VANGUARDIA
Luz María Sánchez
Rovirosa
"La
herejía de hoy es casi seguramente el dogma de mañana". Mariátegui.
Leyendo como de costumbre
las noticias sobre el quehacer político, sobre todo de la entidad guerrerense
(sin dejar de lado la importancia de la información nacional e internacional,
que mucho nos compete); me llamó la atención la reciente declaración del gobernador
Héctor Astudillo, en la cual resalta que Guerrero se colocó a la vanguardia
contra la corrupción con la reciente aprobación (Congreso Local) de nueve leyes
en esta materia; que el estado avanza y ya no estamos colocados en los primeros
lugares de “todo lo malo”; pero que aún faltan cosas por hacer.
Primero vamos a comentar ¿qué
significa el término vanguardia asociándolo a la política? Vanguardia en su
sugerencia, hace referencia principalmente al arte, es decir, a la estética. Pero
es correcto también su uso para aplicarlo al quehacer político, como es en el
caso que nos ocupa.
Así que la “vanguardia
política”, hace total referencia a un presente que solo puede comprenderse como
un futuro mejor, y que la mayoría de las veces llegará antes de lo previsto, es
decir, como una aceleración positiva de una actualidad (no tan buena o negativa),
y que lo más común es que necesariamente tendrá que ser, prácticamente de
inmediato.
Sin duda alguna, la
definición en sí (esencia) de la palabra vanguardia, es complicada de
comprender, cuanto más será aplicada a la política, como algo que pareciera
surreal.
La cuestión es, que el
gobernador Astudillo escogió utilizar el adjetivo, para calificar (erróneamente)
uno de los más graves problemas que tiene Guerrero (y todo México) que es la
corrupción, y que con la aprobación de esas -nueve nuevas leyes- (que la
mayoría de la sociedad no conoce), el estado de ninguna manera puede estar a la
vanguardia sobre este delicado y grave tema; que más bien parece una amañada estrategia
mediática.
La corrupción en el México
actual y Guerrero no es la excepción, tiene una historia compleja y sin
identidad, ya que la facilidad y la cómoda amplitud que se otorga para violar
la ley, ha dado origen a los cada vez más nefastos grupos delictivos, que son
producto de un tejido político, económico, social y cultural, que sin duda se
ha moldeado bajo el esquema de una supuesta economía en beneficio propio, no
para el beneficio del bien común (a base de terroríficos desvíos de recursos
que han dejado en la miseria al pueblo, lavado de dinero, enriquecimiento
ilícito, peculado, etc.); en la cual se han construido espacios de un poder
condensado, donde a todo descaro, los narcotraficantes y políticos conviven ya
no tan sutilmente.
Lamentablemente mientras que
para algunos privilegiados (entre ellos Héctor Astudillo S.A. de C.V) esta
forma de vida (¿?) representó la oportunidad para colocarse en la –cúspide del
poder-. Pero para otros (la mayoría) ha sido un cruel desafío para poder
sobrevivir y tratar de construirse un futuro mejor; ya que las políticas
neoliberales consuetudinarias del PRI, de olvido y abandono, han dejado a su
suerte el escaso crecimiento económico y la movilidad social del país a su
esfuerzo propio, plagando (en este caso) la historia de Guerrero (y de otros
estados del país) de miseria, desigualdades, violencia, exclusiones y
arbitrariedades propiciadas por la mismas leyes que según Astudillo, son vanguardistas.
Lamentable.
Pasando rápidamente a otro
tema, pero siempre entrelazados, tenemos que entender como sociedad, como
pueblo, que en estos momentos existe una gran incertidumbre sobre el futuro de
México, sobre todo ya casi entrando en la recta final rumbo al 2018.
Algo tenemos que hacer para
escoger bien la mejor forma de librar pacíficamente con nuestros desacuerdos
políticos, cada vez más tensos, que al final de cuentas, si volteamos a ver la
historia, solo nos han traído desatino, angustia y dolor.
Debemos considerar la
participación política, como una forma de vida, aquí sí “vanguardista”, y no
solo con nuestro importantísimo deber en las urnas. Esta participación que
implica y obliga a estar bien informados de cómo funciona el gobierno, quiénes
son sus representantes y por qué fueros escogidos (por amistad o por capacidad)
y cómo realizan sus funciones; y en la manera de lo posible, aun cuando sean
rudimentarios, tener conocimientos de economía, para entender si manejan bien o
no nuestro dinero.
La Educación, vuelve a ser
el punto de inflexión y la conclusión inevitable es que los grandes y graves
problemas de corrupción, injusticia, abuso, impunidad, etc., que tienen a
México en el “despeñadero”, sin duda es, porque la sociedad por ignorancia, por
desidia, por desinterés, por miedo o por conveniencia, no nos hemos ocupado de
“la cosa pública”, y entendiéndolo mejor: “de la Cosa Nostra”. ¡Vale la pena
reflexionarlo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario