miércoles, 3 de octubre de 2018

LOS ATRIBUTOS EN EL INFIERNO









LOS ATRIBUTOS EN EL INFIERNO



Luz María Sánchez Rovirosa


“Ignorar las consecuencias de los propios actos, eso es el infierno”. "Bar del Infierno" (2005), Alejandro Dolina.

“Que el cielo exista, aunque nuestro lugar sea el infierno”. "El Aleph" (1949), Jorge Luis Borges.



De todos los acapulqueños es sabido, que el domingo pasado tomó protesta como Presidenta Municipal de Acapulco Adela Román Ocampo de la coalición “Juntos haremos Historia”; aceptando un reto de gobierno muy complicado.

La situación que se vive en el puerto es terrible, inmersos en una ingobernabilidad donde la violencia dispone el “orden del día” y donde la seguridad está en manos de un grupo de policías que abusa e incluso se atreve a amedrentar a la sociedad, gozando de una total impunidad por las autoridades en turno.

Aún no podemos externar una opinión sobre Adela como alcaldesa, ya que solo son un par de días que juró su compromiso con el municipio y su gente; y no me gustaría caer en criterios equivocados. Pero lo que sí puedo asegurar sin temor a equivocarme, es que Román Ocampo descendió al mismísimo infierno.

De frente y ya sin las cortinas de humo que trataron de disimular el caos de Acapulco, Adela se enfrenta desde este momento a todo tipo de aberraciones, desafortunadamente ignorando si ya tiene un análisis experto y/o un plan estrategia para dar inicio al recuento de los daños.

Evodio voló, voló y voló dejando detrás un desbarajuste en lo económico, en lo administrativo y en los servicios públicos. Dejó un puerto sepultado en la sangre derramada por la violencia (que no le importó) y la inseguridad; pero también ahogado por toneladas de basura que cerraron un cerco pestilente y nauseabundo por toda la ciudad.

Hoy como tantas otras veces, estamos esperando que suceda el milagro de la transformación, la cuarta, la quinta, la décima, pero lo importante es que suceda. Y se me ocurre que muchas veces la situación se repite, porque las personas no hacen uso correcto de su memoria.

La memoria humana es la función cerebral como resultado de las conexiones sinápticas entre las neuronas, mediante la cual, el ser humano puede retener experiencias pasadas.

Probablemente de lo más importante para cualquier ser humano, es su capacidad para almacenar conocimientos y vivencias de las cuales pueda beneficiarse en su vida y actuaciones futuras.

Po eso cuando estamos pendientes de un nuevo gobierno (entre otras muchas cosas de la vida) que nos trae “nuevas” expectativas, debemos de trabajar mucho con nuestra memoria, para que esta nos saque de dudas y podamos distinguir los atributos que deben tener las personas que se nos acercan y nos hablan bonito al oído, engañando a nuestros demás sentidos.

En el caso que nos agobia hoy a los acapulqueños, la memoria nos obliga a identificar en Adela Ocampo Román los siguientes atributos.

La visión que tenemos de una administración fallida y tenebrosa como la que dejó Evodio y Cía., tiene que exigir a Román Ocampo a tener conocimiento de los mecanismos legales y reglamentarios que tendrán que ver mucho con la solución a los problemas. Ella es Licenciada y Magistrada (con permiso); así que seguro es, qué en este sentido, vamos bien.

Debe demostrar carisma y sensibilidad relevante para acercarse a la gente y comunicarse con ellos de manera afectiva. Tiene que ser demostrable su limpia trayectoria de “servicio público”, y allegarse de un equipo de trabajo leal y trabajador.

Creatividad y capacidad para obtener y administrar los recursos públicos (erario) de manera eficiente y honesta para el bien común en todos los sentidos, con el respaldo desinteresado de sus colaboradores.

La conclusión es que cada día el problema de la extrema desigualdad (financiera, social y de atención) más el abuso son más dolorosos, porque la corrupción y la impunidad, han estado en el ADN político de los horribles hombres del pasado, que han marcado un esquema del autoritarismo y soberbia de la oligarquía dominante, junto con pegado de la idiosincrasia servil, roedora, “lingüística” y acomodaticia de muchos, quizá demasiados.

Sabemos que Adela Román Ocampo, tiene muchos de los atributos que obliga la emergencia acapulqueña. Qué oportunidad tan grande tiene hoy, para demostrar que amén de todos los requisitos solicitados para emprender la lucha contra la corrupción, cuenta también con el más básico de los atributos, pero a la vez el más importante: “La Calidad Moral” ¡Vale la pena reflexionarlo!


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