miércoles, 15 de mayo de 2019

EL ODIO








EL ODIO


Luz María Sánchez Rovirosa


“No basta saber cómo atacar a los demás con el fuego, es necesario saber cómo impedir que los demás te ataquen a ti”. Sun Tzu.


Hoy para dar inicio a este artículo, empezaremos por el final. ¿Será que el triunfo de la Expropiación Petrolera realmente fue para México; ya que a partir de 1940 PEMEX controlaría su propio destino? Y entonces hoy nos preguntamos ¿Qué le deparará el destino a PEMEX con el rescate financiero? ¡Vale la pena reflexionarlo!

Odio, del latín “odium”, es la antipatía y aversión hacia algo o hacia alguien. Se trata de un sentimiento negativo que desea el mal para el sujeto u objeto odiado.

El odio es un intento por rechazar o eliminar aquello que nos genera disgusto; es decir, un sentimiento de profunda antipatía, disgusto, aversión, enemistad o repulsión (en este caso que me ocupa), hacia una persona, así como el deseo de evitar, limitar o destruir sus objetivos.


Sigue siendo muy común enfrentarnos a crueles historias de odio; es más a llegar a detectar dentro de nosotros este sentimiento. Pero el testimonio de odio que hoy, en mi particular opinión vivimos, se ha anclado en el país de manera increíble y desafortunadamente genera gran dolor y desasosiego.

Por supuesto que me estoy refiriendo al odio exacerbado que una parte de la sociedad mexicana manifiesta hacia el actual presidente Andrés Manuel López Obrador, por miles y diferentes motivos personales o de comparsa.

Sorprendida y abrumada, aun no entiendo si este sentimiento que forma parte de la naturaleza humana, pueda ser posible controlarlo en México; ya que se está propagando rápidamente como una emoción muy negativa, poderosa y altamente peligrosa, es decir, como una preocupante epidemia.

No tengo ni la menor duda, que la diferencia de este gobierno con los anteriores, es dimensional, y que personas acostumbradas a las prebendas y canonjías, han sido seriamente afectadas en sus intereses particulares, y me atrevo a afirmar, que de allí nace el manipuleo que envenena con el odio la psicología social; sentimiento que tiene la gran capacidad de contagio y que nos hace vulnerables a convertirnos en seres dañinos y sin escrúpulos (aun sin pretenderlo o saberlo); y que desgraciadamente así como es de fácil prender la mecha, es demasiado difícil (cuando ya es tarde) de controlar el incendio.

Hoy estamos viviendo una drástica situación política inédita en México. El que antaño, algún ex presidente no haya sido del agrado de alguno de nosotros, y “nos cayeran muy gordos”, es una realidad que se justifica. Lo que no es justificable, es que sabiendo que los comentarios y actos abominables que se realizan contra la persona odiada, pueden provocar tanto mal, que pueden llegar a producir consecuencias muy graves y devastadoras.


Sin embargo, hoy el odio sigue alentándose, a veces de manera sutil, y otras muchas de manera radical y abrupta. El caso es que efectivamente este negativo y siniestro sentimiento, ha acompañado la historia de la humanidad. Pero lo cierto es que hoy no se necesita ser especialista porque es fácilmente observable; que en este momento y en México, tristemente se odia mucho más que antes. ¡Vale la pena reflexionarlo! 











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