miércoles, 9 de agosto de 2017

VANGUARDIA





VANGUARDIA

Luz María Sánchez Rovirosa


"La herejía de hoy es casi seguramente el dogma de mañana". Mariátegui.


Leyendo como de costumbre las noticias sobre el quehacer político, sobre todo de la entidad guerrerense (sin dejar de lado la importancia de la información nacional e internacional, que mucho nos compete); me llamó la atención la reciente declaración del gobernador Héctor Astudillo, en la cual resalta que Guerrero se colocó a la vanguardia contra la corrupción con la reciente aprobación (Congreso Local) de nueve leyes en esta materia; que el estado avanza y ya no estamos colocados en los primeros lugares de “todo lo malo”; pero que aún faltan cosas por hacer.

Primero vamos a comentar ¿qué significa el término vanguardia asociándolo a la política? Vanguardia en su sugerencia, hace referencia principalmente al arte, es decir, a la estética. Pero es correcto también su uso para aplicarlo al quehacer político, como es en el caso que nos ocupa.

Así que la “vanguardia política”, hace total referencia a un presente que solo puede comprenderse como un futuro mejor, y que la mayoría de las veces llegará antes de lo previsto, es decir, como una aceleración positiva de una actualidad (no tan buena o negativa), y que lo más común es que necesariamente tendrá que ser, prácticamente de inmediato.

Sin duda alguna, la definición en sí (esencia) de la palabra vanguardia, es complicada de comprender, cuanto más será aplicada a la política, como algo que pareciera surreal.

La cuestión es, que el gobernador Astudillo escogió utilizar el adjetivo, para calificar (erróneamente) uno de los más graves problemas que tiene Guerrero (y todo México) que es la corrupción, y que con la aprobación de esas -nueve nuevas leyes- (que la mayoría de la sociedad no conoce), el estado de ninguna manera puede estar a la vanguardia sobre este delicado y grave tema; que más bien parece una amañada estrategia mediática.

La corrupción en el México actual y Guerrero no es la excepción, tiene una historia compleja y sin identidad, ya que la facilidad y la cómoda amplitud que se otorga para violar la ley, ha dado origen a los cada vez más nefastos grupos delictivos, que son producto de un tejido político, económico, social y cultural, que sin duda se ha moldeado bajo el esquema de una supuesta economía en beneficio propio, no para el beneficio del bien común (a base de terroríficos desvíos de recursos que han dejado en la miseria al pueblo, lavado de dinero, enriquecimiento ilícito, peculado, etc.); en la cual se han construido espacios de un poder condensado, donde a todo descaro, los narcotraficantes y políticos conviven ya no tan sutilmente.

Lamentablemente mientras que para algunos privilegiados (entre ellos Héctor Astudillo S.A. de C.V) esta forma de vida (¿?) representó la oportunidad para colocarse en la –cúspide del poder-. Pero para otros (la mayoría) ha sido un cruel desafío para poder sobrevivir y tratar de construirse un futuro mejor; ya que las políticas neoliberales consuetudinarias del PRI, de olvido y abandono, han dejado a su suerte el escaso crecimiento económico y la movilidad social del país a su esfuerzo propio, plagando (en este caso) la historia de Guerrero (y de otros estados del país) de miseria, desigualdades, violencia, exclusiones y arbitrariedades propiciadas por la mismas leyes que según Astudillo, son vanguardistas. Lamentable.

Pasando rápidamente a otro tema, pero siempre entrelazados, tenemos que entender como sociedad, como pueblo, que en estos momentos existe una gran incertidumbre sobre el futuro de México, sobre todo ya casi entrando en la recta final rumbo al 2018.

Algo tenemos que hacer para escoger bien la mejor forma de librar pacíficamente con nuestros desacuerdos políticos, cada vez más tensos, que al final de cuentas, si volteamos a ver la historia, solo nos han traído desatino, angustia y dolor.

Debemos considerar la participación política, como una forma de vida, aquí sí “vanguardista”, y no solo con nuestro importantísimo deber en las urnas. Esta participación que implica y obliga a estar bien informados de cómo funciona el gobierno, quiénes son sus representantes y por qué fueros escogidos (por amistad o por capacidad) y cómo realizan sus funciones; y en la manera de lo posible, aun cuando sean rudimentarios, tener conocimientos de economía, para entender si manejan bien o no nuestro dinero.


La Educación, vuelve a ser el punto de inflexión y la conclusión inevitable es que los grandes y graves problemas de corrupción, injusticia, abuso, impunidad, etc., que tienen a México en el “despeñadero”, sin duda es, porque la sociedad por ignorancia, por desidia, por desinterés, por miedo o por conveniencia, no nos hemos ocupado de “la cosa pública”, y entendiéndolo mejor: “de la Cosa Nostra”. ¡Vale la pena reflexionarlo!

No hay comentarios:

Publicar un comentario