¿ADMINISTRAR LA
ABUNDANCIA?
Luz María Sánchez Rovirosa
“No hay una buena solución
energética que nos ayude a darnos tiempo; la única alternativa ahora es reducir
nuestras economías” Matthew Simmons.
El petróleo también llamado crudo u oro negro, es la
principal fuente de energía en el mundo. Sus derivados como el diesel, la
bencina, parafina y el gas, se usan como combustibles para el transporte, la
calefacción y la generación de energía eléctrica; también se utiliza para
elaborar materias primas en las industrias como plásticos, productos
farmacéuticos y fibra sintética. Su nombre proviene del latín
petroleum que significa aceite de piedra.
El petróleo se formó por la
degradación bacteriológica de organismos acuáticos vegetales y animales que
vivieron hace cientos de millones de años en mares y lagos; y se le conocía en
la antigüedad, por las filtraciones que aparecían en la superficie y las
emanaciones de gas que repentinamente se inflamaban.
En Mesopotamia se ocupaba
como impermeabilizante para los barcos, como ungüento para curar las heridas y
enfermedades de la piel y para relajar los músculos inflamados. Los egipcios lo
utilizaban en los embalsamamientos y como aceite para las ruedas de sus
carruajes.
El historiador griego
Heródoto (a.c.), señalaba fuentes de petróleo cerca de Babilonia y en la isla
de Zante en el mar Jónico. Alrededor del año 100 (a.c.), los chinos lo buscaban,
realizando perforaciones con taladros de bambú. Marco Polo (fines del s. XIII),
habló de haber visto el petróleo cerca del mar Caspio.
El petróleo se encuentra en
las profundidades de la corteza terrestre, en combinación con gases y agua
salada; en las profundidades del mar, o impregnado en rocas porosas o
permeables bajo la tierra. Son muchos los países de fuerte producción, y entre
ellos obviamente se encuentra México.
Una breve pero interesante
introducción sobre el petróleo, nos deja hoy, en medio de una trágica y lenta
agonía, en la cual vemos a México en continua lucha contra los gobiernos que sólo
piensan en amasar fortunas (en este caso), abusando del poder, de las bondades y
beneficios, pero sobre todo del valor del oro negro, que durante mucho tiempo,
pero en especial durante las últimas semanas, ha sido objeto de un debate que
sin lugar a dudas marcará (una vez más), el rumbo de la nación.
La reforma energética propuesta por el Ejecutivo,
contempla una modificación a un par de artículos de la Constitución, en materia
de recursos naturales, que pretende reformar algunas leyes para que sea
"legal" poder realizar determinadas acciones; por ejemplo la
asociación de PEMEX con diversas empresas extranjeras, para la extracción y
descubrimientos de nuevos yacimientos petrolíferos; ya que (según sugieren), México
no cuenta con recursos financieros suficientes, ni alta tecnología para
lograrlo. Pero lo que nos quedaría en duda (casi seguridad) de esta tentativa, serían
las ventajas que traerían para el bien común, ya que PEMEX se
"supone", -es patrimonio de la nación-.
Vale la pena
reflexionar que el petróleo es un recurso no renovable, que según fuentes
pesimistas, se acabará aproximadamente en 80 o tal vez en 100 años al ritmo de
consumo actual, y realmente ese es el problema y la preocupación, que el
consumo y la explotación no son constantes, sino crecientes.
Por otra parte, las fuentes
optimistas dicen literalmente que el petróleo es inagotable, y se respetan ambas
opiniones (al gusto) de los expertos. Pero lo que sí es muy alarmante, es que
los no expertos, aún no sabemos distinguir entre el petróleo extraíble y el que
no lo es. Y es tan sencillo, como que la cantidad de petróleo extraíble depende
básicamente de cuál sea el costo del barril, y si el costo de extracción del
crudo es superior al costo del barril, económicamente no es viable, por lo
tanto no se aconseja explotar. El petróleo será inagotable o tardará mucho más
en agotarse, siempre y cuando no se le exija más cantidad, de la que naturalmente
genera.
Tal vez la mayoría de
los mexicanos sepamos que el petróleo es nuestro y que está enterrado en
lugares recónditos de nuestro país, incluyendo nuestras aguas profundas, pero
muy pocos saben que el mayor yacimiento del “oro negro” en México, y el segundo
a nivel mundial llamado “Cantarell” (Campeche), está en proceso de declinación;
es decir, que la capacidad de almacenamiento de petrolíferos se encuentra al
límite, poniendo desafortunadamente en riesgo el abasto.
Por estas razones, en
la vida hay que tomar decisiones a partir de lo posible y no tanto de lo
deseable (ambición), y este es el punto de vista que nunca debemos de perder
para formar nuestros criterios. La
Reforma Energética por supuesto que es necesaria, porque lograría
el bienestar común de los mexicanos. Este es su fin último, su tema fundamental
y la viabilidad de sus finanzas. Pero para que esta reforma logre sustentar el
futuro México de manera positiva es vital no arriesgarlo, y esta es la única dirección
posible de todos nuestros esfuerzos como mexicanos. Lo demás de lo demás, es
inadmisible.
Hace
más de tres décadas, cuando este país se asumió como una potencia petrolera, el
entonces presidente José López Portillo (PRI), acuñó aquella frase legendaria
que decía que para México había llegado el momento de "administrar la
abundancia". Más de treinta años después, nos queda claro que la
abundancia, se puede administrar muy mal. Ojala no se repita. ¡Vale la pena
reflexionarlo!
Excelente artículo Luz María. De la explotación irracional de la riqueza petrolera mexicana sabemos de sobra. Hay sitios en la Tierra llenos de petróleo pero de complicada extracción, a veces, incosteables. Alta tecnología y mucho dinero son la respuesta para su explotación. México necesita saber si es autosuficiente para tal fin. Ciudadanía mejor informada para trascender en este asunto de importancia capital para el futuro de nuestro país.
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