miércoles, 17 de julio de 2019

"LOS TUNDERPRIS"




“LOS TUNDERPRIS”

Luz María Sánchez Rovirosa

“Antiguos espíritus del mal, transformen este partido decadente, en PRI el inmortal” Alegoría de los Thundercats.

En un video publicado recientemente el cual (supuestamente) narra los hechos de los momentos previos a la detención del ex gobernador del estado de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, también conocido como Javidu; que asegura sobre la existencia de un “convenio establecido” entre el susodicho y el Gobierno Federal liderado por Enrique Peña Nieto, vía el ex secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong; para que el ex gobernador veracruzano, se entregara a las autoridades competentes y se le detuviera, por varios delitos.

Por supuesto la reacción del hoy senador Osorio Chong, no se hizo esperar y negó rotundamente todo nexo con el ex gobernador “jarocho”, de quién señaló: “Duarte es un corrupto desesperado y solo busca evadir la responsabilidad de sus actos”.

Pero el caso es que los del “Nuevo PRI” sí se están comiendo las uñas, ya que Javidu (según dicen los que saben), sí le aventó una buena amenaza al gobierno de Peña Nieto, recordándoles que “muchas cosas no se han comentado” y sería muy desafortunado que salieran a la luz pública.

En su momento, en aquellos tiempos el Procurador General de la República, Raúl Cervantes Andrade; le informó al entonces presidente Enrique Peña Nieto, que el ex Tesorero del gobierno de Duarte, pidió una cita urgente con él (el procurador) para hablar sobre el escándalo de Javier Duarte, justo para que éste “no salpique aceite, cuando se le avienten los ajos.

Y en el contexto de los mensajes cifrados, podemos recordar (cuando Duarte era un “nene consentido”), por ejemplo, sobre “los mil” (millones de pesos) empaquetados en “cajas de huevo”, que se desviaron hacia la campaña de Peña Nieto (2012), pero que nunca llegaron. Así como la maleta que cargaba Javidu con 40 millones de pesos, en el aeropuerto de Toluca para el mismo fin. De allí partimos, que ya aprehendido soltara cínicamente aquella frase de Santiago Montoto: “Paciencia y prudencia, verbal continencia (Duarte también mencionó contingencia), presencia y ausencia, según conveniencia”.

Y en torno a toda esta basura, sí voy a hacer el comentario porque es de sobra merecido. En México ya desde hace demasiados años, estamos padeciendo un grave deterioro económico que tiene al país al borde del precipicio; también viviendo un grave fenómeno político y social plasmado en una visible decadencia de valores; aun cuando dicen y dicen mal los de la oposición, qué en el gobierno actual y como presidente López Obrador por diferentes motivos, nos indican que estamos tan descalificados ante el mundo, y para lo cual parece no haber medidas correctivas.

Por esta falsa razón me sumerjo en este tema obligado (que no es el pasado que tanto detestan los opositores de la 4ª Transformación) pero que sí es, el retorno (actual) del cuestionado y peligroso Javier Duarte de Ochoa y a decir del propio Peña Nieto: “un joven y distinguido integrante de la “Dinastía del Nuevo PRI”; quien desde hace unos días volvió a la luz con el “buche lleno”, precisamente en contra del deteriorado, cascado, desvencijado y podrido “linaje” del Tricolor.

Hoy Javier Duarte de Ochoa todavía está sentado en el banquillo de los acusados, con la “cara” ataviada de su tenebrosa y burlona sonrisa. Su expresión corporal y lingüística, nos deja ver claramente a un ente que se mira intocable, como si nunca hubiera hecho nada, porque sabe que sabe y antes de que lo abandonen a su suerte, puede abrir el “hocico” un poco más y enseñar que la cloaca que trae en sus fauces, es capaz de embarrar de excremento a todo un sistema político. ¡Vale la pena reflexionarlo!

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