¿EL
AYUNTAMIENTO EXTORSIONA AL PUEBLO?
Luz María Sánchez
Rovirosa
“El
destino es aquel insólito, al que recurrimos cuando no queremos tomar
responsabilidades” Nelson Damiàn Cabral.
Hoy
empezaremos este artículo comentando una nota que se publicó en el periódico el
día de hoy, sobre la “limpieza” (como si fueran basura), que está realizando la
Dirección de Vía Pública en algunas partes del puerto de Acapulco.
La
nota señala que dicha dependencia ha recuperado tres espacios que se
encontraban “invadidos” por comerciantes informales.
Entre
los espacios “recuperados” (¿para qué los recuperaron?) se encuentra el
vapuleado Parque de la Reina “invadido” por (acaso) 10 vendedores de botellas
de agua, refrescos, bebidas energizantes para quienes realizamos ejercicio en
dicho lugar, paletas de agua para el mismo fin, y de algunas golosinas, frutas
y juguetitos pequeños que no ocupan ni un metro de espacio para su
demostración.
El
secretario general del Ayuntamiento, Ernesto Manzano Rodríguez afirmó que, con estas
acciones no se está violando la ley, ni tampoco se está atentando contra los
derechos de los vendedores que han sido retirados; señaló que simplemente se
está aplicando la normatividad con la finalidad de tener un ordenamiento del
comercio informal y de la recuperación del espacio para el uso de la sociedad.
Cosa que no tenía ningún problema, con los ambulantes dentro.
Ahora
bien, me imagino que tanto el director de Vía Pública como el secretario
general del Ayuntamiento, saben que en la normatividad de este rubro, los
vendedores ambulantes, fijos y semifijos, pueden y deben obtener un permiso de
manera provisional (temporal), que no exceda de un año, pagando lo justo (según
sus ingresos) a las arcas del Ayuntamiento, mismos que podrán prorrogarse si se
ha cumplido con los requisitos señalados en dicho permiso, y siempre y cuando
las condiciones de vialidad y desarrollo de la Ciudad lo permitan en el
momento.
Ahora
bien, el desalojarlos de esa manera, si les viola sus derechos, ya que el
Ayuntamiento les debería dar opciones de reubicación para seguir trabajando y
ganar honestamente su sustento.
De
igual manera, me gustaría saber ¿si la alcaldesa Adela Román Ocampo y el mismo
secretario Ernesto Manzano Saldaña están enterados que Vía Pública (José Luis Martínez
de la O) les cobró por medio de un colaborador apellidado Mata, 300 pesos por
permitirles vender a los ambulantes del Parque de la Reina el 31 de diciembre,
dándoles a cambio un recibo simple, pero con el sello del Ayuntamiento?
Esto
claramente se llama extorsión, ya que esta es un delito consistente en obligar
a una persona, por medio de la utilización, de violencia o intimidación, a
realizar u omitir un acto o un negocio jurídico con ánimo de lucro y con la
intención de producir un perjuicio de carácter patrimonial. Además la extorsión
es un delito de carácter “pluriofensivo”, es decir, se ataca a varios bienes
jurídicos: propiedad, integridad física y libertad.
Aterrada ante una hostilidad y una “ojeriza” desmesurada
del director de Vía Pública José Luis Martínez de la O y de su eterno protector
el regidor Ilich Lozano Herrera, bien escudados, cumplieron con sus amenazas de
quitar a los ambulantes del Parque de la Reina, personas vulnerables que no
perjudican ni al lugar ni a la gente que hace uso de ese espacio público y que
además no están protegidos por la maña, y esa es una de las razones por la cual
les encajaron las uñas sin piedad, para pararse el cuello; sin querer ver que
el problema grave de ese lugar, es que no cuenta con servicios sanitarios.
Pero aquí lo importante, es la forma tan perversa de
actuar, con prepotencia y lujo de autoritarismo, ya que ayer le decomisaron a
uno de los vendedores una mochilita infantil con 4 o 6 botellas de agua. Es
para Ripley, si tomamos en cuenta, el verdadero problema del comercio informal.
Pero a ese, al que tiene secuestrada, viraliza y ensucia la ciudad, le tienen
miedo o (tal vez) se benefician económicamente con ellos.
Cualquier cosa es creíble, en esta “clase política” que
no hay manera de cambiar. El Sr. Martínez de la O; presidía en la
administración de Evodio Velázquez Aguirre, la Dirección de Fortalecimiento
Municipal, una instancia que se sacaron de la manga y prácticamente fantasma,
para triangular con SEDESOL los recursos federales en los ramos de la
construcción y programas sociales, que se dedicaba a cambiar materiales por
votos.
José Luis Martínez de la O, una persona que sin moral se
basificó por sus pistolas con el nivel “A” en la Sección 56, el más alto en
sueldos, que a otros colaboradores les cuesta años de trabajo y esfuerzo
obtener. Y que al final se desistió ante la enérgica encrucijada que le puso la
alcaldesa Adela Román, o base o trabajo. Y aquí se quedó sin base, pero para
perjudicar al puerto.
Así
que aquí parados ante la cruda realidad y la impericia de aprendices que no
aprenden, pero que tienen una desmedida ambición con su buena dosis psicótica,
estamos esperando las consecuencias de estas insólitas acciones que tanto
anuncian de la “limpieza del comercio informal picudo”, es decir, el que sí
perjudica. ¡Vale la pena reflexionarlo!
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