miércoles, 30 de mayo de 2018

GOBIERNOPOPULISTAPARAEMPRESASPOPULARES













¿GOBIERNO POPULISTA PARA EMPRESAS POPULARES?


Luz María Sánchez Rovirosa


(Primera de dos partes)


“Aún estamos muy lejos de que nuestro sistema financiero beneficie cotidianamente a la inmensa mayoría de los mexicanos” Agustín Carstens. (23/septiembre/2013). Hoy nada ha cambiado.



Nos ha faltado el esfuerzo por mucho tiempo, para poder hablar de lo que es correcto y de lo que es incorrecto y si lo hemos hecho, con demasiada frecuencia hemos evitado por miedo o por conveniencia externarlo.

Saturados de gobiernos con irresponsabilidad, egoísmo, corrupción, violencia, injusticia, con un comportamiento como si las decisiones no tuvieran consecuencias, crímenes sin castigo, recompensas sin esfuerzo, derechos sin responsabilidades, territorios sin control, abuso exacerbado de las virtudes de la naturaleza tolerados, perdonados, e incluso incentivados por nosotros mismos.

Desde hace ya varios días y hablando sobre las campañas presidenciables, hemos estado ocupados en un tema importante y crucial para el país que es la incomodidad de ciertos personajes de élite, llamados empresarios, de que Andrés Manuel López Obrador llegue a ser el ejecutivo de la nación.

En el primer caso (la segunda parte es sobre el Grupo México) que de verdad preocupa, nos encontramos con que sendas empresas (privilegiadas por el SAT), como son Vasconia, Herdez y Femsa (Coca-cola), han hecho “sugestivos” llamados a sus empleados, para que reflexionen su voto “sugiriendo” que votar por un candidato de izquierda, puede traer serios riesgos para México; ya que las políticas populistas de los gobiernos de Luis Echeverría y José López Portillo, tuvieron efectos perjudiciales en el país.

Efectivamente y para no irnos tan lejos en la historia de los deslices económicos que son “totalmente priístas”, el gobierno de Luis Echeverría, trabajó al amparo de préstamos millonarios, que terminaron en un considerable aumento de la deuda pública, con la fatal consecuencia de una devaluación del peso de tres dígitos obviamente, con un grave deterioro en la economía de los mexicanos.

Pero entonces llegó boom petrolero como una tabla de salvación para una economía que se había perdido en un destino incierto; sin embargo, fueron demasiadas las generosas ganancias que se obtenían del crudo y que en ese (y en cualquier momento), se tenían que haber utilizado con respeto y prudencia, cuestión que obviamente no se hizo, y que por el contrario, fueron dilapidadas en un mar de corrupción.

El auge petrolero fue como la espuma “tan pronto sube, tan pronto se esfuma”; pues en 1972 los precios del oro negro cayeron brutalmente, trayendo consigo nuevamente la desgracia e incertidumbre económica a la población, aumentando considerablemente la pobreza y la marginación. La deuda se acrecentó 40 mil millones de dólares; y por supuesto y  como era de esperarse, la devaluación volvió a hacer acto de presencia, y el gobierno nos golpeó nacionalizando la banca y culpando a los banqueros de la tragedia económica ante la sociedad.

Para López Portillo fue imposible defender el peso como “perro”, pero él sí se quedó con La Colina del Perro y muchos bienes materiales más. Así que cuando tocó el turno a Miguel de la Madrid, la inflación se fue por los cielos al sobrepasar el cien por ciento y el endeudamiento alcanzó niveles muy peligrosos, de los que no se encontraba, ni se ha encontrado aún, la salida.

Sin embargo estas vicisitudes económicas dieron un giro de 180 grados con la llegada al poder de Carlos Salinas de Gortari. Si bien su toma de protesta se dio dentro de un marco de crisis política y económica, más pronto que tarde, se afianzó al mando con su eficiente trabajo en contra de la inflación, que a poco comenzó a dar resultados con un “pacto” llamado “antiinflacionario”, que logró quitar 2 ceros al peso frente al dólar. Por ello el incipiente neoliberalismo económico, resultó (al principio) alentador y llenó de confianza a una sociedad que estaba harta de vivir lastimada por gobiernos PRIrresponsables.

Pero las señales negativas de ese estilo de gobernar, se empezaban a vislumbrar ante la inminente privatización de cerca de 300 empresas públicas, entre las cuales estaba Teléfonos de México (hoy convertida en Telmex), que cooperó bastante para crear a uno de los hombres más ricos del mundo llamado Carlos Slim.

Con la llegada del TLC se elevaron los índices de popularidad del Presidente Salinas de Gortari, por la creencia de que México estaba ingresando en la modernidad y el desarrollo global; sin embargo (y para variar), Salinas cometió varios errores (por ambición), que sin duda, propiciaron el desplome de la sutil recuperación económica, hundiéndonos nuevamente en una crisis que se agravaría por el llamado “error de diciembre” (efecto tequila), durante los inicios del mandato de Ernesto Zedillo. Hasta aquí ¡Vale la pena reflexionarlo! (Continuará….)

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