TRANSPARENCIA Y FINANZAS
Luz
María Sánchez Rovirosa
“El
sabio no dice lo que sabe, y el necio no sabe lo que dice”
Hoy
quiero empezar, con una breve -“retrospectiva histórica” del estado de
Guerrero-, sobre los “recientes” festejos del Grito del inicio de la
Independencia en Chilpancingo.
Para
empezar, la llegada al festejo del gobernador y compañía, estuvo custodiada por
un aparatoso dispositivo de mil 100 policías (federal, estatal y municipal),
amén de una intensiva revisión de todo tipo de bolsas, morrales y mochilas de
los asistentes a la plaza Primer Congreso de Anáhuac en el Zócalo capitalino. “El miedo no anda en
burro, Ängel Aguirre sí”.
Y
como si fuera broma (por supuesto de mal gusto), de repente se apareció (no en
burro, más bien ¿En Llama?) y en el mismísimo balcón de “honor”, la conductora
(peruana) de un grotesco show de Televisa
Laura Bozzo, quien en su país fue acusada de fraude y corrupción, amén
de ser operadora pública del represivo régimen de Alberto Fujimori. Linda
elección de Ángel Aguirre, para amenizar (a la Ebrard) la “populista” fiesta.
Además
de los vivas en la voz del gobernador recordando a los héroes de la patria y
del Himno Nacional, se escucharon otros vítores y gritos de “Laura, Laura”; que
cualquier gente pensante y decente, hubiéramos imaginado que serían para la
distinguida primera dama del estado Laura del Rocío, pero ¡oh! sorpresa, no
iban entonados para ella, sino destinados a la vividora conductora del “canal
de las estrellas”, que no se entiende por qué diablos el gobernador la metió
allí. Mis respetos a la señora Laura del Rocío, una excelente, prudente y
sencilla mujer. ¡Lástima de gobernador!
Pasando
a otro tema, una parte importante de nuestras vidas, gira alrededor del aspecto
político, casi siempre estamos sumergidos en campañas para “elegir” al
presidente de la República, a los gobernadores, alcaldes, diputados federales y
locales, senadores, etcétera. Pero por una u otra “campaña” para una u otra
“elección”, un fuerte porcentaje de los recursos económicos que son designados
para obras de apoyo social y desarrollo, es decir para el pueblo, no llegan a
su destino
Para
alcanzar una “madurez” política, los mexicanos, debemos poner mucho cuidado en
el significado de la palabra democracia; esto es importante, porque al elegir,
debemos de tener cuidado en las propuestas (incluyendo las del equipo
colaborador), de cada uno de los hombres que se pelean el destino de nuestras
vidas.
La
democracia debe pensarse en un sentido amplio, es decir más allá del voto y de todas
las argucias electorales. El artículo 3º de la Constitución Mexicana, considera
a la democracia no solamente como una estructura jurídica y un régimen
político, sino como un sistema de vida fundado en el constante mejoramiento
económico, social y cultural del pueblo, (Fracción II, a), y supone la igualdad
de oportunidades para todos e involucra cuestiones fundamentales en la vida de
un ser humano, como son: empleo, vivienda, educación y alimentación.
Por ello he estado al pendiente de
los “nombramientos sorpresas”, que Luis Walton tenía muy bien guardados en su
bolsillo (por la sencilla razón de ser un hombre indudablemente inteligente), y
hasta este período de transición sacó los perfiles de lo que ya se adivinaba como
su gabinete.
Hace algunos ayeres, al
instalar junto con el entonces gobernador René Juárez Cisneros (hoy fragante
senador) la Comisión Ejecutiva del Proceso de Entrega-Recepción de la
Administración Pública Estatal, el gobernador electo Zeferino Torreblanca
Galindo, sostuvo que no tenía el más mínimo interés de hacer cambios que
trastocaran la vida civilizada en el estado. Y en aquel momento adelantó que su
gobierno, no traería podadoras ni machetes para cortar cabezas; y
categóricamente aseveró también, que su gobierno contaría con una Ley de
Transparencia y Acceso a la información. Cosa que desafortunadamente no
sucedió.
En
el Diccionario de la Lengua de la Real Academia Española dice que la definición
de transparente es: claro, evidente, que se comprende sin duda ni ambigüedad.
Si
mal no recuerdo, fue por el año de 1995, que el presidente Ernesto Zedillo
destacó la propuesta de crear la organización de Auditoría General de la
Nación, dependiente del Poder Legislativo, para que fiscalizara y supervisara
el ejercicio del gasto público en México.
Si
mi memoria no me falla, Zedillo, pensó que con esta propuesta (que hasta el día
de hoy está vigente, por lo menos aquí en el estado de Guerrero), se podría
supervisar y controlar el uso y la transparencia del gasto público; ya que por
supuesto es una condición necesaria para mejorar la calidad y la orientación de
las políticas públicas y para reducir la “discrecionalidad” , el “patronazgo” y
la corrupción en la asignación de los recursos financieros, para vigilar que
las acciones del gobierno respondan a los intereses de la mayoría; y para que
de esa manera, se pudiera limitar el daño que un gobernante y sus colaboradores
ineptos o corruptos pudieran causar a la sociedad.
Por eso insisto, me llama la atención
que Luis Walton le esté soltando las riendas del dinero público (en grave
crisis) a los fallidos colaboradores de finanzas del engendro de Zeferino. Con
la pena, ya vamos empezando por mal camino. ¡Vale la pena reflexionarlo!
P.D. Son 47 millones los que se le
adelantaran vía Participaciones Federales al Ayuntamiento de Acapulco, para
cubrir el adeudo en nómina de la quincena pasada y pagar completa la del
próximo 30 de septiembre. ¿Para qué quería Escobar 153 millones extra?
Sostiene José Luis Ávila que la deuda
que le dejan a esta “nueva” administración es de 423 millones de pesos. Si
Walton y su “excelente” equipo de asesores en finanzas, no saben contar, somos
muchos que sí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario