos agobia, por la manipulación de ignorar lo que somos y aceptar lo que nos dicen los demás que somos, por cobardía, por conveniencia, por comodidad o por ambiciosos.

Entonces lo que hemos logrado con esta estúpida reyerta anti-AMLO, es perder nuestra capacidad de reflexionar para aceptar lo discordante, lo que nos lleva a jactarnos en lo personal, en lo individual y no en el Bien Común, terminando parados ante la deshumanización, es decir, en un supuesto “desarrollo humano”, que ha servido para borrar lo humano. ¡Vale la pena reflexionarlo!

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