miércoles, 29 de abril de 2020

"LA INICIATIVA PRIVADA"





“LA INICIATIVA PRIVADA”

Luz María Sánchez Rovirosa


 “Si no peleas para acabar con la corrupción y la pobredumbre, acabarás formando parte de ella”. Joan Baez.


Vamos a introducirnos en el tenebroso tema de los impuestos. Los impuestos son contribuciones que se “imponen”, por lo mismo, nunca han sido del agrado de los ciudadanos pagarlos; ya que, desde muchos, muchos ayeres, han sido injustos para la mayoría de los ciudadanos, especialmente para los “cautivos” (la mayoría), y para los más desamparados.

A través de la historia, gobernantes y gobernados realizaron un “pacto social” en el que tácitamente el pueblo acepta entregar una proporción (de acuerdo) a sus ingresos y/o sus bienes, para que estos recursos recaudados fueran utilizados por el gobierno para el “Bien Común”, es decir, para todos (en este caso) los mexicanos sin excepción, en inversiones para el desarrollo del país en áreas de gasto social, salud, educación, infraestructura, etc.

El caso es que en estos momentos tan graves por los que pasa el mundo debido a la Pandemia por Coronavirus, la población (casi) entera se ha tenido que replegar a un confinamiento domiciliario. Y las empresas, sobre todo las medianas y pequeñas, y “changarros familiares de la esquina”, han tenido que cerrar sus puertas y dejar a sus empleados “al garete”, por falta de liquidez para seguir soportando sus egresos, sin ingresos.

Así que, para pronto, las asociaciones de empresarios tipo Coparmex y demás yerbas (en todos los rubros comerciales), que albergan dichas empresas, se han atrincherado para la defensa de sus agremiados, pero sobre todo la propia en la cancelación o condonación o privilegios de los tributos en estos momentos económicamente tan difíciles.

Eso me parece y es de justicia, el grave problema de esta situación, son las grandes empresas que sí tienen el capital para sustentar esta adversa situación y pagar como se debe sus impuestos, a lo que no están acostumbrados, debido a las facilidades que anteriores gobiernos les otorgaron con los llamados “Privilegios Fiscales, que son beneficios inexplicables para unos cuantos.

Sin ser especialista (ni nada por el estilo) en este intrínseco tema, sé que en términos fiscales mexicanos “cancelar” impuestos significa dejar de cobrar una deuda fiscal, porque los deudores no tienen cómo ni con qué saldarla. No así la “condonación”, que es el perdón de impuestos, multas y otros créditos fiscales para apoyar a sectores de la economía, que necesiten ser ayudados; tal cual se solicita en este momento.

Ahora bien, los “privilegios” fiscales, es cuando le sale lo “emotivo” al SAT, y le da todo tipo de oportunidades a empresas riquísimas, para que por un ladito y por el otro, ejemplo los Paraísos Fiscales, encuentren todo tipo de filtros, que les permitan evadir los altísimos tributos según sus capitales; con algunas “condicionillas”, para que toda la Hacienda Pública, se pueda hacer de la vista gorda.

Así que mirando “como el chinito”, amén de todos los problemas políticos, sociales y económicos que nos esperan tras la “Consumación de la Pandemia de Covid-19 (Coronavirus), todo mi ser me grita que se quiere quedar en casa, porque no quiere volver a “la normalidad”. ¡Vale la pena reflexionarlo!

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