LECCIONES DE LAS ELECCIONES

LECCIONES DE ELECCIONES

Luz María Sánchez Rovirosa

“El político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones”. Winston Churchill.

El pasado domingo uno de julio, los acapulqueños y los que vivimos en este bello puerto que “queremos recuperar” del despeñadero que provocó la ineptitud y corrupción del PRI (premiada con dos pluris), salimos a votar. Así que con la fuerte convicción que manifiesta el  “slogan” de campaña de Walton que dice: “Recuperemos Acapulco”, no fue una sorpresa para nadie, el que el ex convergente ganara en esta ocasión de manera arrolladora la elección.

Pero ante este triunfo y después de que pase la algarabía natural, en el inter de ser “proclamado” alcalde oficial de Acapulco, hasta que tome posesión de la silla del H. Ayuntamiento, el pueblo de Acapulco tenemos que mirar esa transición con preocupación.

Con la preocupación de constatar que no nos volvimos a equivocar, que distinguimos lo correcto, que no sólo de buenas intenciones se llenará el Ayuntamiento, y lo más importante radicará, en la selección que Luis Walton realice para integrar su equipo, que obligatoriamente tendrá que ser “diferente”.

Un equipo que le ayude más que lo perjudique (como suele suceder) y para muestra el botón (cerquita) de Ángel Aguirre y sus secuaces. Un equipo capaz de zurcir con mucho cuidado un Ayuntamiento deshilachado y lleno de agujeros, es decir, un Ayuntamiento en la quiebra. Pero la pregunta asalta: ¿Dónde tiene escondido ese gabinete (o no lo tiene), qué por lo menos hasta hoy no ha salido a ventilarse?

Fuera de sus mismos seguidores de siempre (los Jorrín S.A. de C.V.), que simple y sencillamente enrocaron escaños en los Congresos Federal y Local, son muy pocos los nombrados como posibles embajadores de esta difícil empresa, y muchos de los que “suenan”, no son muy agradables.

“Para acabarla y como era de esperarse”, la “gamba” perredista que hizo acto de presencia en la coalición y en la campaña, por supuesto exigirá -su merecido premio-, ya que al fin de las cansadas, la izquierda cobijó a Walton después de “reñidas” elecciones internas. Así que hoy con un “chócalas” y las consecuentes genuflexiones, se acabaron las rencillas y todo mundo está terminando de afilar los dientes para -cachar un hueso-.

Luis Walton, ganó con un total de 147 mil 367 votos contra su más cercano rival Fermín Alvarado Arroyo (PRI y demás), que obtubo 91 mil 513 votos (aproximadamente entre 52 y 53 mil sufragios de ventaja). Lo anterior era predecible, primero porque Fermín no tiene en su haber político un trabajo relevante y sólido que le diera el apoyo de los electores (más lo acumulado por Manuel Añorve). Y segundo, porque Fermín era un candidato -no carismático, sin imagen, impopular y gris-. Siendo así tendría que haberse preparado más y esperar el signo de los tiempos. Es una pena que siempre quieran correr antes que caminar.

En sus primeras declaraciones, Walton reiteró que hará todo lo humanamente posible, para que haya honestidad y transparencia con el dinero del municipio".

Interesante y digno de magnificar, el que hable de lo que -humanamente se pueda hacer-; prometerlo de otra forma es imposible. Ahora bien, la sociedad acapulqueña confió en Walton Aburto y así se lo demostró en las urnas. Desde este momento le toca al virtual alcalde, corresponderle de la misma manera al pueblo acapulqueño que tuvo fe en él. Empresa delicada y difícil y él lo sabe.

Ahora bien, pasando de las elecciones locales a las federales, en este artículo por hoy, deseo hacer una breve reflexión de lo que a mi humilde juicio hizo posible el resultado de las mismas.

Primero que nada, vale la pena mencionar que por primera vez en la historia de los procesos electorales en México, los comicios estuvieron –premeditada y terriblemente estigmatizados por las encuestas-. Al final, la mayoría, fueron unos sondeos que dejaron mucho que desear, en el afán de ensalzar a quien desde el principio se impuso como puntero, por lo cual, prácticamente engañaron y engatusaron a la gente.

Así mismo, fue evidente que estas elecciones se llevaron a cabo con una serie de  reglas (no escritas), impuestas por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), dejándose muy de lado la Ley Electoral y la propia Constitución. Como ejemplo un -irrebatible rebase del tope de gastos campaña-, no tomado en cuenta como delito electoral.

Segundo, y lo más importante para su servidora, fue y ha sido, la humillación que el propio presidente de la República Felipe Calderón hizo a su partido. Primero en el desacuerdo con la imposición de Josefina Vázquez Mota como candidata en un proceso interno hostil; en el cual Calderón quería a Ernesto Cordero contendiendo. Así que increíblemente el presidente descobijó a Josefina dejándola en un período importante sola (con sus consejeros espirituales) lejos de su abrigo. Pero según avanzaron las campañas y observando el crecimiento tan veloz de López Obrador, la usó (que triste) como ofensiva (inyectándole “turbo”), para restarle votación a la imponente izquierda que como locomotora, se veía venir.

Para mí Calderón hizo una estrategia siniestra y maquiavélica a favor del PRI, sacrificando a su propio partido. Malas acciones de muchos panistas, para hoy darse baños de pureza por la aceptación sumisa de los resultados de la elección, empezando por Josefina. Eso no es democracia, es hipocresía.

Ahora y por nuestro bien, espero que AMLO, en todo su derecho legal, encuentre lo que busca en las urnas. Yo sí creo que las elecciones estuvieron demasiado manipuladas, de entrada por los poderes fácticos, y por esos viejos vicios del PRI, que lamentablemente nos están tocando la puerta otra vez; después del altísimo costo que hemos pagado por la alternancia. Es una pena.

Para Enrique Peña Nieto por hoy, no tengo ningún comentario que hacer. Me pronuncio como Ángela Merkel canciller de Alemania, uno de los países más poderosos del mundo, quien ha dicho que esperará hasta que se confirme de manera oficial el triunfo de Peña Nieto, para expresar su reconocimiento. Démosle tiempo al tiempo. ¡Vale la pena reflexionarlo!

Acapulco, Gro. 04 de julio de 2012.