ÉCHAME A
MI LA CULPA
Luz María
Sánchez Rovirosa
“Por el amor de una rosa, el jardinero es servidor de mil
espinas”. Proverbio Turco.
“Se dice que la culpa hace referencia a la omisión de la
diligencia exigible a un sujeto”. Dicha razón implica que el hecho dañoso que
se le imputa, motiva su responsabilidad civil o penal (según sea el caso).
La culpa, por lo tanto, consiste en la omisión de la
conducta debida para prever o evitar un daño, ya sea por negligencia,
imprudencia o incapacidad.
Demasiadas personas (desafortunadamente) creen que son
perfectas, y raramente aceptan las críticas. Este ego que se manifiesta por
esta razón; quizá pueda ser un mecanismo de defensa propia, que la mayoría de
las veces hace más daño que bien, y es cuando se incrementa la costumbre de
censurar lo que efectivamente es censurable; pero al mismo tiempo se pone de
moda diluir lo que en su tiempo también fue censurable, para convertirlo en
ejemplo.
Entramos de lleno al caso que me lleva a hablar de la
culpa y la censura, y por más que me esfuerzo, no entiendo la clara perversidad
de un “porcentaje de pueblo” (con intereses peculiares), que rodea al gobierno
vigente.
Voté por López Obrador convencida que es lo mejor que le
puede pasar al país, y soy de las miles y miles de personas que no nos lavan la
cabeza (y mucho menos a los seis meses de gestión), para arrepentirnos de
haberlo hecho.
Estoy convencida qué para vivir, pero para vivir bien,
necesitamos de las demás personas para seguir avanzando y mejorar, teniendo que
aprender a escuchar, a esperar y no a creer que somos perfectos para los
imperfectos, para de esta manera no sentir culpa por culpar a los demás.
Viviendo momentos de zozobra, la situación en México se
ha vuelto crítica, debido a que la “división de pueblo” se ha vuelto (como
nunca) en la protagonista de la historia que hoy se vive, y convirtiéndose en
una “bomba de tiempo” atónitos preguntamos ¿Quién tiene la culpa?
Los más aguerridos dirán (tantas veces como eco): la
culpa es de López Obrador, él es quien divide al pueblo llamándoles “fifís”. Él
es quién pone a sus amigos en el mejor lugar, él es quién le recorta el dinero
a las instituciones y las truena, él es quién trae los zapatos sucios, él es el
que se pelea y le falta el respeto a un payaso; él tiene la culpa de que una
prostituta desee que lo maten. Él tiene toditita la culpa, que en seis meses
México esté a punto de la extinción.
Y se
quiera aceptar o no, por supuesto que ha sido en este período de gobierno,
cuando la “Caja de Pandora” anda revoloteando de manera tan grotesca por todo
el territorio nacional.
La
mecha ya venía ardiendo desde sexenios anteriores, pero es justo ahora, que
precisamente desde que en aquellos sexenios propiciaron, que se está atizando
el fuego que no solo amedrenta, sino que arrasa interponiendo todo tipo de
obstáculos; sacando del clóset sus trágicos quehaceres, y lo triste es, que lo
están consiguiendo a costa del mismísimo país, que les importa un bledo.
¿Exagero?
Quizá, pero nunca se había vuelto tan notorio el odio enfrentado de manera tan
vil. Estoy segura que algo en México está funcionando mal, o mejor dicho, algo
se está protegiendo muy bien. ¡Vale la pena reflexionarlo!
P.D.
Hablar de la renuncia del Director del IMSS, es otra historia. Pero por pura
curiosidad pongan en GOOGLE: Saqueo del IMSS por los gobiernos, para darse
cuenta, que cada quien olvida lo que quiere olvidar, y cada quien recuerda lo
que quiere recordar.
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