¿ESTAR
EN CONTRA DE MÉXICO?
Luz
María Sánchez Rovirosa
“Dime
y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo” Benjamín
Franklin.
A un paso muchas veces
demasiado rápido, pero otras muchas demasiado lento, hemos sido testigos del
quehacer de esta deplorable administración, que desde su inicio hasta el día de
hoy ha estado saturado de actitudes titubeantes y de equívocos, que lo ha
convertido en un gobierno aterrador.
Con la realidad de nuestro país con sus rezagos y crecientes
necesidades, tanto por el aumento de la población y la pobreza, como por la
injusticia y desigualdad tan intensas, generadas por un modelo de crecimiento
económico que se ha fundamentado en la concentración de la riqueza en unos
pocos, dejando a la deriva (como siempre) a los menos y a los no favorecidos;
es imposible hablar bien o medio
bien, de las “cacaraqueadas” Reformas Estructurales como una panacea para
México.
Pero más allá de aquellos rimbombantes discursos del presidente Enrique
Peña Nieto, más allá de aquellas expectativas maravillosas que nos describieron
–nuestros próceres-, con las cuales hasta el cansancio nos trataron de
convencer; hoy la cuestión más importante que deseamos saber es: ¿en qué
momento o en qué parte de las modificaciones en la Constitución que han hecho posible
las “Reformas Estructurales”, se especificó el beneficio para México y la
mayoría de sus habitantes?
El pasado lunes 21 (día del Eclipse) el presidente de México Enrique Peña
Nieto, dio el “banderazo” del inicio del ciclo escolar 2017-2018 en la escuela
“Esfuerzo Indígena” ubicada en el poblado de San Pedro de las Anonas, en la
Huasteca Potosina; donde en su discurso señaló que “los frutos de esta reforma
(Reforma Educativa), se van a apreciar, observar y reconocer cuando (los niños)
sean adultos mayores y actores protagónicos del México del futuro”. Usted
gentil lector le entendió, porque su servidora no. Lamentable.
Y dejó asentado que uno de los pilares de dicha reforma, es el modelo
educativo, el contenido educativo, que constituye un cambio de paradigma, para
lograr que los niños “aprendan a aprender; no solo que memoricen” (sic). ¿Será
experiencia propia?
Por su parte, el secretario de Educación Aurelio Nuño, hizo de las (tan
acostumbradas) suyas también, al confundir la astrología con la astronomía.
Astronomía y Astrología son dos términos (gramaticalmente) similares, pero
presentan diferencias muy importantes, que son imperantes conocer, para (precisamente)
no confundirlas.
En breve, la Astronomía es una ciencia, mientras que la Astrología es una
creencia. La Astronomía estudia todos los fenómenos relacionados con los
cuerpos celestes, así como los eclipses, cometas, meteoritos, etc.; mientras
que la Astrología muestra los supuestos efectos o la influencia de los cuerpos
celestes en los seres humanos, por medio de los horóscopos (signos del
zodiaco), o de interpretaciones astrológicas.
Esta “muy lamentable” confusión, se dio cuando el secretario Nuño presentó
a la renombrada Científica y Astrónoma, Julieta Fierro Gossman, Investigadora Titular
de tiempo completo del Instituto de Astronomía de la UNAM (entre otras
importantes actividades de investigación y enseñanza); que durante (por lo
menos) un minuto (mientras a Aurelio se le acomodaba el USB), la rebajó a
lectora de horóscopos (respetando a quienes se dedican a este quehacer).
Por último en este pasaje político, Peña Nieto sentencia que “estar en
contra de la Reforma Educativa, es estar en contra de México, de sus niños y
sus jóvenes”; amén que al ser cuestionado sobre qué pasará con dicha reforma en
la siguiente administración, el presidente respondió, “que es un programa que
está en La Constitución, por lo que es una obligación llevarlo a cabo, sin importar
la persona que esté al frente”.
Recórcholis y uno se pregunta ¿Cuántas veces y sin respeto su fatídica
administración ha manoseado la Carta Magna para cambiar, quitar y hacer lo que
se les ha dado la gana con ella, con tal de imponer sus funestas “reformas
estructurales”? ¿No será estar en contra de México el socavón del Paso Express
de Cuernavaca, Odebrecht, OHL, la venta de PEMEX, el dinero del erario público
que se llevaron los gobernadores rateros como Javier Duarte, sin pena ni
castigo o Romero Deschamps?
¿No será estar en contra de México la humillación que nos ha hecho y nos
sigue haciendo pasar al pueblo frente a Donald Trump y su manifiesto desprecio
y fobia a los migrantes mexicanos, con la construcción del muro y los arreglos
atornillados del TLC? Si quieres a México ¡Vale la pena reflexionarlo!
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