jueves, 14 de febrero de 2013

EL SIGNO DE LOS TIEMPOS



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EL SIGNO DE LOS TIEMPOS

Luz María Sánchez Rovirosa

“La arrogancia disminuye la sabiduría". Proverbio Chino.

Una situación muy grave se vivió ayer en el puerto de Acapulco, el cual por aproximadamente nueve horas fue cautivo de uno (o varios) bloqueos en su principal vía de comunicación la Costera Miguel Alemán, y en consecuencia Cuauhtémoc, Ruiz Cortines y calles aledañas, y por el otro lado, el bulevar de Las Naciones. La razón, la detención injustificada (por la forma como se llevó a cabo por la Policía Federal) de personas “supuestamente” involucradas en el caso de las turistas españolas, a lo que se añade otras violaciones, y nexos con el crimen organizado, todo esto “presuntamente”.

El día de hoy daré inicio a este artículo con la conclusión. Reiterando que los grandes males que padecemos se deben a que como sociedad, como pueblo, no nos hemos ocupado de la cuestión pública más que en las urnas o en los intereses privados. El bien común exige que cada persona incorporada en una sociedad, según su preparación y su capacidad, participe de algún modo en la política. Desde lo privado, desde lo individual, desde los grupos, a contribuir en la política, que implica luchar con integridad y con prudencia contra la injusticia y la opresión, contra la intolerancia y el absolutismo de un solo hombre o de un solo partido.

La situación caótica que tuvo lugar el día de ayer, es una muestra de lo frágiles e indefensos que estamos los ciudadanos en nuestro lugar de origen, y todo se deriva de lo mismo, de la facilidad con la que  las autoridades nos mueven, ayudados por los individuos que dependientes de los beneficios personales que han recibido reciben o recibirán del gobierno en turno, frenan (o tratan de frenar) por cualquier medio, la sana intermediación y comunicación, que tanto necesita el estado de Guerrero y el puerto de Acapulco.

El punto de partida del grave malestar sufrido (injustamente) por miles y miles de ciudadanos el día de ayer, se desprende directamente del reciente caso de las turistas españolas ultrajadas en este territorio guerrerense.

Los sucesos (sin comentarios), porque todos los conocemos, han creado una fuerte polémica incluso internacional, tanto así que el presidente del Parlamento Europeo Miguel Schultz (de visita en nuestro país), comentó que fue un incidente muy grave, y que el tema está siendo tratado de manera bilateral entre ambos países (España-México).

Sin embargo, las declaraciones del gobernador sobre este asunto, han dejado mucho que desear, porque él manifiesta que, dos de los seis detenidos están “señalados” por violación contra una turista mexicana en octubre pasado (para empezar que hacían libres hasta ahora), y que en este caso (españolas) “posiblemente tengan alguna implicación” Y aseguró que el procedimiento de la detención, se ha llevado conforme a la norma y que ha dado instrucciones para que se den facilidades de que cualquier familiar pueda verlos.

Y uno se pregunta, después de la vorágine vivida ayer en el puerto ¿Estará diciendo la verdad el gobernador, o sus colaboradores hacen caso omiso a sus órdenes? Cualquiera que sea la opción, la cosa es muy grave.

Por otra parte es muy importante que las personas sepan, que comprobar un delito de violación, no es tan fácil “como te señalo con el dedo”

En cualquier caso de violación, es de suma importancia las muestras de semen (aunadas a las demás pruebas correspondientes) que se toman (a las agraviadas) al momento de la revisión hecha por el médico legista. Ellos saben perfectamente bien, que no es posible fincar culpabilidad (solamente que sea confeso o in fraganti) si no se tiene un comparativo de ADN.

Señalar a quien efectivamente pueda ser el agresor, necesita ir acompañado de pruebas que corroboren el agravio, y nunca, nunca decir que “posiblemente tengan alguna implicación”. Aquí se es “presunto culpable” hasta que se demuestre lo contrario, y en el caso de las españolas va ser imposible lograrlo sin pruebas de semen de ambas partes para corroborar el ADN. ¡Qué pena!

Para terminar con este penoso asunto, anexando un importante punto sobre los hechos de ayer; el bloqueo de la forma tan drástica que se hizo, sin permitir casi ningún acceso, no tiene justificación, pero reitero, el gobierno no abrió ninguna alternativa y permitió que se prolongara por nueve horas.

Con mucha razón la gente piensa en una emergencia, una necesidad imperante de paso de una ambulancia, o un auto particular en condiciones de peligro. Es normal sentir impotencia y coraje hacia quienes sólo pensaron en su problema (válido y justo también). Entonces, es cuándo uno se pregunta ¿Y dónde está protección y vialidad? (sin titular todavía) ¿En dónde están esos helicópteros que sirven de taxis para los familiares y amistades de los gobiernos? ¿En dónde estaban los representantes del estado, el presidente municipal y compañía atendiendo y auxiliando a la ciudadanía del municipio que él preside, y que es parte y muy importante de Guerrero? Con todo respeto se hicieron ojo de hormiga, es decir, irrelevante.

Siempre para juzgar o pre juzgar existe una balanza, y siempre hay que poner en ella los pros y los contras de cada lado (sin pasión interesada), y observar con mucho cuidado para dónde se inclina, y entonces, solo hasta entonces formar nuestros criterios, que tienen al fin, que ser respetados aunque muchas ocasiones no estemos de acuerdo.

Pasando a otro tema relevante, quisiera mencionar brevemente el anuncio que ha impactado al mundo y que es la renuncia de SS Benedicto XVI, por cuestiones de quebranto en su salud.

Noticia que ha partido las opiniones (como siempre) entre la grey católica y el resto del mundo. Cada época tiene sus turbulencias y hoy la Iglesia Católica Romana, respira la atmósfera de su tiempo, y este es justamente (con la renuncia del papa), un importante cambio salido de una reflexión consciente, de un diagnóstico claro para dimitir.

La reflexión sin duda es, que hoy ante la apertura radical de un mundo polifacético, la iglesia (terrenal), no puede permanecer ni ajena, ni cerrada al “signo de los tiempos” ¡Vale la pena reflexionarlo!  

 

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